La inmortalidad me demostraba día tras día el tiempo que los humanos desperdiciaban a lo largo de su vida. Si no hubiera muerto para volver a revivir, estaba segura de que yo también hubiera estado condenada a malgastarlo.
Todos lo estaban.El chico desconocido de aura siniestra estuvo callado toda la mañana, cosa que agradecí.
Se dedicó a malgastar su tiempo jugando con su teléfono móvil y lanzándome miradas acusantes cuando la curiosidad me carcomía e intentaba descubrir con quien hablaba por mensajes.
Nunca logré ver nada más allá del fondo de pantalla.
De todas formas continuaba dándome mala espina y me había obsesionado en descubrir el porqué.— Es el típico prototipo de vampiro, ¿no creéis? — Ryan se sentó sin pedir permiso al lado de Declan posando su bandeja con fuerza sobre la mesa. Jamie y Olivia se sentaron a mi lado.
—¿El nuevo? — preguntó Declan con su voz gruesa más aguda de lo normal.
Ryan asintió haciendo que su pelo blanquecino le tapara los ojos.
— No es uno de nosotros por mucho que lo parezca — comenté desviando mi mirada al otro lado de la cafetería, donde Dean se encontraba comiendo — Su corazón late, pero sus ojos tienen algo...
— Maligno — terminó Olivia por mi — Nosotros también nos hemos dado cuenta.
— ¿Donde está vuestro amigo el borde? — preguntó Ryan cambiando de tema y haciendo que mis ojos se cruzaran rápidamente con los de Declan. ¿Que debíamos responder a esa pregunta si ni nosotros lo sabíamos?
Raven llevaba tiempo aislándose y ese día no era una excepción. Vagaba solo por los pasillos y su mal humor crecía cada día más. No había hablado mucho con el, pero siempre que entraba a su habitación daba portazos tan fuertes que llegaba a mover la pared.
Me encogí de hombros cuando el lobo de pelo blanco insistió.
— ¿Por qué quieres saberlo? — pregunté.
— La policía se acercó ayer a la reserva — explicó. — Han preguntado a varios lobos sobre Amber y casualmente desde que ella murió Raven se ha alejado de vosotros. ¿No es sospechoso?
— Raven no la mató — dije mordiendo la manzana que Declan me había comprado — Si lo hubiera hecho no tendría ningún pudor en admitirlo.
Y me quería convencer a mi misma de que eran ciertas las palabras que salían continuamente por mi boca.
El día anterior, cuando Oliver, en su aquelarre, me preguntó acerca de ello, también tuve que hacerle creer que Raven no había hecho nada.
Al menos habían dejado de pensar que yo era la asesina.Pensándolo fríamente tendría algo de sentido. Llevaban semanas tonteando. Quizás ella era su bolsa de sangre particular y llegó un momento donde a ella esos juegos tan macabros le dejaron de agradar. Entonces, Raven , quien no tenía nada de paciencia, decidió matarla para librarse de ella y que no contase nada sobre como le regalaba su sangre a cambio de sexo.
Pero las cosas no habían sido así, estaba segura de que había algo lógico detrás de la muerte de mi compañera de pupitre.
Cuando Declan y los lobos se levantaron para ir a la siguiente clase, Ryan se me quedó mirando fijamente de una manera interrogativa.
— ¿Qué pasa ahora? — le pregunté con un soplido. Ryan tenía muchas ocurrencias a lo largo del día y aunque intentaba no relacionarme mucho con el, siempre lograba pillarme desprevenida.
— ¿Vienes? — me preguntó Declan agarrando una de las asas de su mochila.
Me debatí por unos segundos mirando ojos negros y ojos azules a la par. Me decanté por los primeros.
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ÉXTASIS I
Novela JuvenilMuchas veces en la vida uno cree tener algún tipo de condena en las espaldas. Quizás intensos cargos de conciencia en donde no podemos volver atrás y solucionar lo ocurrido. A todos nos persigue nuestro pasado, y todos siempre hemos querido cambiar...