Desde el fondo de su corazón, Dan deseaba que el Sol jamás saliera; volteó su cuerpo para mirar a Shun dormido, con su cabello sobre su boca, su manos sobre la almohada y sus ojos cerrados. El castaño se le acercó más y mientras lo miraba durmiendo, pensaba:
—No sé qué hubiera sido mi vida sin ti. Sin tus risas, sin nuestros momentos, sin nuestras peleas, sin tus abrazos. Eres una parte muy importante de mi vida, Shun -se inclinó a besarlo- Te amo.
Al día siguiente, siendo fin de semana, Dan no tenía escuela; Cato cocinó un desayuno variado para todos. Después de llamar a los muchachos a comer, Marucho le indicó recoger a Runo. Marucho no tenía conocimiento de lo que había ocurrido entre Shun y ella, así que supuso que todo estaría muy normal. Planeó todo un plan para toda la pandilla, a excepción de Alice.
Cuando Cato llegó a la residencia de la del pelo azul, ella se pensó si ir o no, pero creyó que lo que había hecho estuvo mal, así que aprovechó la oportunidad para disculparse. Pronto llegaron, y justamente al primero que vio fue a Shun, estaba practicando sus artes marciales, como era su costumbre. Se acercó a él...
—¿Shun? ¡Ah! -gritó asustada por el puño de Shun que detuvo justo antes de golpearla.
—¿Qué quieres? -preguntó serio.
—Sólo... sólo quería disculparme. Sé que lo hice no estuvo muy bien, pero ponte en mi lugar. Sólo me descontrolé, pero no quiero que dejemos de ser amigos.
—Hm, disculpa aceptada -inmediata y bipolarmente el alto sonrió- ahora vayamos a desayunar -tomando en brazos a Runo.
—Vaya, qué raros son los chicos -pensó Runo.
Los 6 chicos se sentaron a la mesa y se dispusieron a esperar que Cato les sirviera. Pero Marucho alzó la voz.
—Chicos, quiero decirles que son mis mejores amigos. Es un gusto recibirlos en mi casa, y no disfruto nada más en el mundo que estemos todos juntos, aunque nos falte Alice.
—Vaya, ahora que lo dices, no hemos sabido de ella en mucho tiempo -dijo Dan- me pregunto cómo estará.
—Sí bueno -dijo nervioso.
—¿Qué pasa Shun? Parece que no quieres ver a Alice -cuestionó Marucho.
—No, no, no es eso. Es sólo que he perdido interés en lo que pueda aportar. Ya que hemos perdido mucho contacto con ella, siempre es más ameno buscar algo de que poder hablar.
—Hm, supongo que tienes razón -respondió Julie.
—Shun ¿me regalas un minuto, amigo? -alzó la voz Runo.
Por los acontecimientos del día de ayer, Julie intentaba notar en Runo el más mínimo rastro de hipocresía, sin embargo no lo conseguía.
—Pero tengo ham...
—Ven -jalándolo hacia la salida del gran salón.
Los dos adolescentes se encontraban caminando por el pasillo, y entablaban un diálogo que denotaba en Runo coraje y en Shun mucha angustia.
—Deja rehuir a Alice.
—No lo hago, y deja de invocarla, Runo. No me sorprendería si en un momento el timbre sonara y fuera Alice quien estuviera del otro lado de la puerta.
—Bueno, Shun. No eres muy reconocido por tener una mala suerte, pero aún así deja de preverlo.
—¿Sabes Runo?, eso sería de lo peor que podría pasarme ahora.
—Eso lo entiendo, pero tan sólo piensa: ¿qué pasaría entre Alice y ustedes si se entera que Dan y tú son... pareja?
—Bueno tendría que aceptarlo. Ahora veo que es común que las chicas te ataquen por no preferirlas a ellas -entonaba Shun sarcásticamente.
—Ya me disculpé, Shun. ¿Qué más quieres que haga?
—Quiero que dejes de ser una bruja controladora, y si lo seguirás siendo, al menos conjura unos modales.
—¿Ah? Eres un... -Runo volvía a lanzarse contra Shun.
El encuentro no pasaba a mayores complicaciones, fuera de unos pequeños golpes de parte de Runo hacia Shun y viceversa, pero un sonido en la puerta los sacaba de su pleito:
—Genial. Están llamando a la puerta, bueno ¿qué esperas?
—¿Realmente quieres que yo abra?
—Bueno, el "caballero" eres tú.
—¿Y desde cuándo tienes tanto talento para sermonear?
—¡Sólo abre la maldita puerta, Shun!
—¡Deja de gritarme! -Shun comenzaba a girar la perilla- ¿¡Qué!? -gritó al abrir la puerta, pero inmediatamente opuso en su rostro una expresión cercana a casi haber visto un fantasma- Ay no ¿por qué me pasan estas cosas a mí? -cubría su cara con sus manos.
—¿Quién es? -se acercaba Runo a la escena- No... puede... ser -expresó con mucho asombro.
Otra voz interfería en el espacio:
—Hola chicos.
ESTÁS LEYENDO
¿Y si no cambiamos nada?
FanficDan no sabe si aún se siente a gusto con Runo, aún al no haber iniciado nada en lo absoluto; Shun sabe que Dan no es fácil de complacer, y no sabe si el despertar, que quizás el vivir solo con su abuelo le ha provocado, sea verdadero. Mientras todo...