Capítulo 20

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Narra Bruno

Eran aproximadamente las seis de la mañana. Seguíamos en casa de Mònica aunque alguno que otro ya estaba medio dormido, como era el caso de Gerard. Joan se fue antes dado que ese mismo día llegaba su novia de Luxemburgo y tenía que ir a recogerla al aeropuerto.

Berta, Mònica y Oliver seguían haciéndose fotos por el jardín. Iván se fue hacia las cuatro de la mañana, debido a que esa misma mañana se iba a Mozambique a pasar ocho semanas de voluntario con la Cruz Roja.

Yo estaba junto a Tània, Marc y Pol. Estuvimos hablando de todo un poco. Tània decía que estudiar magisterio era su verdadera vocación y que ojalá algún día llegase a ser directora de un colegio. Marc en cambio, hablaba de que quería que le diesen un papel protagonista en algún trabajo de la Escuela.

A ellos tres los invité al recital que tenía el 14 de junio, justo un día antes del cumpleaños de Mina, que Gina ya estaba preparando junto con mi abuela para celebrarlo y que pudiésemos asistir todos.

Cuando llegó el momento de despedirse fue muy emotivo. Nos dimos todos juntos un abrazo y dijimos que los Peripatéticos siempre estaríamos unidos.

Eran las siete de la mañana y empezaba a amanecer en Barcelona. Pol me preguntó si me iba a casa y le dije que sí, que iba a coger un taxi. Ante lo que respondió: "Bruno, si quieres te llevo a casa, no he bebido apenas nada esta noche y lo último que bebí fue hace cinco horas". Después de lo que había pasado aquella noche, que todavía estaba intentando asimilar. Le dije que sí.

Necesitaba saber. Que me explicase porque se lanzó hacia mí, igual que había hecho tres años antes... Pero tenía miedo de la respuesta. Con Pol nunca se sabía lo que podía pasar o lo que podía soltar por su boca.

Pero no me llevó a casa, sino a la playa...

Cuando llegamos a la playa, le pregunte: "Pol, ¿qué hacemos aquí?" A lo que respondió: "Ven, quiero hablar contigo". Yo en ese momento temblaba, me temía lo peor...

Sacó una bolsa sin yo saber dónde lo había guardado. De ahí sacó una toalla y dijo: "Bruno, siéntate". Nos sentamos el uno frente al otro y con el romper de olas del mar de sonido de fondo.

Me temblaba todo y él estaba súper nervioso. Al principio no era ni capaz de mirarme a los ojos.

Me cogió de la mano y dijo: "Bruno, me he dado cuenta de que estoy locamente enamorado de ti, desde que te besé por primera vez. Sé que durante este tiempo he jugado contigo. He estado pendiente de otras personas, simplemente porque me atraía su manera de vivir, pero en cambio quien siempre estaba a mi lado eras tú, en los mejores y peores momentos de mi vida.

Yo en cambio te abandoné cuando me necesitabas. Te traté mal y lo peor de todo es que dije cosas que no pensaba y me gané aquella bofetada que aún me sigue doliendo. Durante los meses que estuvimos separados, intenté rehacer mi vida y olvidarte, dado que tú no me respondiste aquel WhatsApp en verano. Pero cuando te vi de nuevo en la cena con todos...

Mi vida se derrumbó, me di cuenta de que necesitaba estar contigo, pero obviamente era imposible. Y más cuando apareció Lluc".

En ese momento, le di un beso y dije: "Yo tampoco te he dejado de querer en todo este tiempo. Precisamente el día de la cena algo se me removió por dentro y me entró tanta rabia que necesitaba salir huyendo de aquel sitio. Creía haberte olvidado, pero no era así".

Me miró y me dijo: "Quiero estar contigo el resto de mi vida, que seamos mejores amigos, amantes, novios... Pero juntos. Tenías razón cuando decías que éramos más que amigos, pero yo no quería darme cuenta. Tenía miedo. Y ahora no quiero seguir escondiendo mis sentimientos."

Continuación personal de "Merlí: Sapere Aude"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora