Después de "Battle Brawlers" #8

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   La semana que Julie se disponía pasar con Shun, llegaba a su fin. Mientras empacaba su maleta rogaba al cielo que Shun no saliera muy lastimado. Al instante, entró Shun a la habitación:
-Julie, acabo de pedir dinero a mi abuelo. En este momento salimos para Wardington -dijo Shun muy decidido.
-¿Estás seguro? ¿No crees que sería una mala idea ver a Dan?
-No, Dan es mi amigo, y así me quiero quedar.
-De acuerdo, Shun. Como dije, puedes contar conmigo para todo.
-Muchas gracias Julie, no sabes lo que significa escuchar eso de alguien.
   Julie contactó a Marucho para saber si podían hospedarse en su casa el tiempo que estuvieran en Wardington, quien les respondió que eran bienvenidos en su casa.
   Shun iba decidido a decirle a Dan lo que sentía. Aunque Runo se interponía entre ellos, para Shun, ella carecía de importancia; Shun sabía que, aún si Dan no sentía lo mismo, seguirían siendo los mejores amigos. Era obvio que quizás se sentiría hostigado por lo que esta confesión podría provocar en el grupo de los peleadores, pero el chico del pelo negro estaba dispuesto a tomar el riesgo.
Dan usualmente no recibía de una forma fría a amigos que fueran de visita a Ciudad Wardington, menos si eran parte de los peleadores bakugan. Pero Shun temía mucho lo que pudiera pasar cuando lo viera, más allá de actuar grosero, de que él se descontrolara; el chico del pelo negro terminó de empacar maletas y emprendió el camino junto a Julie hacia el centro este de correspondencia y transporte para tomar el primer autobús a ciudad Wardington.
Al llegar a Wardington, Julie y Shun se dirigieron a la casa de Marucho, y se pusieron cómodos. Se saludaron:
-Shun, Julie... qué gusto me da verlos, amigos.
-Marucho, oh enano, ¿cómo has estado? -preguntó Julie con mucha emoción.
-Shun, es bueno verte tan feliz, hacía tiempo que no te veía sonreír.
-Sí, realmente vengo muy feliz, voy a quitarme una fuerte carga de la espalda -dijo Shun sonriendo de una forma dudosa.
-¿Huh? ¿carga? ¿a qué te refieres? -exclamó Marucho.
-Bueno, vengo a decirle algo especial a alguien especial.
-Vaya Shun, eres todo un Casanova -dijo pícaramente el más bajo- Nombre de la afortunada...
Shun y Julie se vieron fijamente con una mirada seria que hizo pensar a Marucho que le estaban ocultando algo, y aunque así era, Julie no consideraba idóneo decírselo ahora, pero el ninja no lo dudó ni un segundo..:
-Marucho, quiero decirte que no es afortunada, sino afortunado... de hecho -dijo con algo de inseguridad- es alguien que tú conoces muy bien.
-¿Huh? ¿Afortunado? Shun... ¿eres homosexual?
-Vaya, qué explícito eres enano. Así es, no sabía esto de mí, hasta que Skyress me persuadió, ella notaba cómo miraba involuntariamente a Dan, además de que un día soñé con él y Skyress no tardó ni un minuto en descifrarlo.
-¡Wow! No lo sabía -respondió Marucho confundido.
-Espero que esto no afecte nuestra amistad, enano.
-¿Ah? No, en lo absoluto, amigo -dijo muy sonriente el menor- entonces dime ¿quién es ese chico?
-Hm, es nuestro líder -dijo Julie en medio de la duda.
-¿¡Qué!? ¿Estás enamorado de Dan? Vaya, esa sí que es una respuesta muy inquietante -dijo muy exaltado el más bajo- dudo mucho que Dan comparta tu gusto.
-Hm, eso me temo, pero estoy decidido a decírselo.
-¡Awwww! ¿No es muy valiente, Marucho? -dijo Julie con corazones dibujados en sus ojos.
-Em, claro, Julie. Pero los tres sabemos que Dan no dejará a Runo.
Sólo escuchando esto último, abruptamente alguien entró exclamando:
-Ya me dejó... indirectamente -dijo Runo con una sonrisa en el rostro.
-¿Runo? ¿Qué haces aquí? -preguntó Julie.
-¿Ah? Oye amiga, también me da gusto verte en persona -dijo algo disgustada.
-Oh, lo siento. Claro que me alegra verte, sólo que entraste muy sigilosamente -respondió Julie.
-Espera Runo, ¿cómo que Dan te dejó? -dijo muy sorprendido Marucho- ¿por qué lo dices?
-Descubrí que quizás no siente gusto por mí... ni por ninguna chica -dijo Runo bajando la cabeza.
-Oh Runo, lo siento -dijo Shun dirigiéndose a abrazarla- pero espera ¿cómo que por ninguna chica?
-Sí, tengo la ligera sospecha que a Dan le atraen los chicos.
En ese instante el corazón de Shun se aceleró demasiado como para oír lo que los otros tres jóvenes hablaban... no estaba seguro de que estaba pensando, pero de una forma completamente involuntaria emanó de él una de las sonrisas más lindas y sinceras que la Tierra ha visto.
-¡Oh Dios mío, eso es! Quizás tendré una oportunidad con él -pensó Shun cerrando los ojos pero sin dejar de sonreír.
Para tener a toda la pandilla reunida, Marucho generó un videochat con Alice hasta Moscú para que pudieran hablar. Por otro lado, Julie ingresó al portal bakugan para avisar a Dan que todos se encontraban en la casa de Marucho y que debería venir para "ponerse al día" con la vida de los demás. Dan no lo dudó ni un segundo y salió de su casa, montó su bicicleta y se dirigió a la residencia de Marucho. Al llegar a su cuadra, algo lo detuvo:
-Un minuto... ¿toda la pandilla? Eso significa que Shun estará ahí. Será mejor no aparecerme por allá -pensó muy acelerado.
Dio la media vuelta y regresó a su casa. Pero la intriga no cesaba en él, así que después de un largo rato, decidió correr de nueva cuenta al domicilio de Marucho.
Los otros peleadores lo esperaron por horas mientras platicaban; a Shun se le veía un tanto disperso, pero Runo y Alice no sabían el porqué:
-Shun ¿te encuentras bien? -preguntó Alice a través del portal bakugan.
-Sí Shun ¿está todo en orden? -reiteró Runo- No has hablado mucho desde que llegamos.
-Nada, es sólo que... quiero ver a Dan.
-¡Oww! Qué lindo que extrañes a tu amigo -dijo Alice.
-Sí bueno, él...
-¡Alto! -gritó Julie- Shun, Marucho ¿les importaría si hablamos en el corredor por un momento?
-Adelante, vamos -dijo Marucho jalando al adolescente de pelo negro.
EN EL CORREDOR
-¿Qué ocurre, Julie? -dijo Shun- estaba a punto de decirles a Alice y Runo, es mejor que se enteren de una vez.
-Ese es el punto Shun, quizás no es buena idea que ellas sepan -dijo Julie- recuerda que a Alice tú le gustas y Runo acaba de romper con Dan.
-¿Eso creen? Puede que tengan razón. Sí, mejor no les contaré aún.
-Eso me tranquiliza -dijo Marucho- volvamos dentro.

¿Y si no cambiamos nada? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora