Chica Vita. ©

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Parte 2.

Kim Dae.

Aprieto con fuerza el amuleto, sintiendome claramente apenado por el accidente y los familiares de la persona que ha sido arrollada, sin embargo me alivio de que no haya sido Han Min, camino hacia donde la encontré la primera vez, cuando yo tomé su lugar en el accidente. Pero me he equivocado y ella no está allí, ¿a dónde más pudo haber ido? Sigo caminando entre el resto de las calles sin importar que el resto del lugar no se si ella lo ha recorrido pero a medida que camino me siento estafado por mis presentimientos, claramente creí que podría encontrarla aquí, me grito a mi mismo y siendo callado al instante cuando la veo, está justo a un par de metros de mi caminando con toda tranquilidad, mirando al frente.

— Han Min... — No dudo en hablarle y ella se voltea al instante dedicándome una sonrisa, como si estuviese esperandome.

— Dae, te has tardado mucho esta vez en seguirme, pero lo logré. — Sonríe de nuevo haciendome sentir confundido por todo lo que dice de lo cual no me da explicaciones.

— Es que no te he seguido Han Min, yo solo he venido a buscarte, tu novio está muy preocupado y no deberías desaparecer así.

— Tú también estás preocupado. — No deja de sonreír y me extraña su comportamiento.

— Lo estoy, te dije que mi misión es protegerte. — Me acerco a ella. — ¿Acaso creíste que estaba jugando cuando te dije que sellé el destino?

— No, pero tampoco quise aferrarnos a toda esta situación, Dae yo no te pertenezco, en este momento es Daichi con quien quiero estar pero con esto puedo darme cuenta de que no te rindes ¿cómo sabías que estaba aquí? Si Daichi me está buscando, ni siquiera sabe a donde ir.

— Me encojo de hombros. — Te busqué donde creí que estarías y simplemente caminé en esta dirección finalmente si estabas aquí, no deberías hacer esto, hay personas a quienes les preocupas y me incluyo con mayor razón, Han Min no es bonito que juegues así cuando sabes que la muerte te sigue.

— Niega poniendose seria. — Quiero estar bien contigo pero aveces me haces enfadar, no soy solo yo quien está en la mira de la muerte, tú también y sin embargo te dejo libre, aquel día en que dijiste que con el beso habías sellado el destino quise no creer e incluso me alejé a propósito de ti, cuando Daichi apareció fue una oportunidad para deshacerme mayormente de ti, sin embargo mis sentimientos hacia él si son reales. — La miro directo a los ojos.

— Debes tener esto contigo. — Respondo evadiendo el resto de la conversación, tomando su mano y poniendo sobre ella el amuleto. —No vuelvas a perderte de esta forma, ¿qué tal y no te hallaba? No pierdas el amuleto esta vez ¿si? — Me doy media vuelta y para cuando vuelvo a mirar a Han Min Daichi ha llegado en su auto, bajando la ventana y hablando con ella, al parecer él también la regaña por haberse ido sin avisar...