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Parte 2.

Han Min.

— Disculpe, ¿puede traer el pastel que pedimos desde hace un par de minutos? Llevamos tiempo esperando. — Digo y la mesera asiente, doy un trago a mi café dedicándole una sonrisa a mi mamá.— ¿Te gusta el lugar?

— Es muy bonito, creí que serias tu la que no conocería gran parte de Busan, pero ahora soy yo quien no conoce mucho. — Ríe y niego levemente. — ¿Veniste con alguien? — Me pregunta atenta, lo cual me hace pensar enseguida a Kim Dae, ¿cómo será su día hoy? ¿Se habrá acordado de que tengo su gabardina?

— Asiento levemente viendo una expresión diferente en el rostro de mi madre, parece emocionada y me toma de las manos. — ¿Por qué no me cuentas? ¿Es un hombre? ¿Cómo es? — Sonrio por verla tan feliz, se emociona más por ello que por su propio cumpleaños.

Pienso en cómo se lo describiré, y justo en ese momento ha llegado la mesera con el pastel, poniéndolo sobre la mesa y retirándose cuando recibo una llamada a mi celular en el momento en el que hablaría sobre él, contesto sin dejar de sonreír, la expresión de mi madre sirviéndose una rebanada de pastel en su plato me demuestra lo contenta que está en un día como este, una felicidad que acaba cuando escucho la voz de mi madrastra, está llorando.

— ¿Qué ocurre? — Siento mi ceño fruncirse y no logro entender las palabras de ella, pues su voz está entrecortada.

—Tu... Tu padre...

— Por favor intente calmarse y dígame. —Trato de escuchar con más atención.

—Tu padre ha muerto, Han Min, lo siento tanto, tienes que venir, te... Tenemos que asistir al funeral. —Ha colgado dejándome encima aquella tristeza, agacho la mirada, no puedo dejar que toda la gente de este lugar me vea así pero tampoco puedo aguantarlo, con una noticia así no puedes controlar tus sentimientos rotos, mis lágrimas se deslizan y las manos de mi mamá sostienen las mías, pronto veo su rostro en una expresión de preocupación...

¿Cómo en un día así? Mi madre sin importar que día es hoy, me pidió que la dejase, que no pasaba nada, que viniera enseguida a la estación de trenes, hice caso después de abrazarla incansablemente, y miré mi reloj después de que me entregaron el boleto, marcaba las 5:38 pm, era tarde y el tren estaba a punto de emprender el viaje, corrí sin parar, por suerte no llevaba conmigo ninguna maleta, no era necesario traerla, solo asistiría al funeral, y mi madre parecía devastada con la noticia, aguantando el nudo en su garganta, sus ojos estaban rojos antes de que me marchara, y no pronunciaba palabras, solo asintió en forma de despedida bebiendo más café, con la vista perdida sobre la mesa, no podía venir conmigo porque solo estar cerca de mí madrastra sería una explosión de sentimientos que la harían sufrir.
Los pensamientos se esfumaron cuando sentí que él corazón se me saldría de tanto correr, finalmente sentandome en el lugar vacío que encontré primero, por suerte uno cerca de la puerta por la que entré. En cuanto mi respiración se relajó no pude evitar mantener la mirada sobre el suelo, sintiendo que la persona que estaba a mi lado de pronto se sentó en otro lugar apartado de mi, entonces con mayor razón pude soltar mis sentimientos rotos, sabía que el nudo en mi garganta no podría aguantarlo y pronto dejaría que mi llanto se escuchara, por ello decidí dirigir la mirada hacia la ventana, nadie podría notar demasiado que estaba triste, cerré los puños sobre mi sudadera reprimiendo el llanto, mientras a través del reflejo de la ventana podía verme a mi misma con las mejillas completamente rojas y los ojos llenos de lágrimas que recorrían mis mejillas.

— Disculpe... — Una mujer se sentó a mi lado, acercando su mano con un pañuelo el cual acepté asintiendo y agarrandolo, entonces ella volvió a su asiento.
Lo abrí para poder ocupar solo una parte de este, la tela era muy suave y noté entonces un bordado en la orilla de este con la inicial de un nombre supongo, y una nota escrita a pluma.

" Deja soltar ese nudo, nada pasará, todo está bien, un llanto hiere más si lo aguantas."

D.

Sonrio levemente, sorbiendo la nariz y limpiando mis mejillas, ¿por qué de pronto siento calma? Miro a mi alrededor viendo a aquella mujer y sonriendole pero ella no me mira, parece ocupada en algo...

Chica Vita. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora