(Katie)
Me desperté desorientada, maldije en susurros.
Había momentos en la vida de una mujer en los que desearía no ser tan independiente. Tan obstinada. Tan malditamente estúpida. Estúpida del todo es lo que era.
Debería haber escuchado a Raúl.
Pero, no, como una tonta, sólo para molestarlo, y porque él no era el único que podía llevar la contraria, había tomado la decisión equivocada. Pensé que era más inteligente que él, que sabía más, pero resultó que yo debería hacer revisar mi coeficiente intelectual porque la falta de sentido común me había llevado a la situación actual, atada a una silla.
Esto no es bueno.
Me sacudí brevemente mi cuerpo lo que demostró que no iría a ninguna parte fácilmente. La cuerda, de nylon estaba envuelta varias veces alrededor de la parte superior de mi cuerpo. Nada muy elaborado, ciertamente me impedía mover.
Sin embargo, mis piernas quedaron sin restricciones. Solo podía patear mis pies, de mal humor porque no tenía nada más a mi alcance, no hizo mucho para ayudar a mi situación.
Ya que no iba a ir a ninguna parte, tuve que intentar centrarme en que estaba pasando.
Se parecía a un plato de películas de bajo presupuesto. El lugar parecía bastante sórdido. La iluminación tenue que se filtrada a través de los ventanales cuadrados no permitían un escrutinio profundo, sólo lo más básico. A juzgar por la altura del techo, junto con el suelo de cemento polvoriento y, a cada lado de ella, lo que parecían ser pilas de cajas para enviar, supongo que se encontraba en una especie de almacén.
Totalmente cliché, y si alguien hubiera puesto una banda sonora siniestra en ese momento, probablemente podría mojar los pantalones. Sabía lo que pasaría en una película.
Típico de que la muchacha era asesinada, que no me extrañaba que Gorka fuera capaz, o la muchacha se salvaba en el último momento, poco probable dado que la persona que podría haber notado que había desaparecido no tenía idea de dónde había ido. Y entonces la banda sonora dum-dum-dum apareció de nuevo.
Un arrastrar de pies por detrás hizo que me estirara para ver quién se acercaba. Incluso antes de que él hablara, ya pude adivinado correctamente.
-Finalmente despertaste. Te tomó bastante tiempo. Culpa mía. Olvidé cuando te inyecte con ese tranquilizante que le robé al veterinario que eres humana y un poco más lenta para procesar las drogas.
¿Él me drogó? Bueno, eso explicaría el pinchazo que había sentido antes de desmayarme.
-No tiene sentido que me drogues para retener a nadie para conseguir que pasé tiempo contigo.
Demasiado tarde para morderse la lengua. Un movimiento poco inteligente.
Enfadar al tipo que te tiene prisionera. Si es que cuando digo que soy estúpida es que lo soy.
-Veo que sigues tan bocazas como siempre, algo que una vez creí poder arreglar -mientras me hablaba, Gregory entró en mi línea de visión. Era un hijo de puta de aspecto repugnante. Me dejaba fría.
Personalidades psicopáticas tendían a enfriarme.
-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
-Un poco más de cinco horas. Tiempo suficiente para que me aburra.
¿Aburrido y haciendo qué? Un hombre que estaba dispuesto a drogar a una mujer y secuestrarla no cabía duda a que era capaz de hacer cosas peores. Di un rápido repaso a mí misma, preguntándome si se habría aprovechado de mi inconsciencia. Si lo hubiera hecho, no había dejado ni una pista. Mi ropa permanecía intacta, y no notaba ninguna clase de dolor o humedad. Aun así, no pude evitar preguntar.
-¿Hiciste algo mientras estuve desmayada?
La esquina de su labio se levantó, torciendo su sonrisa. Su risa irritante sobre mí.
-Como si yo fuera a tocar tu cuerpo contaminado. No ahora, después de haber estado con él. Y pensar que me rechazaste, pero veo que no tuviste ningún problema en decirle que sí a ese pulgoso sarnoso. No me di cuenta que estabas esperando por alguien con más dinero. Si hubiera sabido acerca de tu falta de moral, te habría tratado de manera muy diferente.
-¿Diferente cómo? ¿Dejándome sola y asustando a otra chica? Tú hiciste mi vida un infierno y tuve que mudarme. ¿Qué peor podrías hacer?
-Podría haber cerrado tu boquita con mi polla.
-Necesitarías más que eso para mantenerme callada. He visto el tamaño de tus manos y tus pies -una vez más, mi boca la metía en problemas, pero no podía evitarlo.
A pesar del miedo, encontré una chispa de lucha. No voy a morir como tu perra sumisa. No sabía de donde me salía este tipo de pensamientos valientes, cuando me temblaban hasta los dientes.
Me acaricio el lado de la cara, por la mejilla, y termino dándome una bofetada. Lastimándome.
-Sigue hablando, puta perra. Vamos a ver lo valiente que eres, una vez que haya terminado contigo.
-Quita tus manos de ella -aun gritando, y maldiciendo algo, fui capaz de reconocer la voz de Raúl. Había venido a rescatarme.
No.
Tuve que cerrar y abrir los ojos, incrédula.
No, no estaba alucinando. Raúl definitivamente estaba en el borde de una línea de contenedores de transporte vistiendo nada más que su piel. Atractivo, pero aun así, no pudo evitar gemir.
-¿Pero qué haces desnudo? ¿Estás loco? –le grite.
-Lo hice vengo a salvarte -fue su respuesta.
Fruncí el ceño cuando miró las manos vacías. Realmente está loco.
-¿Cómo lo vas a hacer si vas desnudo? ¿Qué trajiste?
-A mí mismo.
Mucho para un rescate. Pero al menos Raúl tenía buenas intenciones mientras caminaba hacia Gorka, que era... ¿qué demonios? ¿Por qué Gorka se estaba desnudando?
Su camisa cayó al suelo, dejando al descubierto un pecho bien definido con una uve de vello oscuro dirección hacia abajo. Gorka se quitó las zapatillas de deporte. Las manos fueron a su cintura, y los pantalones deportivos fueron empujados hacia abajo.
En menos de un minuto estaba listo para enfrentarse a Raúl, rígido, completamente desnudo.
¿Qué diablos?
Tal vez la droga que Gorka me había dado aún no había desaparecido. Debía estar alucinando. Cómo explicar el hecho de que dos hombres desnudos estaban en cuclillas, los brazos extendidos a los lados del cuerpo, y los dedos flexionados. Ellos se miraban con cautela, paso a paso en un lento círculo, preparándose para luchar.
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Oportunidad para amar
RomanceKatie busca vivir tranquila tras pasar el peor momento de su vida. Raúl un hombre lobo se cruzara en su vida para intentar darle una segunda oportunidad al amor. El pasado volverá y... ¿Serán capaces de resolverlo juntos?