(Katie)
En cuanto Raúl se fue de la casa note como parte de mi mundo se volcaba. Estaba volviendo a la realidad. Como si Raúl hubiera creado una realidad alternativa, en la que solo estábamos nosotros.
Ahora que se ha ido me encontraba desamparada en esta casa tan grande... y tenía miedo de encontrarme con Maddi. Me sentía muy avergonzada del hecho de tener que explicarle que había perdido mi virginidad con su primo.
Decidí ir al jardín que tenían a dar una vuelta. Lo que no espere es encontrarme con familiares de ellos allí. Era un grupo de chicas jóvenes, suponía que primas de Maddi y Raúl. Por lo que intente irme por el lado contrario del jardín pero lo que menos me esperaba era que me llamaran.
Así que tímidamente me acerque a ellos.
-¿Queríais algo? –pregunte lo más educada que pude.
-Solo intentamos comprender porque Raúl te trajo aquí.
Era como si pudiera apostar a que casi todas estas mujeres sentían celos de que me hubiera traído. Lo que no entendía pero por otra parte, ¿quién podía culparlas? El atractivo de Raúl mezclado con su poderosa presencia, hacía que fuese imposible de ignorar.
-¿Hace mucho que sois pareja? -Preguntó una de las chicas.
-Nos conocimos hace poco –respondí, evitando la palabra pareja.
Técnicamente no éramos pareja, ninguno de los dos había dicho nada. Sí que Raúl había hablado de mí como si tuviera algo de propiedad de mí, pero nada más.
-Y ya te ha traído a casa para conocer a la manada.
¿Conocer a quién? Fruncí el ceño, al no entender de qué hablaba.
-He oído que es así como sucede -respondió con un gesto de asentimiento de cabeza- Un olorcillo y bam. Emparejado de por vida.
Parpadee. ¿Olorcillo? ¿De qué rayos estaban hablando estas chicas? Realmente me había perdido en esta conversación.
-¿Perdón? No estoy segura de entender –dije que realmente no lo entendía.
Ambas hablaban de cosas que no tenían sentido. Tal vez me había perdido algo y no era consciente de eso.
-No creo que lo sepa -dijo otra de las chicas con una inclinación de cabeza.
-Oh, chica. Espera a que se entere.
-¿Enterarse de qué? -Preguntó un chico que se unía ahora al grupo podía decir que era familiar de Raúl. Tenían un parecido muy notable.
-Esta es la novia de Raúl –rio la chica.
-¿En serio? –Me miro con sus ojos grises que son casi idénticos a los de Raúl. Parecía que era cosa de familia, ya que casi todos los tenían así.
Tuve que resistir el impulso de encogerme ante él. No me sentía a gusto siendo el centro de atención de todas estas personas.
-Yo esperaba a alguien... más alta –fue lo único que atino el chico a decir. Él me sacaba más de una cabeza. En esta familia todos son muy altos y fuertes ¿será por el agua?
Empecé a decir unas disculpas, para poder seguir con mi camino e irme, cuando una de las chicas me agarro del brazo, impidiéndomelo. Con demasiada fuerza en verdad.
Literalmente.
Empezaron, entre las dos chicas a tirar de mí hacia una zona del jardín donde había hamacas, ocupadas por muchas personas jóvenes... bueno de mi edad. Una zona de relax. Estaban animados.
-Mmmm... ¿qué estás haciendo? –me atreví a preguntar mientras intentaba soltarme suavemente. En vano. La chica me agarraba firmemente y no me soltaba.
-Tienes que conocer a la pandilla.
-Yo realmente no tengo tiempo para esto. Me tengo que ir –dije intentando poner escusas.
-¿Sabe Raúl que te vas? -la pregunta vino de su amiga.
-¿Por qué le importaría?
La chica se echó a reír.
-Oh, esto no tiene precio. Espera a que las demás se enteren. Hey, tía, tienes que conocer a la nueva novia de Raúl –grito la chica que me tenía agarrada.
Varios pares de ojos grises tormenta se volvieron hacia mí, y tuve dejar de lado la sutileza mientras intentaba soltarme.
Y no pude hacerlo.
-Hey, nunca lo preguntamos, ¿cuál es tu nombre? —preguntó, obviando de forma deliberada, mis intentos por liberarme.
Con un gran suspiro conteste.
-Katie.
-Hermoso nombre. Soy Zena, y esta es mi prima, Reba. Y él es Dave –señalo por ultimo al chico que se había unido en el ultimo momento.
-Encantada de conoceros, pero realmente tengo que irme.
-Claro. Pero no te puedes ir antes de conocer a la pandilla. Solo tardaremos un minuto o dos, lo prometo.
En contra de mi mejor juicio, aunque en realidad no me habían dado a elegir, me he visto empujada hacia la pandilla de chicas y chicos que estaban sentados en las tumbonas y tirados por el césped. Lo de pandilla era acertado.
Un número ridículo de ojos de color gris se fijaron en mí de nuevo. La mayoría tenían pelo moreno, pero algunos tenían una mezcla más claras, y una chica tenía una melena pelirroja brillante de pelo rizado. Era la que más destacaba en la pandilla.
Y todos eran muy pocos sutiles mientras pasaban su mirada de pies a cabeza.
Zena me arrastró en medio de las miradas indiscretas, y dijo:
-Hey, todo el mundo, quiero que conozcáis a la novia de Raúl, se llama Katie.
Tampoco entendía por qué tantas narices comenzaron a tener espasmos. Me había bañado, y aunque no tenía desodorante aquí, no estaba sudando y no debería oler mal. Sin embargo, no me podía negar que muchas de las mujeres presentes, al olerla, arrugaron la nariz.
Estaba empezando a rayarme la cabeza, pensando que olía mal o algo.
-De ninguna manera -una de las chicas más jóvenes dijo con su cara arrugada en una mueca- Yo no me lo creo ni por un segundo. Su madre nunca lo permitiría.
-Sin embargo, él la trajo a casa -reflexionó otra- Nunca había hecho eso antes.
-¿Y esa marca en el cuello es de él?
Un repentino silencio creció mientras todos los ojos se enfocaban en el chupetón de amor que le había dejado Raúl, que no estaba oculto por el cuello de la camisa.
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Oportunidad para amar
RomanceKatie busca vivir tranquila tras pasar el peor momento de su vida. Raúl un hombre lobo se cruzara en su vida para intentar darle una segunda oportunidad al amor. El pasado volverá y... ¿Serán capaces de resolverlo juntos?