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-Nombreee te encanta golpearme no mames.-me dijo sobándose el golpe y mirando al camino.
No podía entender como después de todo lo que me hizo, después de intentar matarme podía actuar como si nada.
Ya no le conteste nada, estaba con los nervios de punta rezando por que todo saliera bien.
-Patron.-llamaron ahora por el radio de Cornelio.
-¿Que hay de Nuevo Cholo?.
-Estamos por llegar a las bodegas señor.-
Le arrebate el radio para que estuviera bien concentrado en la manejada y no ocasionáramos ningún accidente, teníamos que venir bien pendientes del carro de enfrente, y los dos íbamos arriba de los 120
-Ya se la sabe mi cholo, ahi adentro los van a estar esperando, las dejan ahí y se pelan.-ordene
-Muy bien patrona, nosotros nos comunicamos.-
-jalado, suerte.
Las dos camionetas restantes iban a llegar a 2 distintas bodegas que estaban protegidas hasta la cola, así les daría suficiente tiempo a los que iban dentro de salir y poder perderse entre las calles y también tiempo a nosotros para salir del estado a Michoacan, otra de las partes difíciles del plan, pues es territorio contrario pero era la ruta más rápida para poder irnos en avioneta y llegar a el punto más pronto.
Estaba bien nerviosa, bien bien nerviosa y mis raras manías no tardarían en aparecer.
Comencé a morder el interior de mi mejilla y mi labio provocando que este sangrara un poco
-Gala deja de hacer eso, te vas a lastimar.-escuché a Cornelio sin saber como sabía que estaba haciendo.
Lo mire confundida y el me lanzo una rápida mirada
-Tus manos.-dijo
Mire mis manos y era cierto, otra vez estaba encajando mis uñas en mis palmas haciendo que quedara la marca.
Pude ver las pequeñas gotas de sangre que se asomaban por las cortaditas, y al hacer eso, un recuerdo llegó de golpe a mi mente provocando que cerrara mis ojos.

Desamarraron la venda que cubría mis ojos, pero yo me negué a abrirlos, los cerré con fuerza a la vez que apretaba mis uñas contra las palmas de mi mano tan fuerte que pude sentir como empezaron a sangrar.
-Deja de hacer eso, Gala.- escuché la voz clara
Tan clara que no quedaron dudas, no había necesidad de abrir los ojos para saber quién era el dueño de esa voz.
Sabía que era el, además de su voz y su olor tenue, era el único que sabía lo que hacía solo con ver mis gestos faciales
Seguro mordí mis labios, y después mordí mis mejillas por dentro que era señal de lo que hacía con mis manos. Y solo él conocía eso de mi.
Abrí los ojos de golpe tratando de normalizar mi respiración, si antes mi corazón estaba agitado ahora lo estaba el doble, unas ganas inmensas de llorar me llegaron y sentía como si el aire no llegara a mis pulmones.
Cerré de nuevo los ojos y otro recuerdo llego a mi
Desamarraron la venda que cubría mis ojos, pero yo me negué a abrirlos, los cerré con fuerza a la vez que apretaba mis uñas contra las palmas de mi mano tan fuerte que pude sentir como empezaron a sangrar.
-Deja de hacer eso, niña, marcada ya no nos servirás.-escuché una ronca y profunda voz
De pronto el cuarto o donde fuera que me tuvieran se inundó de un horrible olor a marihuana y tequila añejo, asqueandome de inmediato.
Me sentía confundida, mi cabeza me estaba matando al igual que mis muñecas y tobillos que estaban demasiado apretados por aquella soga que los rodeaba.

FÉNIX  [Cornelio Vega] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora