Continuación personal de "Merlí: Sapere Aude"

Capítulo 28

Narra Bruno

Llegué a casa y mi abuela estaba acostada. Así que me quedé en la butaca de mi padre repasando el examen que tenía al día siguiente. Mientras estaba repasando, no dejaba de pensar en lo que había ocurrido esa noche. Me parecía insólito que Lluc nos contase su pasado. Pero creo que me hizo pensar aún más en el sufrimiento de Pol.

Le mandé un WhatsApp a Pol diciéndole que lo quería y que gracias por haber hecho de aquella noche, una noche especial. Me contestó diciendo: "Mucha suerte con el examen de mañana. Te quiero. En dos días nos vemos".

Al día siguiente me levanté temprano y como ya era una costumbre salí a correr. No había nada mejor que correr antes de ir a un examen. Parecía que las ideas fluían de mejor manera. Y así fue. El examen fue por la tarde y fue el mejor que había hecho hasta ahora. La Revolución Francesa.

Cuando terminé el examen quedé con mi abuela para ir a comprarle el regalo a Mina y luego ir a verla y ayudarla a preparar los últimos detalles de la fiesta. Llamé a Tània para ver cómo se encontraba y dijo que ya estaba bien. Que nos veríamos en la fiesta pero que iría sola, ya que Marc tenía ensayo.

Paseando con la Yaya por el centro la pararon muchísimas veces por la calle. Ella decía que eso era lo peor a veces de la fama. No poder dar un paseo tranquilo. Yo le decía que no se quejase mucho, porque así podía ver lo mucho la querían. Ella me miró y se sonrió. La llevaba cogida por el brazo.

Llegamos a una juguetería y mi abuela se volvió loca. Le compró tres juguetes, para ser exactos los que más ruido podían hacer. En cambio, yo le compré un libro gigante de plástico con motivos de animales y formas geométricas. Estaba completamente obsesionada con los perros.

Cuando salimos de la tienda, fuimos directamente a casa de Gina. Mi abuela ya no aguantaba más no ver a Mina. Y así aprovechábamos y pasábamos la tarde con ella y con Gina. Gerard estaba trabajando en el CosmoCaixa.

Llegamos a casa de Gina y estuvimos merendando unas pastas con café. Mina no paraba de jugar y jugar. Cada vez corría más por la casa y había que tener mucho cuidado en que no se cayera.

Mientras hablábamos de cómo me iba en la Universidad y en la Escuela de danza, Gina preguntó si al día siguiente vendría Lluc a la fiesta de cumpleaños. Me quedé en blanco. Menos mal que mi abuela tiró de su sarcasmo y dijo: "Gina, esta juventud está hoy y mañana ya no. Y resulta que ya no están". A veces a mi abuela no la entendía, pero en ese momento me salvó la vida.

Me pasé la tarde tirado en el suelo jugando con Mina. Y mientras estaba con ella pensaba en cómo estaría Pol, hasta que recibí un WhatsApp suyo diciendo: "Hola, estoy en mi casa estudiando con Biel para el examen de Bolaño de mañana. Mañana hablamos. Te quiero".

Me pareció raro que me escribiese ese WhatsApp. Imaginé que algo le ocurría. Pero mejor era darle su espacio y que no se agobiase. Le contesté diciendo: "Hola, yo estoy en casa de Gina jugando con Mina. Mañana te veo después del examen. Te quiero".

Estuvimos en casa de Gina hasta la hora de cenar. Nos invitó, pero le dijimos que no queríamos llegar tarde a casa, que llevábamos unos días de locos. Ella lo entendió perfectamente. Y ahí fue cuando me preguntó quién de los Peripatéticos iban a ir.

Mi abuela le dijo que los que estuviesen por Barcelona, a lo que yo añadí que Tània, Joan, tal vez Oliver y mi abuela dijo y Pol. Que me lo encontré el otro día y lo invité. Miré a mi abuela y a veces la odiaba. No me dejó ni terminar la frase, que ella ya debía hacer de las suyas...

Al día siguiente había quedado con Ángel y con Marco para ir a ver una tienda nueva de cómics que les gustaba a ellos, dado que yo no tenía clase ni exámenes hasta dos días más tarde. Los acompañé. Durante la mañana, le envié un WhatsApp a Pol para decirle que lo vería en la cafetería del Campus a las cinco de la tarde. Él me respondió con un simple ok. Aquello me preocupó, pero como no podía hacer nada dado que tenía exámenes, decidí estar bien con ellos dos.