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Llegamos por fin a Michoacan, cambiamos por última vez de vehículos y ahora íbamos en un Tsuru jajajjaja.
La noche ya estaba por caer y ya empezaba a oscurecerse lo que seguramente haría el viaje en la avioneta no tan agradable y eso me ponía los pelos de punta.
-Ya estate en Paz niña, me vas a poner nervioso a mi también.-escuché a Cornelio después de muchos minutos sin hablarnos.
-Todo te molesta a ti.-le dije ya harta de su perra actitud.
-No todo me molesta.-dijo viéndome por un segundo.-sólo tu.-susurró con la intención de que no lo escuchara, pero si lo hice.
-Pues si tanto te molesta mi presencia déjame aquí a la verga.-le dije quitándome el cinturón e intentando abrir la puerta.
-No seas ridícula y ponte el puto cinturón.- me dijo.
-No tengo porque obedecer tus putas ordenes.-le conteste alterándome.
-YA PUTAMADRE YAAA! ESTATE EN PAZ NADA MÁS.-me grito.
Algo que odiaba y siempre he odiado es que me griten.
Y lo odiaba porque de inmediato me ponía sentimental y comenzaba a llorar viéndome débil.
-NUNCA MÁS HARÉ ALGO QUE TÚ ME ORDENES ¿ENTENDISTE? NUNCA MÁS.-le grite de la misma manera mientras que comenzaba a llorar.
Vega soltó el volante e intentó ponerme el cinturón.
-SUÉLTAME.-le grite
-QUE NO T...-No pudo completar la frase cuando sentimos como algo choco con el coche.
Dejamos de pelear y los dos volteamos a ver al frente
-Ya mataste a alguien.-le dije asustada.
Nos bajamos en putiza los dos del carro viendo a un señor tirado en el piso
-No está respirando.-dijo Cornelio
-YA LO SE, LOS MUERTOS NO RESPIRAN.-le grite
-hey hey hey tranquila.-
-¿COMO ME PIDES QUE ESTE TRANQUILA SI ACABAS DE MATAR A ALGUIEN? ¿QUE VERGAS VAMOS A...?.-no termine de hablar cuando sentí sus labios impactando con los míos con urgencia, como si tratara de comerme.
Abrí los ojos de golpe e intenté alejarlo de mí golpeando su pecho.
A los segundos él se separó y me miro con su estupida sonrisa prepotente
-Nunca te callas mujer.-me dijo riendo
Con la palma de mi mano limpie mis labios para quitar el rastro de baba de este estupido
-eres un pendejo, respeta a tu familia.-le dije con obvio asco.
El solo rodó los ojos al escucharme mencionar a su familia y se subió al carro.
Muy extrañada fui tras de él subiéndome de nuevo al coche
-¿Lo vamos a dejar ahí?.-le pregunté
-Sí, es gente del Mencho trae su marca en el brazo, y no creo que sea alguien importante, se ve como un simple puntero así que es mejor irnos ya.-me contestó
Ya está más harta que al principio así que no dije nada, me puse el cinturón y arranco dándole la vuelta al ahora difunto que estaba tirado.
No lo podía creer, era lo que faltaba, matar a alguien y escapar
Definitivamente este 'viaje' no podría ser peor.

FÉNIX  [Cornelio Vega] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora