Él no la buscó, ella lo encontró, justo cuando la muerte los atraparía.
El destino estaba escrito, no había cosa que se interpusiera en el camino de ambos para evitar algo, ellos no eran simplemente dos personas que se habían encontrado, eran almas...
Camino descalza sobre el piso de madera notando la gabardina de Kim Dae sobre el sillón de frente, recordando que no se la devolví la noche anterior, quejándome mentalmente porque ahora no sé en qué momento lo volveré a ver para regresarle la gabardina. Sin darle más importancia metiendo los regalos en tres bolsas diferentes y llevándolas al comedor antes de que mi madre baje a desayunar, entonces veo a la sirvienta poniendo cubiertos y dedicándome una sonrisa.
- Buenos días. - Digo con una sonrisa entre mis labios, saludo que corresponde. Siendo descubierta por mi madre justo cuando apenas iba a ordenar los regalos en las mesa...
Kim Dae.
- He vuelto...
- Dae, ¿siempre tienes que estar fuera de casa?
- Todo el día se deben hacer cosas diferentes, no me voy a mantener cerca de ti solo por la empresa...
- Sabes que no me refiero a la empresa Dae... - Me voy directo a la cocina sin hacerle caso. - Dae te estoy hablando! -Ha alzado la voz haciendo que lo mire. - Como tu padre te exijo que te mantengas en casa al menos hoy, no deberías estar vagando por ahí.
- ¿Por qué debería hacer caso y quedarme aquí? Sabiendo que hoy debo volver a Seúl para visitar la tumba de mi madre, ¿no lo recuerdas? Usted sabe que mi vida se arruinó por culpa suya, mi madre falleció por usted también.
- ¿Por qué de pronto me hablas como un desconocido?
- Porque ya ni siquiera yo sé quién es usted, le desconozco cuando ni siquiera muestra sentimientos a la persona que amó y falleció justo un día como hoy. ¿Se da cuenta? Todo esto es culpa suya, y por supuesto como yo era el encargado de su empresa en ese tiempo la gente me mira mal. - Le apunto con el dedo. - Lo siento pero no puedo soportar seguir con usted, para mi ya ni siquiera es mi padre.
- Dae, no te atrevas a irte, soy tu padre y no puedes decir que no lo soy. - Me detiene del hombro con fuerza justo cuando iría por mi maleta.
- Suelteme, no voy a guardar más secretos, iré y revelaré que incluso usted es el dueño de la empresa, no yo, yo solo acepté ser el encargado temporalmente, y ¿para qué? ¿Para cubrir solo su persona? Si supieran que usted generó la muerte de mi propia madre se irá directo al suelo, así que suelteme.
- Si te atreves a revelar tal cosa, yo mismo haré que...
- No podrá hacer nada. - Me suelto de su agarre, ya jamás podría volver a verlo, no después de esta discusión temprana. Llegando a la habitación y recargandome sobre la pared, aguantado un nudo en la garganta, ya ni siquiera mi propio padre formaría parte de mi vida, todo estaba en el suelo dentro de mi vida, detestaba esto por completo, si tan solo pudiera volver a mi pasado habría cambiado las cosas, no hubiese dejado que me vieran como la peor persona, porque finalmente el culpable siempre fue mi padre, de quien cubrí su imagen.
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