Cap. 31 "Sueños" Primer Año (Parte 1)

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¿Esto es algo real? Digo, estar levantada haciendo café mientras escucho la risa de Kaiser junto a las voces de mis hermanos, hermanas y padre. ¿Puede ser algo más perfecto? No lo creo. Si es un sueño prefería que nadie me despertara.

¿Cómo llegamos a esta situación? ¡Fácil!

Luego de que Kaiser me pidiera ser novios fue todo tan raro y lindo a la vez; no pude contenerme de contarle a mis hermanas y estas festejaron. En cuanto Isabel se enteró de quien se trataba no dudó en felicitarme y decirme que parecía un chico bueno y educado. Pronto lo llamé para presentarlo ante ellas y antes de llegar a la casa de mi hermana fuimos s comprar masitas para no llegar con las manos vacías. Ahí lo vi interactuar rápidamente con mis hermanas y “primos". Observé como se ganó el cariño de mis sobrinos más chicos al instante y hasta jugó con ellos. Antes de que se hiciera tarde, Kaiser se estaba por retirar pero pronto llegaron mis hermanos junto a Sack y no me quedó de otra que presentarlos. Mis hermanos tenían la cara de “voy a matarte si le haces algo” y Sack “no te acepto" pero nadie dijo nada. Pronto mi padrastro se fue y Kaiser se quedó hablando un rato más con mis hermanos llegando a la conclusión de hacer un almuerzo el día domingo para terminar de conocer a toda la familia completa. Hablaban como si llevaran una vida entera haciéndolo y recordé que Hans también fue igual cuando llegó a mi hogar.

Sentí unos brazos rodearme y sonrei oliendo su perfume, me di la vuelta y beso rápidamente mis labios.

—hola. ¿Necesitas ayuda? —preguntó y negué. Me di la vuelta y coloqué agua caliente en cada taza donde ya había café batido. Sentí sus manos en mi cintura y me tensé.

—me pones nerviosa, Kaiser —solté y abandonó sus manos de mi cuerpo.

—lo siento, no quiero que te quemes, novia —reí y lo observé, —mañana es sábado y quiero presentarte con mi familia. ¿Qué dices?

—que me encantaría, pero ¿si no me aceptan? —pregunté con cierto temor y sonrió.

—no te preocupes, te amarán. Todos excepto Kenneth, aún sigue molesto porque la única chica que no demostraba interés en su clase se cambió de taller.

Sonreí mientras recordé que debía leer uno de mis libros favoritos: Orgullo y Prejuicio. Luego de saber que las chicas que habían llegado ese día a interrumpir la clase eran compañeras en el taller donde estaba Diego no lo dudé y me cambié de inmediato. Me encantaba los debates sobre los distintos puntos de vista de las lecturas que cada uno hacía pero quedaba maravillada en cuanto el chico de al lado comenzaba a dar su experiencia. Diego tenía una capacidad de compresión y expresión perfecta.

—me gusta mi nuevo taller —sonreí y Kaiser hizo una mueca, —¿qué?

—preferiría verte con el idiota de mi hermano que estés en el mismo lugar junto a Diego.

Sonrei y lo piqué, —tu me vas a buscar al terminar mis clases como también al finalizar el taller. Hasta algunas veces me llevas a estudiar ¿Acaso mi novio está celoso?

—y no sabes cuanto… vamos, te ayudo a llevar las tazas y me voy. Hoy tengo que cuidarle la espalda a Cris —comentó y asentí.

Llevé junto a él la tazas y luego de que se despidiera lo acompañé hasta la salida.

—cuídate mucho. —lo abracé y besó mi cuello.

—siempre, nos vemos mañana ¿sí? Te quiero.

—y yo te quiero a ti —sonreí y luego de darle un beso partió a su casa en la moto.

Cuando entré a la casa mi familia comenzó a burlarse haciendo muecas, mis hermanas estaban enloquecidas por sus brazos diciendo que era muy fuerte, rudo y a la vez dulce y cariñoso por sus muestras de afecto conmigo.

Amor De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora