Capítulo 116

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Narra Bruno

Después de ver dónde estábamos, miré a mi madre, a la Yaya y esta última dijo: "Bueno, quedan tres horas para empezar. ¿Nervioso?" Sonreí y mirándola dije: "¿Tú crees que estando en este lugar puedo estar tranquilo?" Mi madre sonrió y dijo: "Mira, se abre la puerta de entrada vayamos".

A simple vista no parecía que se fuese a celebrar ninguna boda. En cuanto se abrió la puerta, miré hacia atrás y vi que había muchísimos coches negros. La persona que nos abrió la puerta me hizo entrega de un sobre que ponía: "Bruno" y en su interior contenía una tarjeta.

Al entrar no se veía lo que había en el exterior. En el interior seguía habiendo cierta normalidad y lo que más me impresionó fue el silencio que reinaba, para que en tres horas empezase una boda. En aquel momento un señor vestido con una camisa negra de cuello Mao y un pantalón negro, nos acompañó a la planta de arriba y dijo: "Esta suite tiene tres salas y un baño para que puedan disfrutar de las comodidades oportunas".

En la mesita que había a la entrada de la habitación había tres copas con un cava recién servido, dado que las burbujas burbujeaban en todo su esplendor. Los tres cogimos las copas, las alzamos y mi madre dijo: "Porque sea el día más feliz de tu vida".

Sonreí, le di un beso y en ese momento llamaron a la puerta. Me quedé solo con la tarjeta que había recibido y me puse a leerla. Decía así:

"Bienvenido al día de tu boda,

Esperamos que disfrutes de cada una de las sorpresas que hay preparadas. Que te emociones, que rías, pero lo más importante, que seas feliz en este día.

Atentamente,

Los organizadores de la boda.

23 de julio, Calella".

Una vez leída aquella misiva, me giré hacia la puerta y vi cómo Lluc entraba en aquella inmensa habitación, como un galán. Me miró, me dio un abrazo y dijo: "¿Preparado para empezar?" Lo miré y pregunté: "¿Hace cuánto que habéis llegado?" Lluc sonrió y dijo: "Llevamos aquí desde ayer por la noche". Me acerqué al gran ventanal que daba a la parte trasera de la casa de Rai y pregunté: "¿Por qué aquí?"

Lluc me miró y dijo: "Todas tus preguntas tienen por primera vez respuesta". Nos sentamos en un sofá que había en el centro de aquella estancia y preguntó: "¿Te has probado el esmoquin?" Sonreí y pregunté: "¿Me caso con esmoquin?" Lluc me miró y dijo: "Son las cinco de la tarde, tu abuela y tu madre ya se han ido a vestir. Los invitados ya han llegado y el novio sigue así".

Salí a la terraza, miré a Lluc y pregunté: "¿Y Martina?" Sonrió y dijo: "Ella está con el otro novio". En ese momento mi corazón empezó a latir mucho más rápido. Lluc me miró y dijo: "Bruno, vamos a vestirnos. Primero dúchate y luego te ayudo".

Me metí en la ducha y una vez que salí de ella, Lluc me estaba esperando para ayudarme a vestirme y a tranquilizarme. Llamé en un momento dado a la Yaya y, con un grito, dijo: "No puedo atenderte ahora. Estoy con mis cosas". Miré a Lluc, se sentó en la cama justo a mi lado y pregunté: "¿El día de tu boda tuviste miedo?" Lluc me miró y dijo: "Sí y a la vez no. Si lo piensas llevas dos días casado con Pol..."

En ese momento sonreí, y llamaron a la puerta. Eran dos peluqueros. Miré a Lluc y dijo: "No pensarás ir con los pelos de la ducha. En todo caso un poco de secador". Lo miré y dije: "Te sienta muy mal vivir con Martina". Lluc me tiró un cojín a la cara y la Yaya y mamá a lo lejos dijeron: "Nos vemos luego".

Miré a Lluc y pregunté: "¿Mi madre no me va a acompañar?" Mientras me iban arreglando aquellos pelos que ya estaban con su naturaleza normal y no tan largos, Lluc me miró y dijo: "Soy yo el que te acompaño".

Continuación personal de "Merlí: Sapere Aude"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora