Capítulo 4. Egoísta

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Mike

Presente

Estaba como estúpido esperando que Ruth contestara la llamada, había tardado mucho en tomar la decisión de buscarla y ahora me sentía como el más grande de los imbéciles. No tenía mucha experiencia en relaciones, la única real que había tenido en la vida se fue por el caño y mi confianza se había debilitado, nunca volví amar con la intensidad que ame aquella mujer y mis relaciones después de ella habían sido puramente sexuales, aunque siempre trataba de ser caballero, no en todas las ocasiones funcionaba.

—Sí —Sentí como un cosquilleo extraño al escuchar su voz.

—Hola, Ruth —Trate de sonar lo más relajado posible.

—Hola Michael —Escuche un sonido extraño, como si algo se cayera —Siento eso —Dijo con voz ahogada— Y ¿qué raro tú llamando?

Sabía que me haría esa pregunta y también sabía que mi respuesta debía ser convincente, aunque en realidad sólo le diría la verdad. En mi experiencia con las mujeres muchas veces la verdad no era algo que ellas quisieran escuchar, pero no le debía nada a Ruth, ni siquiera habíamos llegado a tener una relación real, sólo existía esa tensión que nos envolvía las pocas veces que nos vimos personal.

—Estuve fuera de Carolina todo este tiempo por trabajo.

—Ya, entiendo— Dijo como si comprendiera del todo aquella situación.

—Sólo llamo para ver si podemos vernos —El silencio que acompañó mis palabras me puso algo tenso y no comprendía porque. Ruth era hermosa en su forma única, pero había salido con chicas más aparentes, no entendía porque me ponía tan ansioso aquella mujer.

—Está bien —Dijo al fin y sonreí por el puro gusto de saber que la vería.

—Ahora debo prepararme para ir a trabajar —Dijo con poco entusiasmo —Me escribes para saber dónde quedamos.

Sentí un regocijo dentro de mí, pero también me sentí culpable instantáneamente. Colgué aquella llamada con la idea de volver a llamar a Ruth y cancelar aquella cita, ella no era una mujer común y corriente, no es una de esas mujeres del montón y ahora mismo no estaba preparado para algo en serio, aunque hacía ya mucho tiempo que debía plantearme esa idea, pero a penas y comenzaba a probar realmente las mieles del deseo carnal.

— ¿con quién hablabas? —Preguntó Briana, la chica con la que me acostaba desde hace un par de semanas.

—Nadie importante —Dije, mientras volvía a meterme bajo las sábanas para tener una sesión de sexo mañanera con esta mujer, aunque me sentí culpable, quizás debía poner en orden el desastre en el que se había convertido mi vida antes de involucrar a Ruth en ella, pero mi lado egoísta me susurraba con insistencia que la mantuviese segura antes de que se me escapara.

Mi Segundo Primer Amor (Chicas Gordas #5) BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora