Cap. 5 "Problemas"

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Son las 6:30 de la mañana y ya estoy lista para desayunar. Hoy me levanté de buen ánimo y todavía no sé el motivo. Antes que nada me di una ducha y pude peinar mejor mi pelo, le hice unas ondas con mis manos más una crema de peinar y no quedo tan mal como siempre. La temperatura de hoy era agradable así que decidí ponerme un Jean clarito roto y una remera negra, sabía que iba a hacer más calor a la tarde ya que vi el pronóstico extendido en el celular por lo que guardé una muda de ropa en la mochila que consistía en un short negro junto a una remera que parecía un vestido de lo larga que era. Iría a ver a mi hermana de pasada y todo estaría bien, caminaría con mis amigos hasta llegar a su casa. Mi madre, mi hermano y Sack irían después de trabajar.

Cuando llegué a la cocina mi madre se sorprendió a ver el intento de arreglo que hacer conmigo el día de hoy.

—¡¿pero qué te pasó, mi Clari? creo que necesitamos más cumpleaños, así te arreglas el pelo más seguido... —exclamó ni bien pisé el lugar.

—Buen día Sack, madre... —respondí y me senté en la silla.

—hola Clari —dijo Sack con una sonrisa observando mi pelo, luego siguió leyendo el periódico.

—¡pero mira que linda te ves! si al menos te lo peinaras más seguido... —siguió mi madre, la observé y sonrió— o planchártelo, te quedaría Hermosísimo. Espera, espera ¿por qué no te pinto un poquitito los ojos? solo un poquito ¡por favor, Clari!

—mamá, no empieces por favor, ya debo de irme al colegio y... —traté de impedirlo levantándome de la silla pero se me adelantó.

—¿qué? Si, si. Acá tengo las cosas... ¡perfecto! Al fin podré ponerte un poquito más femenina —sonrió, mi madre se puso delante de mí. Me hizo sentar nuevamente y comenzó a pintar mis ojos, cinco minutos después se detuvo— listo —dijo viéndome. Abrí los ojos y me pasó un espejo. No estaba tan mal, me gustaba... aunque no iba admitirlo al frente de ella porque se pondría a sacar todo el set de maquillaje.

—bien ¿me puedo ir? Se me hace tarde, gracias mamá. Adiós.

—¡adiós! —dijeron mi madre y Sack a la par. Tomé la mochila y me coloqué los auriculares. Cuando estaba llegando a la parada sentí un escalofrió, mierda, no estaba haciendo tanto calor como pensé; estaba fresco pero igual ya estaba en la parada y el micro pasaba en 5 minutos, no llegaría a ir por un abrigo. A lo lejos veo dos motos acercándose: una adelante y otra por detrás. Sentía algo raro dentro de mi ¿me había caído mal el desayuno? ¡Ya se! Tal vez el maquillaje. Las motos me dieron algo de desconfianza hasta que vi al loco de mi amigo montado en la de adelante, lo raro era que la de atrás también comenzó a desacelerar, ¿tal vez algún amigo de él del otro grupo? Entonces mi amigo estacionó a mi lado.

—¡Clari! —dijo Hans mostrándome una sonrisa triunfal, cuando se bajó me abrazó y la moto de atrás aceleró. El conductor tenia casco pero me sentía rara. ¿Por qué se estaba deteniendo y de repente arrancó tan rápido?— ¡Hey, Clari! aquí del planeta tierra llamando a Clari —Hans agitó su mano sobre mis ojos y lo observé.

—¡hey! Hola ¿y eso? —pregunté señalando la moto. El rostro de Hans estaba deslumbrante, con el labio roto si, pero se lo veía muy feliz. Agarré los auriculares y los guardé junto con el teléfono en mi mochila.

—es mía ¿te gusta? La compre ayer, luego de que te dejara en tu casa y... —cuando me observó desde el pelo hasta la punta de los pies se sintió raro.

¿Acaso tenía algo malo?

—¿qué pasa? ¿Qué sucede? ¿Tengo algo malo? —dije observando mi vestuario.

—en lo absoluto, al contrario... mierda, digo ¿te llevo? Dale di que si, Clari.

—¡¿estás loco?! ¿Qué te fumaste, Hans? Ni en broma, les tengo miedo y además ya viene mi colectivo. —comenté diciendo la verdad, en un minuto pasaría.

Amor De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora