Cap. 13 "Noche de WhatsApp"

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La noche llegó más pronto de lo esperado y me encontraba acostada en la cama de Sam, este se había tirado el colchón de siempre en el piso y me dejó su trono para que durmiera más cómoda, como siempre lo hace. Hans se había ido después de comer el helado y ver la película de Marvel que yo había elegido y con Sam nos habíamos quedado hablando de demasiadas cosas, entre ellas de como me había librado de aquellos dos tipos. No pude contarle toda la historia pero si que un chico me había salvado; si tan solo supiera que era el mismo chico que me había ocasionado el ataque de pánico en mi casa.

Demasiadas cosas habían pasado el día de hoy y solo quería hacer algo, solo que no me daban las agallas para hacerlo: necesitaba mandarle un mensaje para agradecerle o buscar cualquier motivo para hablarle. ¿Por qué? No habíamos terminado bien nuestra conversación pero prefirió ir a buscarme y defenderme que ayudar a su amigo y dejarlo pasar.

Prefirió golpear a su amigo, que irse y hacer como si no pasara nada. Entonces necesitaba hablar con él y agradecerle. Al final no era tan malo como pinta.

Tenía mi celular en las manos, mientras pensaba que escribirle cuando el móvil vibró en mis manos: señal de un mensaje nuevo. Seguramente sería Hans, él estuvo pendiente de mi a cada instante en todo el día y cuando se fue me mandaba un mensaje cada 15 minutos. Aunque pensándolo bien no lo creo, yo le había dicho que me iba a dormir y mi mejor amigo estaría de fiesta o con alguna chica.

Observo arriba, en la barra de las notificaciones y mi corazón comenzó a palpitar más fuerte: 1 mensaje nuevo de Kaiser “amor platónico”. Quité el patrón de bloqueo y entró a la aplicación de WhatsApp ¿Debía responder de forma automática o esperar aunque sea unos minutos? Entonces, sin escuchar la voz de mi conciencia que me decía que no lo lea abrí. ¡Mierda! Conciencia, tienes razón, fue muy rápido.

Kaiser “amor platónico”: ¿Cómo te encuentras?🙄

Clarisa: yo estoy bien😶 ¿y tú?

En ese instante se prendieron las tildes celestes. No había salido del chat o lo leyó rápido. Me sentí muy tonta y las malditas mariposas rondaban en mi estomago de nuevo. ¡Claro! mariposas no, Gorilas.

Kaiser “amor platónico”:  yo estoy bien bonita, a mi no me hicieron nada. Por cierto, el tonto de tu “novio” esta aquí y tal vez pensé que ibas a venir con él.

¿Aquí? ¿Dónde se supone que estarían esos dos? Allí ya tenía mi respuesta: Hans y Kaiser se conocían de las carreras y todo ese mundo.

Clarisa: ¿y donde se supone que sea aquí?

Kaiser “amor platónico”: jaja, que tonto🤦🏻‍♂‍ estoy en una fiesta que organizó tu amigo Diego, creo que la organizó para apaciguar las broncas.

Fiesta. Kaiser estaba en una fiesta. De seguro con chicas muy hermosas y… ¡Mierda! ¿Por qué te pones así Clarisa? Él Ni siquiera me registra. Me había quedado en completa estupidez  cuando vibro mi móvil nuevamente.

Kaiser “amor platónico”: ¿te comieron los dedos los ratones? ¡digo! Porque estamos escribiendo. Te diría de ir a buscarte si lo quieres pero después de lo que sucedió hoy es mejor que te quedes en tu casa.

Clarisa: gracias pero no estoy en mi casa☺️

Kaiser “amor platónico”: ¿así que la chica se porta mal? Y dime, chica mala ¿dónde estás?

Clarisa: en casa de mi amigo. 😊

Las tildes estaban celestes: había leído mi mensaje pero no respondió. Seguro ya había encontrado alguna chica interesante, estaba por dejar mi celular a un costado pero nuevamente vibró.

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