Capítulo 24

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Narra Bruno

Pol trajo una bandeja con café y mis croissants preferidos. Empezó a contarme qué pasó después de la fiesta. Me sentía muy incómodo. Me dolía volver a tener que oír esa parte de la historia. Había pasado ya más de un año y no era necesario. Yo me estaba poniendo nervioso, sintiendo que no íbamos a avanzar si nos quedábamos encallados en ese tema. Entonces le dije: "Pol, deja de contarme algo que ya sé". Me miró y prosiguió.

Pero claro, no contaba con que Rai lo hubiese besado por una gilipollez y que resultase que estaba con Minerva. Que yo sepa dos tíos no se besan si uno no quiere... Y que fuese Rai el que lo hiciese... Cada vez me estaba poniendo más nervioso.

Me empezaba a sentir ahogado. ¿Cómo podría confiar en Pol si estaba contándome todo eso? Pensé en la yaya que me dijo que confiase. Así que le dije que continuase. Pero me daba miedo lo que pudiese venir.

Me contó lo de Calella y cómo no... Otra vez Rai, ¿De verdad este chico no podía desaparecer? Me sorprendió que me hubiese enviado el WhatsApp cuando él estuviese allí y más aún me sorprendió que Ángel hubiese ido a la fiesta. Pero en el fondo me alegré, porque me enteré días más tarde de que había ido por el propio Ángel. Lo que no me contó fue lo de Martina.

Y en el fondo lo agradezco. Estaba con Lluc e intentándome olvidar de Pol... Pero, ¿qué hubiese hecho si hubiese sabido que me echaba de menos? No tengo respuesta. Posiblemente sé que no estaría así ahora. En ese momento, se me saltaron las lágrimas. Pol se estaba abriendo a mí como nunca lo había hecho.

Y llegó Martina. Me sorprendió mucho que me dijera que durante este tiempo hubiese estado con una chica. Por lo que pude notar en su mirada, se veía que le tenía un especial cariño. Que había sido alguien importante en su vida. Pero dado que me dijo que le recordaba a Tània, me surgió la duda de preguntarle si alguna vez había estado enamorado de ella.

Me dijo que no, pero que seguían siendo amigos. Algo a lo que no tenía nada que decir puesto que Lluc y yo estábamos igual. Y a veces personas que han marcado un antes y un después en tu vida las debes conservar. Da igual cómo uno haya empezado la relación con la otra persona. Lo importante es el camino que lleva con ella. Y me daba la sensación que Martina era como para mí Lluc. Y me gustaría que cada uno conociese a esas dos personas, para posiblemente entendernos mucho mejor.

Me gustó que fuese sincero con ella, que le contase la verdad. Tal vez en algo nos parecemos Pol y yo, y es que si hay sentimientos al fin y al cabo terminan por aparecer. Me recordaba a una frase de mi padre que decía: "Esa manía de que las cosas que hacemos tienen que ser aceptadas por otros provoca que muchas personas escondan facetas suyas".

Pol me recordaba a mí cuando no era capaz de aceptarme a mí mismo, por el miedo a lo que iban a decir o pensar. Yo estaba callado, pensando y a la vez escuchando cada palabra que decía, me tenía absorbido por sus palabras.

Me sorprendió que me dijera que después de dejar a Martina, la primera persona que supiese que existía como algo más que su "colega" fuese Rai. Eso no lo esperaba, tal y como empezó la historia. No es que confiase mucho en él, el rollo de soy rico y tengo todo no iba conmigo. Tenía yo a quien salir... Pero sí hubo una cosa que me gustó: que él le dijera que me recuperase. Tal vez necesitaba que alguien se lo dijera.

Y claro, como es Pol... Pues el pasado tenía que volver a su vida... ¡Y nada menos que con Efra! Me surgió innato preguntarle si se había acostado con él... Obviamente me dijo que sí, pero me pareció un acto de valentía por su parte enseñarme los WhatsApps que le envió después para demostrarme que realmente no fue más que eso, sexo.

Me parecía irreconocible que el chico que tuviese delante fuese Pol Rubio. ¿Tanto había cambiado en algo más de un año? Yo siempre vi que detrás de esa faceta de chulito se encontraba alguien frágil y con sentimientos. Me gustaba que se mostrase como siempre había pensado que era, como le dije a mi padre en el Montseny: "Pol es más complicado de lo que pensamos". No me equivocaba, pero, todos somos complicados a nuestra manera.

Continuación personal de "Merlí: Sapere Aude"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora