Soy un joven bastante tímido, reservado y de pocas palabras, pero muy cooperador y me gusta ayudar a compañeros y también a los pokémon. Estoy en la Universidad y mis pasatiempos son la tecnología sobre todo los computadores, videojuegos y artes mar...
Abrí los ojos de golpe y vi 2 safiros rojos con una pupila negra... me levantó de la arena y veo a una pokémon que ya conocía anteriormente, por lo menos de su especie... tratando de robarme mi barra de chocolate que tenía en mi pecho y mi refresco que tenía en la arena. Ella se puso muy avergonzada y salió corriendo para esconderse detrás de unos grandes tachos de basura disponibles en la playa.
UNA LOPUNNY...
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Al ver que me levanté bruscamente se asustó y se fue a esconder detrás de unos basurer
- Oye conejita, sal ,no te voy a hacer daño. Debes tener hambre verdad? venga acérquese...
Ella muy tímidamente se me estaba acercando mientras me miraba fijamente.
- P...perdón..se..ñor.. me decía muy tímidamente la pokémon.
- Pero mírate pequeña!! Se nota que no habias comido desde ayer... esperame aquí vuelvo en seguida.
Luego de unos minutos, traje varios pokelitos, golosinas, comida pokémon para su tipo y unos refrescos y también pan y otras cosas.
- No me mires así pequeña, venga comé sin remordimientos ^^
Ella estaba con lágrimas en los ojos y empezó a comer, se comió todo... si que tenía hambre esta Lopunny...
- Oye dime Lopunny, ¿que haces a éstas horas solita? Puede ser peligroso? Y tu entrenador?
- Nunca he tenido... he estado so...sola desde que nací y he aprendido a sobrevivir... robando comida o en el bosque comiendo de las bayas de ahí...
- Aaaa entiendo...
- Lo vi a usted en la tele de la calle central... tan afectivo con sus pokémon durante el torneo... y veo que es igual en persona...
- Jjeje gracias. Es mi manera de agradecer a criaturas mágicas como ustedes los pokémon que me han dado tantas alegrías en la vida.
La pokémon se sonroja bastante.
En eso yo me levantó para ir en dirección al hostal, mis chicas y mi familia me debe estar esperando o se van a preocupar.
- Un placer conejita, toma aquí tienes dinero por si quieres comer por varios días más (le pasé 3 billetes de $20.000, en total $60.000) , cuídate... le dije poniéndole mi mano en su cabeza de manera tierna.
Ella estaba sonrojada como un tomate y se quedó ahí quieta. Yo me di la media vuelta y seguí mi camino.
Luego de un rato caminando ya casi llegando al hostal, me sentía que me estaban siguiendo. Me detengo unos segundos. Sonrío y digo:
- Pequeña ya sé que estás ahí, sal no temas.
En eso la pokémon sale de su escondite y llega a unos pasos de mí.
