Mike
Estar de nuevo frente aquella casa me trajo recuerdos un tanto amargos. April se había quedado en absoluto silencio todo el camino y nisiquiera habia protestado cuando le cure algunas de las heridas. Salió casi corriendo del auto y yo me tomé mi tiempo para sacar sus maletas, pensaba dejarlas en la puerta, pero no me esperaba que su madre estuviese allí.
—Gracias por no llevarla a la policía —dijo con tono melancólico.
—No es nada, pero la próxima vez no seré tan considerado —deje las maletas frente a ella y la estudie con atención, sus mejillas se encontraban más hundidas que de costumbre.
—Estoy harta de decirle que deje de perseguirte y cuando pensaba que alguien había llegado a su vida solo fue para que volviera a ti —la miré con desconcierto.
—No entiendo —dije confundido.
—Hay un hombre que April ha estado viendo, no sé cómo se llama, ni ella ha querido decirme su nombre, sólo sé que han estado viéndose a menudo y cuando ella regresa siempre está más convencida de que debe estar contigo —lo que la señora Andrea me decía no tenía ningún sentido.
— ¿lo ha visto? —Pregunte — ¿podría describirlo? —Negó con la cabeza y la vi entristecerse aún más.
—He tratado de ayudarla Mike aunque no me creas, pero ya no sé qué más hacer con ella— Podía notar la preocupación en su mirada, ya no había aquella soberbia en sus ojos, solo angustia por su hija. Di media vuelta para marcharme, pero ella caminó hacia a mí y me detuvo.
Mire hacia la ventana del segundo nivel, April nos observaba con el rostro arrugado y agarraba con fuerza las cortinas que adornaban los ventanales. Aquella mirada me helo la sangre como muchas veces lo había hecho, pero ahora había algo en su mirada que me decía que debía poner cuidado, que tenía que cuidarme la espalda.
—Su asentó, una vez conteste el teléfono —dijo Andrea soltando mi brazo —Es diferente, no es igual al de nosotros, es decir es americano, pero su acento es bien marcado —No sabía que quería decirme con aquello, había muchas personas con acentos diferentes, no se en que podría ayudar aquello a descubrir de quién se trataba.
—Eso no hace ninguna diferencia, existen muchas personas con acentos diferentes —dije con algo de molestia.
—Piensa Michael —dijo mirándome fijamente a los ojos — ¿Quién conoces con acento sureño? Abrí los ojos por la impresión que causo en mi aquella pregunta. Porque al único hombre que había escuchado con aquel acento era el ex-marido de Ruth.
ESTÁS LEYENDO
Mi Segundo Primer Amor (Chicas Gordas #5) BORRADOR
RomanceSIN EDITAR Ruth McCartney siempre pensó en dejar Texas y se visualizó con una vida en la ciudad, pero sus cachetes sonrojados y su pelo rubio tostado por el sol, no eran la típica imagen de una chica urbana y ni hablar de su enfermedad y aquellos k...