(Raúl)
En cuanto note la angustia y el terror en Katie por Damián, tuve que sacar a Damián de allí. Por el vínculo le estaba regañando por su comportamiento agresivo.
Mientras él intentaba explicarse. De que había sido así porque si no Katie no habría hablado de nada. Pero esas no eran maneras. No podía recurrir a la fuerza. No era una prisionera y esto era un interrogatorio.
-Dejad los forcejeos. Quiero mantener mi casa de una pieza, gracias –nos reprendió Maddi por el vínculo.
Entonces fue cuando note que Katie no estaba en la casa. Pero aun la notaba en el edificio. No me preocupe ya que estaba cerca.
-¿Estás loco? –Le pregunte a mi hermano- es nuestra Luna y tú la tratas como si fuera una criminal.
-Yo solo quería que hablara para que todo esto no te dañara ni a ti ni a la manada.
-Me haces daño tratando mal a mi mate ¿No ves que lo que haces es provocarme?
Damián solo se me quedo mirando. Sabía que lo hacía por todos pero es Katie, es a mi Katie, a quien estaba presionando.
-Sabes de sobra que usando los miedos de Katie contra ella es una forma de tortura.
-No era mi intención asustarla... pero sé que sabe algo que no nos está contando.
-Pues ya lo dirá cuando sea el momento.
-¿Y si esta compinchada con el zorro?
No podía ser. Me negaba a esa posibilidad. Si estuviera compinchada con el zorro ella tendría su olor y no es así. Pero si lo pensaba como una táctica, podía decir que era muy buena. Ya que me habían separado de la manada y si nos superaban en número, por muchos, podían ser capaces de ganarnos a Maddi, Damián y a mí.
-No lo está –dije convencido de ello.
Nada más decir eso note como Katie se alejaba del edificio. Con una mirada, a Maddi y Damián, los tres supimos que nos teníamos que poner en marcha. Para seguirla.
Salimos corriendo. Aunque no tardamos mucho en alcanzarla. Nos quedamos unos metros por detrás, para vigilar a donde iba.
Por esto era que se quería quedar esta noche aquí. Podíamos notar su inquietud y su miedo. Por eso no era difícil de seguir.
Se dirigía al final de la calle. Por ese camino no había salida. Por lo que no nos acercamos más. Dio un giro a la derecha.
-Eso es un callejón, sin salida –comento Maddi por el vínculo.
-Me voy a asomar –dijo Damián adelantándose para ir hasta la esquina y asomarse disimuladamente.
Pero como estaba tan curioso y nervioso por Katie, me puse de puntillas para ver por encima de la cabeza de mi hermano.
Katie estaba caminando hacia el final del callejón, donde la oscuridad impedía ver que había al final. Pero con nuestros sentidos podíamos ver como había alguien allí, apoyado en la pared. Katie avanzaba tan lentamente que podía notar como temblaba desde aquí.
-¿Gorka? –escuchamos la voz de Katie.
-Acércate –le respondió alguien desde la oscuridad con voz muy tomada.
-Te lo dije –escuche la voz de Damián en mi cabeza.
-Cállate –le reprendí, temiéndome lo peor.
Katie se acercó al final y de repente unas manos la envolvieron y la atrajeron a la oscuridad. Grito de sorpresa.
-¿Sabes el tiempo que te llevo persiguiendo, perra? ¿Por qué me abandonaste? Yo te quiero.
-No, no... yo no...
-Tienes que tomar la responsabilidad de abandonarme. ¿Sabes lo preocupado que está tu padre? La última vez que lo vi fue en el hospital.
-¿Hospital? ¿Por qué?
Aunque parecía una conversación normal aun podíamos escuchar y sentir como Katie forcejeaba con Gorka para que la soltara.
-Lo tuve que llevar después de la paliza que le di porque no me ayudaba a buscarte. Asqueroso borracho.
La angustia y tristeza de Katie me recorrió todo el cuerpo, poniéndome la piel de gallina.
-¿Qué le has hecho? –pregunto ella dándole un golpe en el pecho.
-Se lo merecía después de lo que te hizo –dijo con la intención de tocarle la cara pero ella alejo la cara para que no le tocara- pero puedes estar tranquila de eso ya hace mucho... y ya hace tiempo que salió dado de alta y volviendo a beber como si el whisky fuera agua.
Katie seguía forcejeando, cada vez más angustiada.
-He venido a buscarte. A traerte de vuelta. Puedo perdonarte y estoy dispuesto a olvidar que me abandonaste, si te sigues portando bien conmigo. Podemos volver a como éramos antes –la espachurro en un abrazo contra su cuerpo.
Ya me estaba empezando a hervir la sangre. Además Damián y Maddi no paraban de preguntarme cosas y que si podíamos intervenir ya.. Yo solo podía mirar la escena.
-¡No! ¡Para! –Grito Katie- ¡Suéltame!
Fue entonces cuando yo salí corriendo. Saque los brazos de alrededor de Katie y me lie a pegar a Gorka.
Estaba tan cegado por la ira que solo recuerdo estar sentado en el torso del zorro pegándole en la cara, mientras de fondo escuchaba gritos y como me llamaban desesperados. Pero yo no frene.
-¡Ya vale! –grito Damián por el vínculo al tiempo que me cogía de los brazos y me levantaba usando toda su fuerza, ya que yo me resistía.
Entonces me di cuenta de que mis manos se habían convertido en garras y los dientes estaban empezando a doler.
Mire hacia atrás y vi que Katie no estaba.
-¿Dónde está?
-Se la ha llevado Maddi. Tranquilo, solo te ha visto lanzarte contra él. Y viendo su estado de nerviosismo seguro que no ha sido capaz de ver ni entender nada.
Sentado en el suelo me tranquilice.
-¿Qué quieres que haga con él? –pregunto Damián.
-Déjalo. Llama a la policía de aquí que se lo lleven ellos.
-¿Seguro? ¿No quieres acabar con él?
-Si. Vámonos.
Me levante del suelo y mire mi camiseta, estaba toda ensangrentada.
-Cuando lleguemos a casa de Maddi ábreme camino para que no me vea Katie así. No quiero que me vea así.
Damián asintió con la cabeza.
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Oportunidad para amar
RomanceKatie busca vivir tranquila tras pasar el peor momento de su vida. Raúl un hombre lobo se cruzara en su vida para intentar darle una segunda oportunidad al amor. El pasado volverá y... ¿Serán capaces de resolverlo juntos?