Parte 2.
— No te disculpo ni me disculpo. — Han Min delira, y yo cambio la bandita humeda de su frente.
— Solo dime si lo que quieres realmente es alejarte... — He respondido.
Un silencio increíble se apodera de la habitación y miro hacia la nada, sentandome en la alfombra de brazos cruzados. — Han Min, lamento haberte besado pero debía hacerlo y quizá lo que te contaré te haga sentir mejor o peor, no puedo saber que causará en ti sinceramente...— Ha sido dado de alta. — Dijo el doctor devolviendome mis prendas de ropa. — Realmente espero no volverle a ver por aquí, usted es fuerte. — Su sonrisa débil por supuesto sé que fue falsa y tras haber salido del consultorio me vestí a prisa con las ganas más sinceras y grandes que jamás había tenido por salir a la calle, pero yo mismo me pregunté qué fue lo que ocurrió el día anterior por la madrugada.
La respuesta era clara, aquella bruja está detrás de nosotros como aquel guardián, hizo algún hechizo para devolverme los recuerdos con la condición de que no abandonara jamás la promesa de cuidarte antes a ti, el beso podría ser la unión de ésta y admito no me tomó bastante tiempo para pensarmelo, eres la única persona que tengo en esta vida y no puedo simplemente dejarte ir como cualquier desconocido porque sé que viviré atado a la frustración de si algo malo te sucede o si incluso mueres por culpa mía, no soy esa clase de persona que le importa nada, y no quise herir tus sentimientos con el beso, solo he terminado por sellar la promesa, aun intentes alejarte tendré que estar detrás tuyo y protegernos hasta el final, si vine a esta vida para cumplir la misión lo haré.
Y sabrás entonces que lo que tomo no lo abandono, Han Min podrás estar con alguien más pero seré como tú ángel guardian, puedes destruirme si quieres pero yo no puedo dejarte a la mano de la muerte, así que escucharé lo que debas decirme.
Realmente no es necesario que me digas las cosas ahora mismo, pero debes saber que luego de salir del hospital me hospedé aquí solo para estar cerca de ti, caminé cerca de la calle en la que sé que vives para un encuentro a propósito, lo logré y no te dejaré, no puedo, buenas noches Han Min. — Me he levantado a prisa apagando la luz y acostandome en el sofá, estoy agotado y triste, tengo que reconocer que la idea de saber que ella se siente mal por mis acciones duele como perder a alguien, me quedo mirando al techo y recuerdo a detalle lo que sucedió para hacerla volver al hotel...La vi alejarse con dificultad cada vez más de mi, y me quedé como un torpe pensando en si debería seguirla, el clima era frío y ella en ese estado no podía dejarla ir, sin embargo sabía que no la haría volver, caminé sin prisa tras ella, cuidándola y es que mi plan era seguirle hasta saber que habría llegado bien a casa haciéndole creer que no le seguía, escondiendome, pero eso no fue así pues luego de seguir sus pasos durante al menos quince minutos ella estuvo a punto de desmayar en medio del aguacero, y se recargó en una pared, entonces no dudé en correr hacia ella para saber que le ocurría.
— Me siento muy mal. — La escuché susurrar. — Te necesito lo admito. — Mantenía la mirada sobre el suelo y no pude evitar tocar su brazo con delicadeza.
— Estoy aquí. — Dije y ella sorprendida se separó, haciéndome sentir extrañado, pues parecía que lo que acababa de decir era mentira, aún siendo así no me importó. — ¿Por qué te marchas si te sientes mal? Volvamos. — La cargué y ella no dijo nada al respecto, para cuando llegamos al hotel sequé su cabello y le presté una de mis sudaderas, estaba resfriada y me ofrecí a cuidarle, dejándole la cama y tratando de aliviar su fiebre con paños húmedos, incluso le preparé té, le dí pastillas y cociné para ella, por supuesto no quiso comer ni un poco, por un minuto de mi vida me pregunto si tomé la decisión correcta, quizá sólo deba dejar que el día termine para mañana saber que sucederá...

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Chica Vita. ©
Genç KurguÉl no la buscó, ella lo encontró, justo cuando la muerte los atraparía. El destino estaba escrito, no había cosa que se interpusiera en el camino de ambos para evitar algo, ellos no eran simplemente dos personas que se habían encontrado, eran almas...