Gracias al cielo mi madre no se había enojado porque le había encantado el cambio que Ailen había hecho en mí y al instante la adoro por transformarme ¡Cría madres y se aliaran con tus enemigas de moda! Ailen también le mostró toda la ropa que me había regalado y le presentamos a Racso; según mi madre era el chico adorable y buenito… ¡Si tan solo supieras! Mi madre junto a Sack se quedaron encantados con ambos y hasta los invitaron a cenar pero mis nuevos compañeros de grupo se tuvieron que ir ya que Ailen tenía que hacer “tarea” y Racso la llevaría. De igual manera los invitaron a llegar a la casa cuando ellos quisieran: palabras de mi madre.
Después de despedirlos tomé todas las bolsas y me dirigí a mi habitación. Mañana Ailen vendría hasta mi casa y me ayudaría con mis anteriores atuendos; yo sabia lo que eso significaba: tirarlos a la basura. En cuanto dejé la ropa en el pequeño sillón me recosté en la cama sintiendo golpes en la puerta.
—adelante —dije y observé a mi madre entrar con una sonrisa plasmada en su rostro.
—¡ay cariño! Te ves hermosa, aunque ya lo eras pero ahora… estas tan grande —respondió sentándose en la cama, entonces me senté para estar a su altura— ¿desde cuándo eres amiga de ellos? ¿Qué hay con Marrie y Sam?
Aquí viene el interrogatorio. Sabía que no lo iba a dejar pasar.
—desde hace poco. Es que Marrie y Sam se han alejado un poco de mi; entonces me quedé sola con Hans y él decidió presentarme a su otro grupo de amigos…
—¡ah! ¿son muchos más? —preguntó y asentí— espera ¿cómo que se han alejado? ¿ambos? ¿no estabas con él la otra noche?
—bueno solo Marrie, pero Sam no la quiere dejar sola y yo me quedé con Hans. En fin, él me presento con su otro grupo y me llevo bien, como viste. Entre ellos esta Ailen y Racso y me convencieron de que era mejor un cambio de apariencia y aquí me ves, madre.
—me gustan tus nuevos amigos y los antiguos también hija. Espero que puedan unirse entre todos y puedes decirle que cuando quieran están invitados, puedo hacerles hasta una chocolatada con galletas de chocolate —dijo mi madre y la abracé. Tenía a la mejor madre de todas pero de ninguna manera podía imaginarme a Diego junto a los demás en mi casa tomando chocolatada y comiendo galletitas. De tan solo imaginarlo reí por lo bajo.
—si madre, te amo —respondí y me dio un beso en la frente dejándome sola en mi habitación. Observé las bolsas y distinguí la que contenía una caja: en ella había maquillaje que Racso había comprado con la tarjeta de Diego; no utilizamos mucho y la mayoría decidí pagarlo yo.
No queriendo pensar demasiado en las consecuencias de lo que vendría dejé de observar la ropa y coloqué música baja en el parlante; tomé una colita y me agarré solo un poco el cabello, lavé mi rostro dejándolo libre de maquillaje, cepille mis dientes y me quité la ropa dejándola para lavar y tomé mi pijama del capitán América. Luego de salir del baño corrí hasta mi cama y me relajé sintiendo mi suave colchón. Observé mi móvil que estaba cargando recién un 3% de batería y lo encendí, entonces me empezaron a llegar notificaciones de llamadas y mensajes de Hans: 15 llamadas pérdidas y 50 mensajes. Creo que debe de estar molesto. Sam: 2 mensajes. Número desconocido: 3 mensajes. Raro. En el momento que estaba por abrir alguno de los mensajes de Hans el nombrado comienza a llamar tomándome de sorpresa.
—¿hola? Hans ¿qué te sucede? ¿Por qué hiciste tantas llamadas y enviaste tantos mensajes? ¿Estás bien? —pregunté pero no estaba preparada para su tono de voz.
—dime una cosa, Clarisa ¡¿Qué carajos hiciste?! ¿Tú sabes en lo que te has metido? Lo que hiciste no tiene… ¡Carajo! No te entiendo de veras… ¡¿Cómo es eso de que entraste al grupo? ¡yo quería sacarte, no involucrarte! Lo arruinaste todo, absolutamente todo.
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Amor De Cristal
Teen FictionAsocial. Según la RAE, la definición de Asocial es: "aquella persona que no se integra en la sociedad o no sigue las normas y convenciones sociales". Entonces, gracias a eso, puedo definirme como tal. ¿Sigo las normas y convenciones sociales? La re...