Cap. 4 "Travis Maddox"

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"¿En donde estas?" le mande un mensaje a Hans. Esto me estaba poniendo nerviosa, la escuela se encontraba con algunos estudiantes caminando de aquí para allá. Tenía que salir de allí para ir en busca de mi mejor amigo.

"Estoy en el sótano del instituto, ven y trae la mierda con la que andas siempre, el alcohol y esas cosas, date prisa Clarisa."

Bien, primero no tengo que salir del instituto, eso era algo bueno, y segundo: ¿ qué hace en el sótano? De repente me llego a la mente las remeras con sangre y me preocupé. ¿En qué rayos andas metido, Hans?
"¿llevo a alguien? ¿Necesitas ayuda?" -pregunté por vía texto mientras caminaba hacia mi taquilla como para hacer que olvidé algo, por suerte algunos estudiantes seguían caminando pero ya eran pocos.

"CLARISA VEN, AHORA MISMO ¡CARAJO!" -contestó.

Upsi. Se enojo.

Miré quedándome tranquila que nadie me veía, servía ser la invisible del grupo, me dirigí hacia el sótano y antes de entrar observe a mis costados, no había nadie: eso era bueno ya que estaba prohibido, entonces giré la perilla con fuerza para abrir aquella puerta y en cuanto se abrió me metí rápidamente y cerré. Comencé a bajar esas escaleras tan horribles alumbrando mi paso con la linterna del celular.

—¡AY! —pegué el grito.

—¿Clari? —llegué a escuchar la voz de mi amigo desde algún punto del lugar.

—estoy bien, solo era una puta araña —dije. Seguí bajando los escalones hasta que llegué a la planta baja: no encontré nada, no podía ver nada. Solo montones de cajas y cajas apiladas.— Hans, carajo ¿dónde estás?

—Clari aquí... —dijo y entonces seguí una luz tenue detrás de lo que parecía una pared; pero no lo era, eso era una especie de cortina negra. Pasé la cortina y me encontré el horror en persona.

Mi celular se estrelló contra el piso junto con la mochila entonces comencé a temblar. Vi como se había improvisado bastante bien un ring en el centro del pequeño salón, había cámaras por todos lados, luces y mi amigo se encontraba ahí, en medio de ese ring, sentado, lleno de sangre.

—Clari, viniste. —sonrió como si no estuviera todo ensangrentado.

—¡idiota! ¿Pero qué carajos te piensas que haces? ¿Acaso eres estúpido? ¿por qué no... —estaba diciendo pero fui interrumpida por él.

—shhh, me duele la cabeza —dijo Hans tratando de sentarse, entonces me encaminé hacia él y lo ayudé como pude, baje de ese lugar y fui a buscar mi mochila que estaba tirada en el piso. La tomé rápido y fui al lado de mi amigo, este se encontraba con el pelo todo corrido para adelante, solo tenía la nariz sangrando y el labio roto, entonces ¿por qué tanta sangre?

—¿y toda esa sangre? No te has lastimado tanto... —pregunté mientras ponía alcohol en una gasa. Todo se encontraba en mi botiquín de primeros auxilios que tengo siempre en la mochila.

—¡ah! Esa sangre, es del otro chico, tendrías que haberlo visto —dijo sonando como un triunfador que acaba de ganar una medalla de oro, entonces observó mi rostro y se apenó— lo siento...

—¿otro chico? ¿lo golpeaste hasta casi matarlo? Hans ¿en qué diablos andas metido?

—shh, luego te cuento. Ahora necesito tu ayuda más que nada para salir de aquí. —dijo y entonces se fijo en mi remera y frunció el seño— ¿hoy no habías venido con una camisa?

Amor De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora