La mañana llegó. Para Dan se sentía como una abundante confusión y era como si su cuerpo hubiera sido conquistado; jamás había tenido relaciones sexuales, pero le había encantado lo que había sentido: más cercano al cielo, con sus emociones disipadas, las pupilas dilatadas y la mandíbula relajada. Esa mañana despertó tan sereno, como si hubiera descansado todo lo que no había descansado hace mucho tiempo.
Shun abrió los ojos, y se dio cuenta de que Dan ya no estaba en la cama.
—¿¡Príncipe!? -volteaba su mirada a todas las direcciones de la habitación.
—Aquí estoy, Shun -gritó desde el baño lavándose los dientes.
Shun se levantó y tomó su toalla de baño, e ingresó a la regadera. Mientras él comenzaba a lavar sus dientes, Dan se deshizo de su toalla y entró al mismo sitio que Shun, y abrió la llave para proceder a bañarse. Shun aceleró su lavado, y terminó para poder entablar conversación a su amado.
—No sé si haya gustado mi regalo -dijo con una voz suave mientras besaba su nuca y cuello- pero a mí me encantó poder entregarlo.
—Fue el mejor de todos, Shun -enjabonaba su cuerpo.
—Es muy gratificante para mí oír eso, príncipe -bajaba su mano por el cuerpo de Dan.
—Shun, te amo demasiado.
—Yo también -besando su mejilla- ya eres mío, y yo soy todo tuyo,
Dan giró su cuerpo para poder besar en la boca a Shun, mientras el agua de la regadera seguía cayendo.
Sus intenciones eran poder inclinar a su pareja al enamoramiento total; y aunque en realidad ambos lo disfrutaron y no se arrepentían de nada, todo apuntaba a formalizar cada vez más las cosas, sobre todo hacia el lado de Shun con su abuelo y poder persuadirlo de que nada de lo que haga Shun lo hace menos hombre o menos ninja.
Al salir de su habitación se encontraron en el pasillo con Julie, y aunque tenían algo de pena, decidieron escuchar lo que la chica quería decirles, pero parecía algo bochornoso.
—¡Ay! -se quejó la chica- sean un poco más pudorosos, amigos. Anoche salí por un vaso de agua y sus gemidos se escuchaban demasiado. Espero que los padres de Marucho y Cato no los hayan escuchado.
—En efecto, lo escucharon -interrumpió en la escena el menor del grupo- me han solicitado que les pida que guarden un poco de discreción. Dicen que no hay problema, que esta es su casa, pero que les ruegan que tengan más respeto por este lugar.
—Sí. Realmente lo sentimos, amigo -dijo Dan.
—No era nuestra intención incomodar a nadie -proseguía Shun.
—Bueno, vayamos a desayunar. Me muero de hambre -exclamó Julie.
—¿Tú cuándo no tienes hambre? -cuestionó el de pelo negro.
Cuando los chicos llegaron al comedor, se encontraron con Alice y Runo. La del pelo naranja a punto de romper en llanto y a la de los ojos Aqua con un aparente disgusto.
—¿Qué sucede, chicas? -preguntó Dan.
—Marucho, Julie ¿pueden salir del salón un momento? -cuestionó Runo con mucha decisión y disforia dibujada en su rostro.
—Pero tengo ham...
—¡Salgan! -gritó Alice.
El más pequeño jaló a Julie fuera del salón, dejando solos a la pareja y las enojadas chicas. Shun ya podía oler lo que estaban cuestionando, pero le creaba, más que remordimiento, furia. Se había armado una pelea más.
—Ya sé que están por decir -cruzando los brazos Shun- esto se ha convertido en cuento de nunca acabar, Runo.
—¡Esto es culpa tuya! No se están percatando del daño que nos producen...
—¡No! El daño se lo producen ustedes mismas. No es culpa de nosotros -respondía Dan- creo que no tienen idea de lo que significa "amor".
—Evítame tus estupideces sentimentales -Runo alzó la voz.
—Ya teníamos suficiente viéndolos besándose a cada momento de cada día. ¿Saben qué es empatía? -preguntó Alice.
—Alice, tú no por favor. Runo está de esa manera por su egoísmo, cuando nadie la obliga a ver a Dan -argumentaba Shun- Si tanto te molesta mi presencia -alzando el brazo y apuntando a la salida- ahí está la puerta. Alice, tú me dijiste que intentarías sobrellevarlo.
—Eso trato, pero creo que no me dan las bases para hacerlo -colocando sus manos sobre su pecho- ¿qué crees que sentí anoche de escucharte gemir como mujer? ¿De escuchar a Dan quejándose y quejándose? Ahora el que está mal eres tú, Shun.
—¡No! Él no está equivocado; tenemos derecho a tener intimidad -respondió Dan.
—Pero en un lugar tan poco privado, Dan -replegó Runo- ¿Saben algo? creo que me iré a mi casa. Alice ¿vienes conmigo?
—Sí, sólo déjame rehacer mi maleta.
—Claro, te espero.
La escena se quedó en absoluto silencio en el gran salón, donde Dan tenía la cabeza baja y Runo y Shun no dejaban de intercambiar miradas asesinas.
Dan estaba muy triste. No era así como quería pasar su pos-cumpleaños. Alice salió después de un rato, y le informó a Runo que estaba lista para ir a su residencia a pasar su estancia en Wardington.
—Espero que piensen bien las cosas, amigas -dijo Dan.
—Ni siquiera estoy segura de que aún puedas llamarnos así -le respondió Alice.
—Van a recapacitar. Dense cuenta de que jamás les dimos motivos para generarse ideas tan erróneas de nosotros. Runo, te dejé en claro que eras sólo mi mejor amiga.
—Y Alice, no me vas a decir que me amas tanto si mi actitud te genera escalofríos y no estás contenta porque yo esté feliz -tomó la palabra Shun.
—No necesitamos más sermones. Pero queremos que sepan que los arrepentidos serán ustedes.
Las dos chicas abandonaron la casa después de despedirse de Marucho y Julie.
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¿Y si no cambiamos nada?
FanfictionDan no sabe si aún se siente a gusto con Runo, aún al no haber iniciado nada en lo absoluto; Shun sabe que Dan no es fácil de complacer, y no sabe si el despertar, que quizás el vivir solo con su abuelo le ha provocado, sea verdadero. Mientras todo...