Después de "Battle Brawlers" #24

164 11 3
                                    

Shun se dirigió al baño para poder hacer uso del botiquín de primeros auxilios; Runo había rasguñado su rostro y brazos dejándole heridas superficiales, pero que ardían en su piel, tenía marcas en su cuello y algunos moretones en piernas y espalda.
Julie se dirigía a la entrada del gran salón, y mientras caminaba por el pasillo se asomó al baño viendo ahí al de kimono morado, con el cuello agachado en el lavabo; Julie inmediatamente reaccionó a preguntarle qué había sucedido...
—¿Shun? ¡Santo Dios! ¿Pero qué te ocurrió? -preguntó angustiada.
—Runo me atacó. No puedo creer que lograra hacerme esto, por alguna razón no podía detenerla.
—¿Te atacó? Pero ¿por qué haría eso?
—Por lo mismo... Pensé que ya había superado ese tema.
—Vaya, no puedo imaginar cómo se siente ahora ella.
—No excuses su acción, Julie.
—No es eso. Pero siendo empática con ella, tampoco estaría muy feliz de que me dijeras que vas a tener sexo con quien me gusta.
—Entonces Runo no ama a Dan, sólo le gusta su físico.
—¿Cómo determinas...
—¿Qué es este escándalo? -interrumpía Marucho al entrar al diálogo- Ah, aquí estás Shun. Dan vino a verte, pregunta porque no llegaste por él.
—¿¡Él está aquí!?
—Em, sí. Lo dejé esperando en el gran salón, pero... ¿qué te pasó?
—Ese es el punto Marucho, no pude ir por él porque Runo casi me mata.
—Ah, era de suponerse. Pero se me hace extraño que logre hacerte todas esas heridas.
—De acuerdo. Ayúdenme a cubrir todo esto y vayamos a la sala con Dan.
—Pero tienes el cuello morado, ¿qué esperas que te pongamos?
—No sé, Julie. Debes tener cosas de maquillaje, cubre los rasguños y moretones con algún maquillaje.
—Bien, bien. Ya voy.
Mientras Julie y Shun se alistaban para salir, Marucho desviaba la atención de Dan contándole relatos y teorías acerca de las JJ dolls. Pero éste no dejaba de preguntarse por su novio.
   Después de 10 minutos, Shun salió a su encuentro con Dan.
—Hola -le dijo abrazándolo- Lo siento, tuve una especie de... accidente. Por eso no pude ir a recogerte.
—¿Accidente? Pero, ¿qué fue lo que te paso, Shun?
—Em. Antes de salir de bañarme, me resbalé.
—Oh, ya veo. Al menos no te lastimaste mucho. Tú dices si aún quieres que salgamos.
—Dan, prefiero que nos quedemos aquí. ¿Está bien?
—Claro, pero no traigo ropa para dormir.
—No necesitas ropa. Dormirás conmigo, Dan -Shun sonrió de manera seductora.
Dan se sonrojó y abrazó a Julie. La chica le correspondió y la acción y le hablo al oído...
—Hoy no es tu cumpleaños -susurraba- dense calor, niños.
Los dos rieron y Marucho habló...
—Muy bien amigos, iré a preparar su pieza.
Dan llamó a su madre para avisarle que estaría en casa de Marucho. Miyoko lo autorizó, y colgó para dirigirse a su esposo e informarlo.
Dieron las diez, y después de charlar por un buen rato, los chicos se levantaron para lavar sus dientes y dirigirse a sus habitaciones a dormir. Shun entró al baño y muy dudoso se quitó el maquillaje que había usado para cubrir sus heridas y así evitar preocupar a Dan. Estaba intentando buscar una excusa, así que sólo tomó de base su mentira de su caída.
—Shun, ¿pero que te pasó?
—Me los hice cuando caí, Dan. No te preocupes, nada grave.
—Pero lucen un poco... dolorosos ¿no?
—Hm, ¿cuándo me has visto quejarme por dolor físico, Dan?
—Vaya, supongo que tienes razón. Bueno, me alistaré para dormir.
El de atuendo rojo comenzó a retirarse sus estorbosas prendas de forma provocativa, quedando sólo en ropa interior. Shun contuvo sus deseos, pero eso no le quitaba el romanticismo a aquella escena.
—Hace frío, Dan. Es otoño -dijo Shun desabrochando sus botones- Sí duermes con ropa sentirás más frío.
Dan se sonrojaba, y Shun se dirigía hacia él sin nada que cubriera su torso.
—Las cobijas no son rivales para el calor humano -susurraba besando el cuello de Dan- ¿sabes? -se deslindaba de su pantalón.
—Shun -jadeando un poco- No... no necesito ropa -comenzaba a gemir.
—Entonces déjame ayudarte -bajaba la ropa interior de Dan y posteriormente retiraba la suya.
—Shun -su respiración era pesada- No me sueltes nunca.
—Hm -cargando a Dan y acostándolo para luego acostarse él- Te amo -besaba su espalda y lo pegaba a su cuerpo desnudo- dulces sueños, príncipe.

¿Y si no cambiamos nada? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora