Capítulo 26. La Petición

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Mike

Miraba los primeros rayos del sol aparecer en el horizonte. No había dormido nada, me devanaba los sesos pensando en la manera en que me acercaría a April sin levantar sospechas, su estado mental me ayudaría, pero sabía también que aquella mujer no era para nada estúpida así que necesitaría ayuda de su madre, aunque sabía que se me haría un poco difícil convencerla.

Me aparte de la ventana y tomé el teléfono. Sabía que a estas horas April aun seguía dormida, pero su madre tenía un trastorno del sueño, que había sido provocado por tantos años de luchar con la enfermedad de su hija, aquello había afectado tantos sus nervios que conciliar el sueño para aquella mujer se había convertido en un privilegio.

—Sí —dijo con la voz apagada, sabía que se encontraba cansada.

—Señora Andrea.

—Michael ¿eres tú? —dijo sorprendida y parecía que se estaba moviendo a otro lugar, porque escuchaba sus pisadas apresuradas.

—Disculpa vine a encerrarme en mi habitación no quisiera que April —Podía notar el temblor en su voz, sabía que temía a la demencia de su hija — ¿Porque estas llamando? —Pregunto con curiosidad y sabía también que aquella llamada la había tomado por sorpresa.

Tome una larga respiración y sopese por un momento cuáles serían mis palabras exactas. Andrea es la madre de April y cualquier cosa que afectará a su hija lo hacía con ella, así que lo que me proponía era toda una aventura, no sabía si aquella mujer se pondría de mi lado para ayudarme, pero debía intentarlo y debía hacerla entender.

—Necesito que me deja acercarme a April.

— ¿cómo? —Dijo bruscamente. —No entiendo —Prosiguió.

—Ese hombre que la ha estado rondando no es buena persona y está intentando hacer algo malo a una persona muy importante para mí, April es la única que puede ayudarme a descubrir qué es lo que está tramando —la escuche resoplar con cansancio.

—Esto la dañaría más Michael, no sé qué decirte —Me pase la mano por el rostro, entendía a esta mujer, pero también debía hacerla entender que con esto salvaría a una persona inocente.

—Estaría haciendo un bien a alguien y salvaría a April de ir a la cárcel por complicidad ¿Quiere eso para su hija? —Sabía que sonaba cruel y que le estaba complicando más la vida a la señora Andrea, pero aquello no era nada comparado con lo que Joe podría hacerle a Ruth.

—Cárcel —dijo aterrorizada — ¿Porque iría a la cárcel? Ella no puede está enferma —sabía que la ponía entre la espada y la pared, pero la necesitaba de mi lado.

—Entiendo si no me quiere ayudar, buscaré la forma de saber la verdad y quizás no sea la mejor para su hija. —Odiaba tomar aquella actitud, pero más odiaba quedarme de brazos cruzados y ver cómo hacían trizas todo lo que Ruth había construido en su vida, había luchado por todo lo que tiene y nadie debía arrebatarselo.

— ¿Qué tengo que hacer? —Preguntó — ¿Qué quieres que haga creer a April?

Sabía que una madre siempre haría lo que fuese para mantener a sus hijos a salvo y esta no era la excepción. Andrea había pasado toda su vida luchando con los cambios de April, incluso en algún momento de su vida había tratado de chantajearme para que me mantuviera al lado de su hija, pero también se había dado cuenta de sus errores y había tratado de corregirlos. Tenía la certeza que haría todo para mantener a su hija lejos de la oscuridad.

Mi Segundo Primer Amor (Chicas Gordas #5) BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora