Continuación personal de "Merlí: Sapere Aude"

Capítulo 88

Narra Bruno

El día antes a la cena la Yaya estaba molesta, le pregunté un par de veces qué le ocurría y ella decía siempre lo mismo: "No me pasa nada". La miraba y decía: "Eres muy buena actriz, pero a mí no me mientes". Ella continuaba diciendo: "Bruno, no tengo nada que esconder. Solo que no entiendo por qué ese piso de la Plaça del Diamant".

Me senté en el sillón que estaba más próximo a ella y le pregunté: "¿Por qué no quieres que vivamos allí? No estamos muy lejos. Aparte te voy a venir a ver todos los días y cuando esté Mina también". Ella se acercó a mí, se sentó en el sillón de enfrente y preguntó: "¿Y los muebles?"

La miré y dije: "Yaya, ya buscaremos los muebles. De momento tenemos que pintar un par de cosas que nos quedan y ya vamos viendo cosas de segunda mano". Se siguió quedando disconforme y dijo: "Mañana he organizado una cena, me gustaría que estuvieses".

Sonreí y pregunté quiénes eran los invitados. Ella miró hacia la biblioteca y dijo: "Bolaño, Joaquín y Lola". Puse los ojos en blanco, me levanté y dije: "A mí no me metas en tus líos, más de lo que ya estoy metido". La Yaya sonrió y dijo: "No te arrepentirás".

Odiaba y sigo odiando cuando pone esas sonrisas y esa mirada que no sabes por dónde va a salir. Algo parecido a lo que hace Pol cuando está nervioso.

Al día siguiente me levanté temprano, tuve tiempo de ir a correr y luego a la escuela. Ese día tuvimos a los productores de la compañía de teatro de mi abuela. No hacía ni un mes que había llegado cuando al terminar una charla que dieron, Josep se me acercó y preguntó: "¿Qué tal te ha ido en Londres?" Sonreí y dije: "Una de las experiencias más gratificantes que he tenido, he aprendido muchísimo y me llevo grandes recuerdos".

Josep me invitó a tomar un café con él en la cafetería. Nos sentamos en las mesas que daban al patio central y dijo: "He estado viendo tus evaluaciones y tu evolución en las prácticas del teatro. Quiero que formes parte de la compañía con un contrato desde ya".

Bebí un sorbo de café y pregunté: "¿Cómo? ¿Qué quieres decir?" Josep sacó un papel y dijo: "Este es tu contrato. Este verano quiero que vengas de gira con nosotros durante el mes de julio".

Lo miré, me dio el papel, le eché un vistazo por encima y dije: "Esto es una broma ¿no?" Josep se rio y dijo: "Si no es una broma tu evaluación del primer curso, no lo es esto. Además, hemos estado hablando con Lluc y nos ha contado la disciplina que tienes a la hora de hacer tu trabajo".

Disciplina, la palabra más importante para un bailarín y que siempre David me recordaba a cada paso que daba, tanto en mi formación como en la formación de los niños.

Josep de nuevo me hizo la pregunta: "¿Aceptas?" Lo miré, sonreí y dije: "Es un verdadero placer formar parte de la compañía y más si es la compañía de La Calduch". Él se sonrió, me dio un bolígrafo para firmar. Firmé, nos dimos un apretón de manos y antes de marcharse dijo: "Dale las gracias a Lluc. Él fue quien nos enseñó un vídeo tuyo de Londres".

¿Un vídeo mío? ¿Qué era eso? ¿Cuándo me había grabado? Y lo más importante, ¿qué había grabado? Llamé a Lluc por teléfono. En cuanto me lo cogió dijo: "Sé que tienes muchas preguntas, pero esta vez, todas tienen respuestas".

Lo primero que hice fue preguntarle por el vídeo. Él dijo: "Una parte de tu evaluación era grabar unos vídeos para ver cómo te desenvolvías en el tema. Una vez que aprendiste durante las tres primeras semanas, el día del estreno sabías lo que tenías que hacer y era el momento de grabarte, a partir de ahí todos los días nos grababan cada movimiento por nuestro lugar".