Continuidad (pensamientos) | #5

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Miércoles, 8 de Abril 2009

Runo, llevo casi un mes viviendo solo, si es que a esto se le puede llamar vida; pero no tenía alternativa, lejos de perseguir mi libertad con mi abuelo decidí desertar. Pero estoy seguro que él será quien decida buscarme, no puede estar sin su único nieto, su única compañía, el último familiar que tiene con vida.
No tengo idea de donde estoy, me alejé demasiado de Ciudad Bahía, pero no ubiqué por dónde caminaba, ni siquiera estoy seguro de cuántas montañas escalé para llegar hasta aquí; es una especie de roca saliente, pero debes creerme ¡es altísima! Me siento en la cima del mundo, es cómo cuando veía con Dan el atardecer en lo alto de la Torre Wardington, un momento mágico. Siempre era mi parte favorita del día. Pero no lo veíamos juntos diario, había veces en que la tarea lo absorbía mucho y no podía salir de su casa hasta terminar, pero acababa ya muy tarde... pobrecito. Runo, le echo demasiado de menos, y sé que yo también le hago mucha falta. Nos convertimos en nuestros complementos diarios; esa media naranja de cada uno.
Aquí tengo una vista preciosa, volteo a todos lados y lo único que se nota son las copas de los árboles con distintas tonalidades de verde, algo así como una ensalada de tipos distintos de vegetales. El cielo aquí siempre es muy azul, con un crepúsculo anaranjado que me recuerdo tanto al color rojo de los ojos de Dan; por eso me gusta estar aquí. Mientras el sol se oculta, me recuesto sobre el césped de la montañosa superficie, y admiro el cielo apagarse poco a poco al tiempo que contemplo en mi mente los ojos y la boca de Dan; te juro que puedo sentir que me pierdo en ellos, como dormir sobre algodón.
La verdad, Runo, me he instalado de maravilla, estoy muy bien. Tengo piezas interminables para hacer una fogata todas las puestas de Sol que me proteja de la fría noche; mi cama está hecha de hojas de clavel, lavo mi ropa en el río y recojo los frutos de los árboles para alimentarme cada día. Me siento en contacto con la naturaleza, y es muy reconfortante.
Progresé más de lo que esperaba, y eso me tiene muy feliz. Considero este lugar como mi hogar... hogar... mi hogar... Dan es mi hogar.
Runo, realmente quisiera besarlo mucho, pero no puedo volver... no sé cómo. Tengo que esperar a ver qué es lo que dice el tiempo, y lo que la vida tiene deparado para mí. No me preocupo por mi seguridad, puedo cuidarme muy bien solo.
Los animales se han vuelto mis amigos; es a ellos a quienes les cuento mis goces y mis penas, y me hacen compañía mientras entreno; estarías muy impresionada de lo fuerte que me he vuelto. Soy tan rápido como un relámpago y tan inteligente como un halcón. Soy autosuficiente... claro, sin contar a Dan.
La tristeza no me está consumiendo, pero no te negaré que extraño mucho a todos y vivir en la comodidad de la casa de Marucho; es increíble lo generosos y amables que son sus padres.
Bueno, tengo que encender mi fuego para calentarme en la noche.

-Shun Kazami

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