Parte 4
Han Min.
Me quedo mirando desde dentro de una tienda el aguacero que se ha soltado y entonces todo pensamiento invade mi mente.
Regreso a ese momento en el que estaba junto a Daichi, en el que me despedía de él en el aeropuerto.— Han Min. —Me miró directo a los ojos con una sonrisa que mostraba calidez y me abrazó un instante, haciendo que tomara entre mis manos una nota. —Cuando la leas no quiero que te sientas mal ¿si? Es por el bien de ti, de mi y de todos. —En ese instante me sentí extraña puedo jurarlo, algo no estaba bien dentro de todo ello, al separarnos él se marchó con una mirada que expresaba tristeza y ganas de llorar.
Ahora mismo que me hallo dentro de esta tienda decido sacar esa nota de mi bolsillo, no haciendo nada más que prestar atención a ello y beber un trago de café de lata.
"Adoro mirarte mientras descansas en mi cama, en esa expresión relajada. Quiero que sepas con esto lo mucho que te quiero y querré pero no creo que sea correcto estar juntos, no lo escribo fácilmente porque me cuesta un peso enorme hacerte esto pero, esto es una ruptura, algo que nos va a doler mucho porque incluso me he marchado. Si no hubiese vuelto a ti no hubieras dejado a ese hombre, Kim Dae, no le culpo de esto y a pesar de quererte decido esta situación tan dolorosa porque lo sé todo, me he encontrado a esa mujer grande, corres peligro y no quiero ser el culpable de una muerte que no quiero que suceda."
Att. Daichi.
Suelto la nota dejando que se vuele con el aire que entra a través de esas puertas de cristal entre abiertas, mirando a la calle sin estar prestando atención en realidad, ¿fui yo la del error al conocer repentinamente a Dae? Ni siquiera sé porque aquel día me acerqué a él, fue solo reacción mía. Sin poder evitarlo las lágrimas se deslizan, si tan solo todo esto no hubiese ocurrido ¿cuales serían las consecuencias? ¿Hubiese muerto hace tiempo? ¿Hubiera venido a Busan sin vivir esta clase de cosas? Todo esto es algo que no puedo responderme porque no soy un dios, no soy nadie para adivinar lo que ocurriría.
Una vez terminado el café salgo de la tienda, entonces mi subconsciente me susurra algo muy misterioso, "cuidate si Dae ya no está más, porque si algo te pasa él podría sentirse más culpable."
Me detengo en seco antes de cruzar, un auto pasa a toda velocidad haciendo que mi ropa se sacuda con fuerza y mi corazón se acelere al mil por minuto...

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Chica Vita. ©
Novela JuvenilÉl no la buscó, ella lo encontró, justo cuando la muerte los atraparía. El destino estaba escrito, no había cosa que se interpusiera en el camino de ambos para evitar algo, ellos no eran simplemente dos personas que se habían encontrado, eran almas...