Capítulo 117

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Narra Pol

Aquellas palabras que le acababa de decir a Bruno eran el reflejo de cada uno de los sentimientos que había sentido mientras se oficiaba la ceremonia. Bruno me miró y dijo: "Esas palabras son de Dante Alighieri. Mi padre las tenía marcadas en uno de sus libros".  

Sonreí y pregunté: "¿Qué crees que pensaría de nosotros ahora?" Bruno se acercó, me dio un beso cálido y dijo: "No lo sé. Pero seguro que tiene alguna guardada de las suyas".  

Una vez terminadas las fotos oficiales, Bruno y yo nos dirigimos hacia dónde estaban todos los invitados disfrutando del cóctel. Subimos por aquella escalera de piedra por la que habíamos bajado por la tarde y llegamos al jardín que ya conocía Bruno.

La piscina había sido decorada con flores de loto artificiales y con una vela blanca encendida en cada flor. Parecía que hubiese una carpa, pero no la había. Los organizadores cuando vieron el lugar decidieron que al ser en verano había que disfrutar del lugar en el que nos encontrábamos.

Por ello junto con unas estructuras metálicas pero invisibles a la percepción del ojo humano, estaban decoradas con cientos de bombillas.

Era impresionante ver cómo cada una de las personas que había estado presente en algún momento de nuestra vida, estaban en el que era el día más importante.

Viendo aquella escena, Bruno y yo decidimos separarnos un poco y así poder disfrutar de los invitados de una manera más cercana. Algunos habían hecho más de mil kilómetros para poder asistir y eso era de agradecer.

Un camarero me ofreció una copa de vino cuando se me acercaron Biel, Minerva, Oti y Rai. Nos dimos un abrazo entre todos y Oti dijo: "Todavía recuerdo cuando llegamos a esta casa hace ocho años... ¡Qué tiempos aquellos! Menos mal que en la invitación no había condiciones de vestimenta".

Miró a Rai y empezamos a reírnos todos. Biel mirándonos a cada uno preguntó: "¿Os habéis fijado a dónde hemos llegado cada uno? Muchas veces lo pienso y digo: "Ya no somos aquellos chicos que entramos en aquella facultad perdidos". En ese momento Laura les pidió a las chicas que se hicieran una foto. Rai estuvo atendiendo a mi padre y a Glòria y Biel y yo nos quedamos hablando.

Miré a Biel y pregunté: "¿Cómo estás?" Biel me miró y dijo: "Bien. Sigue siendo raro llegar a casa y que no esté ella. Pero gracias a ti y al resto he podido ir saliendo hacia delante". Le di un abrazo y dijo: "Fuiste muy valiente el día que nos contaste quién eras. Es más, te diría que hoy has sido más valiente que nunca".

Lo miré de manera extrañado y pregunté: "¿A qué te refieres?" Miró a Bruno, que estaba hablando con Bárbara y Jaime, y dijo: "Hoy delante de todos te has abierto en canal, has dicho lo que pensabas, lo que sentías y si me pongo más emotivo, incluso has llorado. Pol, no cambies. Has formado tu familia y eso vale oro". En ese momento vino Abril a buscar a Biel para irse a hacer un par de fotos.

Glòria estaba hablando con Eugeni, Quima y Mireia, así que me acerqué a saludarlos y a preguntarles si todo estaba siendo de su agrado. Viendo que me había acercado, Bruno se acercó a nosotros y preguntó lo mismo. Todos rieron y dije: "Hace menos de diez segundos he preguntado lo mismo".

Eugeni se acercó a ambos y dijo: "Es de las bodas a las que he asistido con más sentimiento y amor". Quima nos miró y dijo: "Ya lo dijimos Merlí y yo en el Montseny. Que entre estos dos había amor". Miramos a Quima y Bruno preguntó: "¿Dónde nos visteis?"

Ella sonrió y dijo: "Desde uno de los rincones de la casa dónde daba lugar a la vista de aquellos cerezos. Después de ver eso tu padre dijo: "No sé cómo va a terminar" Aquí ocurren cosas raras. Sí, ocurrían. Pero de nuevo ese sexto sentido que lo caracterizaba, algo de verdad tenía".

Continuación personal de "Merlí: Sapere Aude"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora