Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro.
Hacia un tiempo desde que estaba de acuerdo con Descartes.Habían pasado casi doscientos años desde que habitaba la tierra.
Había visto mil cambios, personas y cosas distintas durante todo ese tiempo y probablemente si me preguntasen algo sobre el pasado sabría responder con certeza en pocos segundos. Aunque había alguna que otra posibilidad de que mi cerebro tardara en reaccionar.Mi cabeza almacenaba muchos conocimientos que nunca supe que terminaría haciendo con ellos. A pesar de ello, vendería hasta la última gota de mi sabiduría por conocer lo que aún no conozco.
Había vivido las mismas situaciones durante décadas, sabía cómo reaccionar y responder a todo tras los años de práctica. Pero en el momento donde todo cambió, cuando las cosas no siguieron su rumbo; como siempre y no supe que hacer, daba gracias por mantenerme aún tan humana, mi parte animal no me hubiese dejado pensar en solucionar las cosas.
Ya ni me acordaba de como se sentía vivir cosas por primera vez.
— Creo que he hecho algo malo — confesé sentada en la cama, viendo a Raven dar vueltas por su habitación.
El sentimiento de culpa me llevaba acompañando desde la semana anterior.
Nunca solía ocultarle nada, pero esa vez no sabía como empezar a contarle que estuve apunto de desangrar a uno de los lobos con los que no tendríamos que tener problemas.—¿Me repercutirá lo que sea que hayas hecho? — Tragué saliva y negué con la cabeza aunque no supiera cual serían las consecuencias — Entonces no te lamentes conmigo.
— Si te lo cuento, te enfadas — me quejé — Si no te lo cuento, también te enfadas. No te entiendo.
— Yo tampoco a ti y no por eso me quejo— dijo en bajo para no llegar a ser escuchado. Elisabeth siempre solía entrometerse cuando discutíamos.
— ¿Es porque comiste con Amber? — pregunté — Si no querías, te podías haber ido.
Y claro que lo podría haber hecho. Es más, cuando salí de la cafetería pensé que Raven vendría detrás de mi, enfadado y pidiéndome explicaciones. No fue así y supuse que lo hizo para hacerme creer que no lo conocía tanto. Sin embargo, él estaba equivocado, sabía lo orgulloso y cabezota que era.
— No es por ella — sus ojos rodaron sobre sus cuencas como si sus palabras fuesen obvias —Es que no entiendo que pretendes con eso. Con juntarme con Amber.
Nada más oírle y antes de prolongar más esa conversación, quise acabarla.
— Me pasó algo hoy — murmuré desviándome del tema — Y estoy un poco preocupada.
Sus cejas se fruncieron al ver mi expresión de inquietud. Mis pies chocaron entre sí cuando los moví intentando distraerme de su mirada.
Se moría por preguntarme qué había sucedido, pero era demasiado soberbio y engreído como para demostrármelo. Prefería continuar con su berrinche.No lo iba a negar, yo también me moría por preguntarle acerca de Amber, pero tampoco lo haría, no sería la primera en dar el brazo a torcer.
—¿El qué? — preguntó mostrando desinterés mientras me daba la espalda por estar recogiendo todos los artilugios de pintura de su escritorio.
Solo lo hacía para evadir mi mirada sobre la suya.— No lo sé. Cass quiere hablar con el brujo del bar pero no le he contado demasiado sobre el tema. Quería decírselo a Elisabeth, pero pensé en que quizás tú sabrías que hacer.
Elisabeth siempre tenía buenos consejos, sabía que ella podría resolver lo que fuera que me pasase horas antes. Pero necesitaba tener el visto bueno de Raven, era la persona en la que más confiaba y la única que miraría por mi bien al cien por cien, por muy enfadado que estuviese conmigo.
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ÉXTASIS I
Teen FictionMuchas veces en la vida uno cree tener algún tipo de condena en las espaldas. Quizás intensos cargos de conciencia en donde no podemos volver atrás y solucionar lo ocurrido. A todos nos persigue nuestro pasado, y todos siempre hemos querido cambiar...