Después de "Battle Brawlers" #17

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   Mientras escuchaban lo que sus padres decían, Dan jalaba a Shun hacia la salida, con la intención de ir a un lugar donde, estaba seguro, Shun nunca había ido. Dan con un rostro muy eufórico dirigía la mirada de su amado ante el panorama fondeado por el Sol del parque de diversiones de Wardington. Shun había oído de aquellos lugares temáticos pero, como Dan había previsto, nunca había entrado a uno.
—¿Qué hacemos aquí, Dan? -preguntaba Shun.
—Venimos a bañarnos -dijo el de rojo con un sentido sarcástico- ¿qué crees que hagamos en una Feria?
—Hm, de acuerdo, entraré, pero solo por ti -dijo Shun sonriendo- quiero que sepas que jamás he probado todas estas atracciones, dime ¿qué sensaciones te provocan?
—Bueno, estás por descubrirlo.
   Ambos chicos se dirigieron a el torbellino mecánico. Dan sentía algo de temor; aunque le guste mucho subir a las atracciones, también le atemorizan un poco. Esto también le reafirmaba al castaño que con Shun se siente muy feliz y seguro, puesto que, con Runo, Dan debía forzosamente ocultar su miedo para poder hacerse notar fornido y valeroso, pues consideraba que siendo el varón en la relación, tenía el deber de cargar el temor que Runo pudiese tener, mientras dejaba de lado el suyo.
   Al llegar a la atracción Dan dijo:
—Shun, está bien si gritas ¿de acuerdo?
—¿Ah? ¿Esto te hace gritar? -preguntó Shun con sorpresa.
—Bueno, al menos a algunas personas... me incluyo -dijo con una voz nerviosa.
Shun sólo pensaba en hacer feliz a su chico, sin embargo, también planeaba cómo esconderse de ojos criticones como los de Shuji y Akira; el ninja trataba de no darle mucha importancia, pero era inevitable para él sentir ira al ser atacado, y peor aún, sin saber amar antes de Dan, que también lo atacaran a él.
La mirada perdida de Shun denotaba de una forma muy agresiva su preocupación, sin embargo, se esforzaba en camuflar su sentir para no preocupar a Dan. Shun sabe que Dan no es un chico afeminado, pero es algo sensible. Normalmente al Shun del pasado le sería muy incómodo la actitud actual de Dan, pero el tiempo sabe poner todo en su lugar, es como si para Shun el amor no existiera tras la muerte de su madre, su mirada se tornó vacía; al inicio, Skyress no era suficiente para poder rellenar aquel hueco.
Dan corría impaciente a la montaña rusa, y Shun, atado de su muñeca a Dan, iba tras él. El sentimiento de alegría de Shun avivaba sus pupilas para dejar de lado las preocupaciones... es justo en una feria donde las parejas van a divertirse y alejarse de sus problemas.
Al llegar a la atracción, Shun no sabía qué esperar, pero la cara de Dan lo incitaba a acompañarlo.
—¿Listo, Shun? -preguntó Dan.
—Em, por supuesto... pero dime ¿es una emoción desagradable?
—Para nada, lo disfrutarás mucho -le aseguró el castaño al del kimono morado.
Al subir, Dan no dejaba de gritar pero Shun estaba disfrutando mucho las vueltas y la velocidad, ya que lo forzaba a despedir la adrenalina que nunca había sentido en 14 años...
   Cuando el tiempo de uso se terminó, la pareja bajó de la cabina donde se habían sentado...
—¡Vaya Dan! Me gustó mucho. Pero no me explico porqué no dejabas de sollozar ¿esto te asustó? -preguntó el del kimono morado.
—Em, no. Pero hacía tiempo que no subía; en realidad me genera algo de miedo, pero subirme contigo me hizo olvidarlo por completo -dijo sonriendo.
Las horas pasaban, y mientras más oscurecía, Dan se sentía más confortado junto a Shun. En su mente repetía una y otra vez que era uno de los mejores momentos de la vida.
Con el propósito de descansar las piernas de la larga caminata, Dan y Shun se sentaron en los escalones del acceso al centro de comida del parque. Dan recostaba su cabeza sobre el hombro de su amado, mientras cerraba los ojos para imaginar su vida juntos. El olor de Dan, su sonrisa y su cabello sólo podían generar en Shun un sentimiento del cual nadie quisiera escapar; se sentía tan apacible, feliz y enamorado. De pronto las sensaciones anteriores, de cualquier adolescente, lo invadieron...
—Será que dos chicos puedan... -pensaba- No lo sé, pero quiero descubrirlo con él.
Los pensamientos lo invadían, sin esperarlo, comenzaba a erectarse, sentía lo apretado de su pantalón, no se sentía cómodo, pero aquellas fantasías no dejaban de acosarlo. Abruptamente, levantó a Dan entre sus brazos y brincó sobre las ramas de los árboles que en la feria había para poder salir de ahí y dirigirse a la casa de Marucho.
—Shun ¿qué ocurre? -cuestionó el de ojos rojos- ¿está todo bien?
—Dan, sólo quiero... -se quedó en silencio.
—¿¡Qué!? Dime qué deseas e intentaré concedértelo -dijo muy tiernamente Dan.
—Quiero sentir que eres mío -respondió Shun- quiero saber que soy tu dueño.
—Lo eres... te prometo que siempre seré solo tuyo -afirmó el de rojo abrazándose de su antebrazo.
Esas palabras demostraron a Shun la inocencia de Dan, pero a la vez, el poco conocimiento que Dan tenía de aquel tema prohibido. Aquel rostro alegre que Dan mantenía cerraba los deseos de Shun de corromper su cuerpo.
Muy sorprendido, Shun se dirigió a casa de Dan para que pudiera descansar y alejarlo de sus intenciones que consideraba perversa al verlo. Pero no contenía casillas que lo incitaran tocarlo. Ver aquella pequeña cintura, esas tonificadas piernas, sus suaves labios y su marcada espalda despertaba en él sentimientos de atracción intensa, pero prefería esperar a que Dan se lo autorizara.

¿Y si no cambiamos nada? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora