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-Nos llegó un pitazo, la guardia nacional es quien lo tiene, pero no han dado de alta la captura lo que significa que posiblemente lo tengan torturandolo o esperando a negociar, así que aún no podemos hacer mucho, no hasta que nos hablen primero a nosotros.- explico
-Pero, ¿tu madrina no te dijo dónde estaban, donde lo tienen?.- preguntó exasperada.
(Madrina es como un informante.)
-no, quien está a cargo de la operación es inteligente, solo 3 personas y el saben la locación exacta y por lo que se, están rotándose de estado cada día así que estará bien cabron adivinar a donde tenemos que dirigirnos, tenemos que esperar hasta que ellos se comuniquen, lo siento mija.-me dijo mi padrino.
Solté un gran suspiro y reprimí las ganas de llorar de desesperación que tenia
-No se preocupe padrino, todos estamos haciendo hasta lo imposible, ah y no se preocupe se que le llegaron con el mitote de lo que había pasado con mis niños y ya me encargaré yo de eso, lo quiero, llame pronto.-y colgué la llamada justamente a los 2:56 segundos, antes de que pudiera rastrearse la llamada, ni yo sabía donde se encontraba en este momento, y más problemas no quería en este momento.
Destruí el teléfono y luego me tire en el escritorio, esto estaba siendo demasiado para mi, eran demasiadas emociones juntas, sabía que en cuanto tocara mi cama me soltaría llorando a más no poder, todo lo que no he podido llorar.
Estaba por servirme un shot de Don Julio 70 cuando llamaron al radio.
-Patrona.
Con toda la flojera del mundo agarre el radio y respondí.
-¿que sucede mijo?.-pregunte.
-Ya tenemos su encargo listo, las viejas están dopadas y a uno de los cabrones le falta una mano, el solo se lo busco y no tuvimos de otra.- me explicó.
-No te preocupes, llegó en 15, mantén el control y no dejes que el vato se desangre,  háganle como puedan pero manténganlo con vida.- y corte la transmisión.
No había tiempo para ponerme sentimental, me paré del escritorio, acomode mi ropa y tome mi pistola para después salir del despacho.
Me fui a la sala donde estaban los niños recostados en un sillón y Elvira pegados a ellos, no se le separaría ni un segundo.
Eso hacia que mi corazón se estrujara un poco más, pero luego tendría tiempo de solucionar esto, primero tenía que hacerme cargo de aquella bola de estupidos.
(...)
Llegue a la bodega, todo estaba oscuro y lo único que se oía eran los lamentos de los 3 vatos y como apenas venían despertándose estas morras.
Entre bien perra prendiendo las luces y pude ver sus caras de sufrimiento jajaja creo que ya estaban empezado a lamentar la traición, y no había nada que aborreciera más que los traidores.
-Bueno bueno, ¿con quien estaría bueno comenzar? ¿Quien dice yo?.-pregunte, más nadie me respondía.
-Vaya, ¿no van a hablar? Ta bien ta bien, yo elijo entonces...

FÉNIX  [Cornelio Vega] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora