Parte 2
Han Min.
No sé si sea correcto devolver el comportamiento que Dae me mostraba dentro del auto pero decidí que no lo haría solo por el bien de ambos, dirigí mi mirada a la ventana desviandola de la suya y suspiré casi en silencio, entonces por una vez más sentí incomodidad.
—No me entiendes, no te entiendo, ni nos entenderemos. —Sus palabras me dieron razón para mirarle. —No sabes mi historia real, yo sé solo una parte de la tuya y por lo tanto el camino que había comienza a desvanecer, si eso pasa solo conseguiremos estar lejos para siempre ¿entiendes? —No puedo evitar sentir confusión por un instante, pero ahora estoy dispuesta a enfrentar el tema completamente.
—Quiero que hablemos claramente Dae, no quiero seguir de esta forma tan molesta. —No dejo de verle a pesar de que él tenga que seguir manejando. —Ambos tenemos malos días en el mismo tiempo, ambos nos vemos por casualidad la mayoría de las veces, entiendo que el destino te haya puesto en mi camino pero no entiendo porqué no puedes simplemente caminar lejos de mi y perderte en un bosque extenso, uno en el que encuentres una mejor vida con personas distintas, tengo una vida y tú otra.
—Eres dura con las palabras por supuesto... Y tienes muchos errores que tu boca no mide, yo no me puse en tu camino, tú llegaste a él tratando de ayudarme y yo terminé haciéndolo ¿comprendes? No existe culpa en que hayamos terminado enredados, tampoco puedo entenderlo del todo pero solo voy a dejarte algo muy en claro, tuve y tengo una vida que pesa mil kilos a la larga, cuando llegaste a mi estúpida vida alcé la mirada gracias a ti y fuiste tú en quien confíe para poder regresar esa poquita paz a mi mente, para tratar de ayudarte cuando ya no lo hacia por nadie, extendí mi mano a una alma joven que buscaba ayuda urgentemente, me fijé en ti para intentar ocultar el ahogamiento que me ataba y que no sucediera de esa forma contigo, lo que hice solo me dio un suspiro corto porque no me dejaste continuar. Traté con calma y paciencia poder ayudarte, me quedé justo a tu lado para protegerte de lo que nadie me protegió a mi, fui condenado por el resto de mi vida al sufrimiento, algo que nunca merecí y aun así llegó a mi vida aplastandome con fuerza. Tuve el mínimo de esperanza en que fueras tú mi amuleto de la suerte, no sé por quien o quienes terminé involucrandote en el peligro de mi vida, varias e incontables veces me sentí culpable por dejarte caer en mis redes, debí marcharme mucho tiempo antes de que llegases para evitar que tu vida también esté en constante sufrimiento. Han Min ya no importa nada de lo que ocurra a continuación y por eso mismo te pido que si no piensas decirme algo al respecto o volver a mi para permitirme protegerte, te marches ya, porque al final uno de los dos debe hacerlo. —Ha estacionado el auto bajo un puente, sin apartar la mirada de la mía, viendo como sus ojos comienzan a cristalizarse lentamente, no debe llorar. No de esta forma.—Que te vaya bien Han Min.—Susurra agachando la mirada y dejándome en este mismo instante a cargo de mi misma, por lo que puedo percibir con ese acto es que no quiere que le vea llorar. Sin decir nada porque no tengo palabras mas que lágrimas que quieren escapar de mis ojos abro la puerta sin querer hacerlo, caminando en sentido opuesto a su camino, aún sin importarme que mi casa también esté en la dirección a la que él va, no quiero tener que seguir el mismo camino siempre, ese que nos selló un día, no importa si me pierdo en esta parte de la ciudad, solo quiero sentir un rato el frío del día abrazarme y llevarme lejos de la culpa que también crece en mi...

ESTÁS LEYENDO
Chica Vita. ©
Novela JuvenilÉl no la buscó, ella lo encontró, justo cuando la muerte los atraparía. El destino estaba escrito, no había cosa que se interpusiera en el camino de ambos para evitar algo, ellos no eran simplemente dos personas que se habían encontrado, eran almas...