Capítulo 112

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Narra Pol

Una vez que Bruno aceptó mi propuesta, quería gritar a los cuatro vientos que por fin habíamos tomado la decisión correcta. La vez que me lo preguntó, no es que me entrase miedo simplemente tenía esa sensación de querer necesitar más tiempo. A lo mejor es una tontería lo que digo, pero aquella conversación con Glòria y mi padre me hizo replantearme muchas cosas.

Ellos se habían casado con los amores de su vida, ¿por qué no hacerlo yo también? Bruno es uno de esos chicos que cuando quiere algo va a por todas e incluso cuando sabe que va a perder. Pero yo he de confesar que a lo largo de los años, también me he convertido en ese tipo de personas. ¿Si no por qué me lancé a él cuándo aún creía que estaba con Lluc?

Para gritarlo a los cuatro vientos faltaba el resto de nuestra familia. Es decir, estábamos con las personas que habíamos ido escogiendo a lo largo de estos años y que se habían convertido en esa familia que uno escoge.

Pero faltaba esa familia que uno no escoge, la que se llama familia de sangre y que sin su apoyo a lo largo de estos años, no hubiésemos conseguido nada. Pero aparte de Glòria y mi padre, Carmina se convirtió en mi Celestina, en mi mano derecha desde que decidí dar el paso.

Todavía recuerdo cómo un día después de hablar con Glòria y mi padre saliendo del instituto fui a su casa, sabiendo que Bruno estaba en la escuela de danza. Sin previo aviso aparecí en su casa, como a algún que otro Bergeron le gustaba hacer.

Me abrió la puerta asombrada y preguntó: "¿Te ocurre algo?" Sin un hola, sin nada. Para que después diga que muchas veces Bruno se lo hace a ella... Pues ella es igual que él. Le pregunté si podía pasar y ella dijo: "Tu cara es de incertidumbre, pero teniendo las cosas claras. ¿Me vas a decir qué te trae por aquí?"

Nos sentamos cada uno en una butaca del salón mirando hacia la parte de la biblioteca, la miré y dije: "Hace unos meses Bruno, a la vuelta del viaje de Cerdeña me pidió que me casara con él". Carmina se sonrió y dijo: "Bruno me lo contó hace un par de semanas. Entiendo tu respuesta, por lo que no te voy a juzgar".

Miré a Carmina y pregunté: "¿Tú te casaste con el amor de tu vida?" Carmina bebió un sorbo té que tenía en una taza y dijo: "Me casé completamente enamorada y con la persona que quería. De ahí que no haya querido rehacer mi vida. He hecho lo que he querido prácticamente toda mi vida, pero en esto del amor... Me quedo como estoy. Para mí ya pasó con la persona indicada".

Sonreí y dije: "Yo ya he tomado una decisión. Tanto Glòria, mi padre como tú me habéis enseñado esa parte del amor, que si te soy sincero no creía que se iba a apoderar de mí alguna vez". Ella sonrió y dijo: "Creo que lleva más tiempo apoderándose de ti, de lo que tú te crees. Pero a veces aunque nos demos cuenta, intentamos mirar hacia otro lado tal vez por miedo o por esa incertidumbre a lo desconocido".

La miré y ella preguntó: "¿Qué decisión ha tomado Pol Rubio?" Sonreí y dije: "Me quiero casar con Bruno Bergeron". Carmina me cogió de la mano, me apretó los dedos y preguntó: "¿Cuándo se lo quieres decir?"

La miré y dije: "Después del reencuentro de los Peripatéticos, Bruno se ha pasado tres semanas escribiendo la historia de todos nosotros con Merlí. Al final le ha escrito una carta a él y después de haber leído todo... Creo que ha llegado la hora".

Carmina me miró y de nuevo formuló la pregunta: "¿Cuándo se lo quieres decir?" La miré y dije: "En el mismo lugar en el que él me dijo: "Ojalá te hubiese pasado conmigo lo que te ha pasado con Tània" Carmina, en ese momento creo que ya sentía ese amor o como quieras llamarlo. Aquella noche fuimos todos a una habitación, él no vino. Cuando me acosté y lo vi durmiendo, quería besarlo, me quedé mirándolo diez segundos en los que se despertó, me acarició la mano y me besó. Si hubiese podido, lo hubiese besado hasta el amanecer".

Continuación personal de "Merlí: Sapere Aude"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora