Parte 2.
8:20 am.
Tomo mi equipaje con todo lo necesario para quedarme en Busan durante al menos tres días, sí, hoy viernes y volver el domingo por la tarde noche, suspiro sonriendo porque por suerte no tendré que despedirme de la señora que detesto, mi madrastra, solo tengo que dirigirme a la estación de trenes y tomar uno en dirección a Busan, sonrio ampliamente porque disfrutaré por fin tres días a lado de mi mamá.
Camino a prisa, sin dejar de sonreír, y cuando menos veo ya estoy corriendo en dirección a la entrada de la estación, me siento maravillosamente feliz por este día que ni siquiera me lo creo, ya me hacia falta sentir de nuevo este tipo de emociones.
Luego de algunos minutos transcurridos subo al tren que me corresponde, dejando el equipaje en el apartado justo arriba de mi asiento, y tomo lugar soltando un suspiro de alivio cuando el tren empieza a avanzar, miro por la ventana, sin dejar de ver de vez en cuando el reloj, cuando sean aproximadamente las 11:30 am estaré llegando a Busan y tomaré un taxi que me lleve a casa, casi llegando a la vivienda de mi madre a eso de las 12:00 pm. Sin darme cuenta me quedo dormida, esperar durante más de una hora me da sueño y no puedo evitar no dormir...— Han Min, ese es tu nombre ¿no es verdad? — La mirada de ese hombre se clava en la mía.
— ¿Quién le dijo? — Lo miro extrañada por sus palabras.
— Tú me lo dijiste, ¿no recuerdas? — Sonríe pareciendo apenado por la situación y no sé si creerle, porque tiene razón, no recuerdo.
— Niego. — Yo no sé el de usted aún. — Respondo sin dejar de prestar atención.
— Naranja agridulce... — Dice dejándome más extrañada aún, ¿escuché bien lo que dijo?
— ¿Perdón?
— ¿Quieres una? — Pregunta acercándome una que ha sacado de una de las bolsas de compras que llevaba consigo, mientras en el fondo escucho la voz de otra persona decir...
— "¿La naranja agridulce vive en Busan?"
— ¿Qué dijo esa persona? — Pregunto discretamente al hombre y él me mira con el ceño fruncido, entonces despierto al sentir un tirón brusco.
— Señorita, despierte! Hemos llegado a Busan. — Un policía me mira de forma poco amigable y me levanto a prisa pidiendo disculpas, mientras más adelante, cuando he bajado del tren aún algo adormilada y sin ganas de caminar pienso sobre lo que soñé, ¿no podía ser más raro? Rio en alto al pensar que quizá realmente le respondí a aquel policía "La naranja agridulce vive en Busan", pero me tapo la boca al instante notando que la gente me mira penetrantemente.
Apresurando el paso cuando miro el reloj marcando las 11:50 am, no llegaré antes de las 12:00 pm a casa, me siento por un momento desilusionada porque no encuentro un taxi rápido, entonces corro hasta donde creo poder encontrar uno disponible, pero a medio camino choco con alguien fuertemente.— ¿Eres tú la respuesta de este mal día? — Esa voz de nuevo aparece en mis oídos y no creo que se trate de un sueño.
— ¿Eh? — Lo recorro con la mirada, viste de traje hoy.
— Bueno es que ha sido un día agotador del que ya me cansé y de la nada has aparecido tú aquí.
— No señor, se equivoca, usted es quien apareció en mi camino, por favor debo irme, necesito un taxi urgente. — Digo comenzando a caminar pero luego me pregunto ¿qué hace él aquí? Me paro en seco volviendo la mirada a él, no se ha movido un centímetro, solo me mira atento.
— Puedo llevarte a donde sea que vayas. — Dice al notar que yo lo estoy mirando también, y como por supuesto no tengo muchas opciones en este momento de prisa, acepto su ayuda, subiendome a su auto negro que no quedaba muy lejos de donde estábamos.
Mirando por la ventanilla y sin cruzar palabras hasta que una pregunta importante viene a mi, hablando exactamente al mismo tiempo en el que a él se le ha ocurrido sacar conversación.— Usted...
— Qué te t... — Ambos nos miramos por cortos segundos cuando frena en el semáforo en rojo, trago saliva guardando silencio. — ¿Por qué no empieza usted? — Me regala una sonrisa breve.
— Quise decir... — Aclaro la garganta. — ¿Usted a qué ha venido a este lugar?
— Familia... —Responde cortamente. — Tenía la misma pregunta para usted. — Dice cuando ya ha respondido.
— He venido ha festejar el cumpleaños de mi madre biológica. — Sonrio ampliamente.
— ¿Es hoy? — Pregunta y le señalo que dé vuelta a la derecha.
— No, en realidad mañana, debería salir por la tarde a buscar su regalo pero hace tanto que no venía y no sé dónde hay una buena tienda o plaza para comprar algo. — Contesto empezando a preocuparme por ello.
— Vendré por ti hasta aquí a las 6:00 pm, sé donde hay buenas tiendas. — Responde justo el momento en el que le he dicho que frene, y asiento bajando del auto, corriendo y adentrandome a la larga calle para poder ver más pronto a mi madre, de carácter ligero y adorable...
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Chica Vita. ©
Teen FictionÉl no la buscó, ella lo encontró, justo cuando la muerte los atraparía. El destino estaba escrito, no había cosa que se interpusiera en el camino de ambos para evitar algo, ellos no eran simplemente dos personas que se habían encontrado, eran almas...