Cap. 35 "Final" Quinto Año

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Clarisa

Todo en mi mente daba vueltas ¿está bien lo que estoy haciendo? ¿Es lo correcto?

Después de hablar por mucho tiempo con Kaiser tomé la decisión darnos un tiempo por el momento. No nos habíamos dejado definitivamente pero no estábamos juntos y dolía. Kai no lo había tomado del todo bien y cada día me llamaba. No había día que no intentara arreglar todo. Lo que él no entendía es que, tal vez me dolía el hecho, pero me dolía mucho más la mentira. Era algo que no toleraba y lo sabia ¿Por qué mentirme así? ¿Por qué hacer algo que sabes que a la otra persona le va a doler?

¿Cómo podía creer algo que saliera de su boca si toda verdad se ponía en duda con sus mentiras?

La confianza es algo que se gana y respeta siempre que quieras tener algo verdadero. Mi futuro lo veía con Kaiser y ahora, realmente no veía nada. Me dolía muchísimo estar lejos de él y cada noche lloraba preguntando el por qué, me preguntaba si había hecho algo mal, si ya no era lo suficiente para él.

Ahora se tomaba las molestias de pedir algún día libre y esperarme a las afueras del trabajo para hablar. Me invitaba a tomar helados y me di cuenta que hacía mucho no lo hacíamos; una acción tan simple y a la vez tan lejana.

Su mano se encontraba siempre con la mía con la excusa de que era demasiado torpe para cruzar el camino. Se reía cuando todo mi atuendo se llenaba de ese dulce ya que era demasiado torpe tomando o comiendo cualquier cosa. Su brillo volvía a sus ojos y me hacía sentir en casa pero no podía confiar en él. Había demasiadas mentiras de por medio.

Una noche sentí que no podía aguantar el dolor; mi mente comenzó a fallar y se me creaban escenarios en donde él me era infiel con otra; donde me engañaba, me lastimaba y muchas cosas más. La mente comenzaba a jugarme en contra y él no estaba junto a mi para ayudarme.

Él no va a volver.

Está feliz de que lo hayas dejado.

Tú tienes muchos problemas para cualquiera.

Mírate lo que eres, mira a las demás. ¿Ves la diferencia?

¡Eres una inútil!

Fracasada.

Idiota.

Rara.

Mi cuerpo sudaba. No podía más. Lloraba y mi corazón dolía; a nadie le importaba. ¿Cómo aguantaban tanto dolor? La historia del Bad Boy y la chica buena no es más que una falacia. El infierno no es un lugar bonito en donde juegas con el fuego sin quemarte. Allí te quemas, tu cuerpo arde y pide a gritos que se detenga el sufrimiento, pero este no cesa. 

Fui al baño, tomé muchas pastillas y traté de ingerirlas. Cuando me sentí demasiado mareada una arcada llegó a mi hasta vaciar todo en el retrete.

Eres inútil hasta para tratar de matarte ¡Estúpida!

No sirves.

Amor De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora