Después de "Battle Brawlers" #32

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   Shun no esperaba que Alice adoptara ese plan de comportamiento. Para él se trataba de un berrinche más de Runo, pero no concibe que Alice se volviera parcial inclinándose hacia ella; aún así, no le afecta demasiado lo qué pasa con ellas, pero a Dan sí. El chico de cabello castaño sólo podía enfocarse en cómo remediar la situación que tenían él y Shun con sus amigas peleadoras. Sin embargo, pese a darle poca importancia, Shun intentaba buscar una forma de conciliar lo que había pasado, pero no se sentía convencido porque él sabía que no hizo nada incorrecto. Está seguro que Runo se comporta así por lo inmadura que aún es.
Julie entabló un diálogo con Shun con el objetivo de encontrar una solución a lo que él podría sentir; pero Julie también creía que la culpa no era de ellos, sino de Runo.
—¿Sabes? Creí que quizás Alice sería más flexible que Runo -dijo Shun algo decepcionado.
—No sé... supongo que Runo persuadió a Alice de una idea mala acerca de su relación -argumentó Julie- pero estoy segura que Alice podrá tener más conciencia que ella; Alice siempre ha tenido el corazón más noble de los seis.
—Tal vez, pero créeme que no se podría igualar al lado de Runo si no tuviera algo que la motivara... ¿crees que aún le guste?
—Shun, se lo pediste hace menos de dos días... tienes que escuchar a las personas o jamás te escucharán.
—Lo sé, pero... ¿cómo te diriges a alguien que te chantajea para hacer algo que tú no quieres hacer?
—Hm, buen punto. Dales tiempo.
—¿Más, Julie? Estoy harto de esa expresión "dame tiempo", no tolero que siempre tenga que esperar para ser feliz... dime, ¿has sufrido algo parecido?
—Bueno... no, pero...
—¡Entonces es obvio que no sabes cómo se siente! Creo que iré a correr.
—Espera, Shun.
   La chica se quedó en la sala sentada con el brazo estirado dirigiéndolo a Shun. Por su parte, el ninja no se acomplejaba más de lo que ya estaba. Realmente se convertía en una situación más y más dramática, pero no sabía cómo hacer entrar en razón a Alice y Runo; así que decidió poner un fin al asunto.
   El chico se dirigió a la casa de Runo... entró por el restaurante sin saludar ni tocar la puerta, y se abrió camino hacia la habitación de Runo, abrió la puerta y gritó:
—¡Runo! Quiero que seas honesta.
—¡Ah! ¿Qué haces tú aquí? -quitándose sus auriculares- ¿No te enseñaron a tocar la puerta?
—¿Por qué, si quieres tanto a Dan, no te esforzaste para que te quisiera?
—¡Sal de mi casa! -se levantó Runo de la cama y tiró a Shun una patada.
—Te hice una pregunta -deteniendo el pie de la chica.
   La mirada de Runo cayó, y bajó la cabeza mientras su expresión facial se hacía más y más oscura. Su semblante se tornaba frío y lucía muy triste.
—Claro que lo intenté -se llenaban de lágrimas sus ojos- No soy malvada... más bien, no quiero serlo... es sólo que me da mucha envidia lo que Dan siente por ti.
—¿Envidia? Pero no creo que...
—No necesito sermones Shun -limpiaba sus lagrimales- No digo que sea tu culpa. Es sólo que me esforcé mucho y por mucho tiempo para que Dan se enamorara de mí... y por mucho tiempo me hizo creer eso.
—¿En serio? Pero...
—No digas nada, sólo escúchame. Cuando empezamos a salir y salir lucía muy feliz conmigo; me sentí amada, llena de luz y felicidad. Pero Dan no tardó mucho en empezar con sus extrañas actitudes.
Los flashazos se apoderaban de la vista de Runo. Ella podía ver muy claros recuerdos de aquellos días.
—Comenzaba a buscar escapatorias de nuestros planes. Pero no fue hasta un poco antes de que llegaste a Wardington que él me dijo que no éramos nada, sin embargo, nunca vi signos de que fuera homosexual -decía Runo con la mirada perdida- incluso de vez en cuando hablaba de batallas bakugan. Me dijo que parecía un chicle con él: siempre pegada. Me hizo sentir fatal eso; le di lo mejor de mí y jamás me detuvo... todo eso me hizo sentir como basura. Te juro que intenté... aceptar su relación, pero su encuentro sexual fue la gota que derramó el vaso.
—¡Vaya! Nunca me habías contado eso... no sabía que Dan...
—No necesito tu lástima -lo interrumpió Runo.
—No es eso. Pero entonces es un asunto que debes arreglar con Dan, y no tienes que sancionarme a mí. Yo te quiero demasiado como una amiga. Por favor, no me arrebates eso.
—Tienes razón, no es culpa tuya -lo abrazó- Te juro que esta vez mi disculpa es sincera y será para siempre, amigo.
—¡Gracias por ceder, amiga! -correspondió el abrazo.

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