Capítulo 22

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Narra Bruno

Tras hablar con Pol por teléfono no me había quedado muy tranquilo. Tenía mil dudas. Decidí llamar a Ángel, dado que Pol había dicho que estaría en casa de Minerva. Me cogió el teléfono al primer sonido. Preguntó si me ocurría algo. Primero le dije que estaba en el hospital con Mina. Se asustó bastante, pero le conté la situación y se tranquilizó dentro de lo que podía.

A continuación, suspiré y le dije que tenía que contarle algo, pero que por favor no comentase nada. No me dejó continuar y dijo: "Pol te lo ha dicho y estás muerto de miedo porque no sabes si es verdad". Me quedé sin palabras. ¿Él sabía lo que Pol sentía? ¿Por qué no me lo dijo antes?

Ángel a continuación dijo: "Bruno, no te ha mentido ni está jugando contigo. Todo lo que ha dicho es verdad. En este tiempo que habéis estado separados han pasado muchas cosas. Supongo que te las querrá explicar y tú también deberías explicarle lo de Lluc. Para poder empezar desde cero". Le dije que habíamos quedado esta noche, pero con lo de Mina no iba a poder ir. Y ahí fue cuando le pregunté: "Tengo miedo por esta noche va a estar con Rai... y sé que tú vas a estar allí. Pero no sé hasta qué punto puedo fiarme de Pol o de Rai después de la fiesta maldita".

En ese momento me estaba llamando mi abuela que podía volver a estar con Mina, ya que ella iba a ir a tomar un café con Gina. Fue cuando Ángel me dijo: "Bruno, no temas nada. Rai está con Minerva, viven juntos y muchas cosas han cambiado. Confía en Pol." Dije: "Gracias".

Llegué donde estaba Mina. Estaba con Gerard. Nos pusimos a hablar mientras yo le acariciaba la manita a Mina. Me dijo que ella tenía mucho de Merlí, o al menos eso iba pareciendo. Yo me reí y le dije: "Los Bergeron siempre dando la nota". Ojalá mi padre la hubiese conocido. Era un ángel.

Me miró y me dijo: "Ayer por la noche os vi muy bien a Pol y a ti. Me alegro de que arreglaseis vuestras diferencias". Le dije que sí, que todo se había solucionado. No quise entrar en detalles. Era algo de Pol a fin de cuentas revelar el secreto y yo no era nadie para decirlo.

En esos momentos llegaron mi abuela y Gina. Eran casi las tres de la mañana cuando noté que me vibraba el móvil. Era Pol. Lo cogí inmediatamente. Me preguntó cómo estábamos todos. Le conté que aún no sabíamos nada de las pruebas. Que posiblemente hasta por la mañana seguiríamos allí.

Le pregunté por cómo estaba él y me dijo que bien, que había llevado unas pizzas y estaban tranquilos cenando y hablando. Me dijo que también había ido Sara y que se iría pronto a casa, aprovechando que estaba solo en casa durante unos días. Así iba a poder aprovechar para dormir, porque entendía que yo estaba ocupado con lo de Mina. Le dije que cuando nos fuésemos de allí lo avisaría. Nos despedimos con un te quiero cada uno.

Después de colgar, se me acercó mi abuela. Me miró y me dijo: "Bruno, ¿Cómo estás?". Le dije que bien, que estaba preocupado por Mina.

Dije: "Sabía que quería a Mina, pero no tanto. Si le pasase algo no me lo perdonaría. Perdí a mi padre y me arrepentiré de no haber estado con él en sus últimos momentos y sobre todo de no haber pasado mucho tiempo con él. Y ahora siento que Mina es la oportunidad que tengo para enmendar mi error con él".

Ella me miró y dijo: "Bruno, tú padre estaría muy orgulloso de ti, de lo que estás consiguiendo. Y lo más importante: eres mi pequeño Bergeron y siempre voy a estar para lo que necesites. Nunca puedes olvidar eso. Aunque a veces sea una vieja muy pesada. ¡Ay no, que no soy vieja! como dice Ángel, soy una mujer muy adulta". Nos miramos, sonreímos y nos secamos mutuamente las lágrimas que se nos habían caído.

Justo en ese momento, llegó el médico diciendo que Mina estaba bien y que los puntos en unos días se los quitarían. Mientras estábamos recogiendo todo para irnos, me envió un WhatsApp Pol diciéndome que se iba para casa.

Continuación personal de "Merlí: Sapere Aude"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora