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Ya estábamos a mitad de camino de llegar a Michoacan, aquí tendríamos que cambiar de carros en chinga otra vez, ahora estábamos en un Hyundai Sonata blindado pero aun y así discreton.
-¿Cuanto queda?.-era la primera vez que le dirigía la palabra después de aquella llamada con Iván
Duramos aproximadamente una hora en un incómodo y tenso silencio que solo me hacía poner los pelos de punta.
-Queda como 1 hora, 40 minutos si no hay interrupciones.-me contestó seco.
-¿ahora que traes tu?.-le pregunté confundida por su tono de voz
-No tengo nada, vengo concentrado.- respondió de la misma manera que antes
Va pues, que Chingue su madre
Rodee los ojos y voltee a ver por la ventana el frío paisaje que se podía apreciar.
A pesar de todos los ruidos que escuchábamos de los radios yo no podía oír nada, me concentré demasiado en la flora y fauna del exterior.
-te hablan.-escuché
-¿eh?.-lo mire saliendo de mi trance y volteándolo a ver.
-Que te están marcando por teléfono.- me dijo apuntando a mis piernas donde estaba mi celular
Lo agarre y mire que era una llamada de FaceTime de Inés
Inmediatamente conteste la llamada dejando ver a una muy sonriente y chimuela niña en pijama.
-APIIIIII.-me gritaron
En medio de todo el caos que estaba sucediendo en este momento al ver a esta pequeña pude sentir un poco de paz.
-Hola mi amor.-le conteste riéndome con lágrimas queriendo salir de mis ojos.
-Jesús, di holaaaa.-escuché, dejó el IPad en la mesa y cargó a Archi sentándolo como pudo en sus brazos.
Mi Niño para todos lados sin saber bien que es lo que tenía que ver así que le hable
-Hola mi príncipeee.- le dije dejando escapar una lagrima, el al escuchar su voz de inmediato me buscó hasta ver su reflejo en el iPad y verme ahí
Comenzó a reírse y a decir hola con su manita.
-¿Como están mis amores?.-les pregunté secando mis lágrimas, Cornelio puso su mano en mi rodilla y la acarició en señal de apoyo, supongo que entiende lo doloroso que es esto para mi.
-mennnnn, yeye pompo un chango.-me dijo Inés sonriendo a más no poder.
-¿UN CHANGO?.-pregunté sorprendida y escuché la risa de Vega.
-shiiii, mama taco.- me contestó igual de sonriente y después escuché un grito de su parte.-TACOOOOOO.-
Grito y a los pocos segundos un pequeño chango vestido con una pijama de rayas se le trepó en el hombro haciendo que ella se riera

-Grito y a los pocos segundos un pequeño chango vestido con una pijama de rayas se le trepó en el hombro haciendo que ella se riera

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-¿Emma esta con ustedes?.-le pregunté tratando de entender por qué vergas tenían un chango de mascota, como las gemelas que tenían a Pérez.
-¿mema? SHII.- me contestó comprobando mis sospechas
-Ay Diosito.-dije mirando al cielo por la ventana.-¿no podían adoptar a un perrito? ¿Un hámster?.-me queje en voz bajita haciendo que el indio se riera con más ganas.
Mire a la pantalla y ahora Archi tenía al animal trepado en su hombro y este se reía sin parar.
Poquito de mi enojo se bajo al oírlo reír de esta manera y empecé a observarlo con adoración.
Sentí como alguien venía por mi hombro, voltee poquito y Cornelio veía a la pantalla también, por suerte el chango tapaba la cara de mi bebé y este no podía obsérvalo.
Vi adelante y estábamos por llegar a la última caseta, así que con todo el dolor de mi alma me despedí de mis niños y colgué la llamada, busque en la guantera nuestros  papeles falsos y me acomode bien en el asiento calmándome.

FÉNIX  [Cornelio Vega] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora