Ruth
Presente
Billy terminaba de aplicar con afán aquel labial rojo carmesí. No estaba acostumbrada a esto, mi maquillaje siempre había sido recatado, pero esta noche mi amigo quería que brillara y debía admitirlo, al mirarme en el espejo era otra persona. Mi rostro se encontraba más perfilado y mis labios resaltaban como nunca antes, Billy siempre decía "Lo matas tú, pero nunca al revés" aquello le había funcionado a él, conmigo era otra historia.
—Estaré bien cerca —Dijo mirándome fijamente a los ojos. —Será el hermano de Ethan, pero no sabemos con quién estamos tratando —Asentí en confirmación. Había visto a Mike unas pocas veces, pero no sabía qué tipo de persona era.
—Estoy nerviosa —Dije con sinceridad —No recuerdo cuando fue mi última cita —aunque sí que lo recordaba, pero había sido una de esas experiencias que marcaba tu vida y ahora tenía que ver la cara de aquel hombre cada día. Billy me tomo por los hombros y me clavo sus gatunos ojos, provocando que dejara mis destructivos pensamientos a un lado.
—Disfrútalo y no te pre-dispongas, como te dije solo estaré a unas mesas de ti —agradecía que Billy me acompañara y odiaba también el hecho de ser tan infantil en ese sentido. Soy una mujer de treinta años, que parece tener quince.
—Bueno —Dije poniéndome de pie —Es momento de ir a Noisy Silence —Billy soltó un gritico de emoción y no pude evitar reírme —El entusiasmo de mi amigo a veces era exagerado, pero me divertía muchísimo su forma de ser.
***
El lugar estaba hasta el tope y sentí un nudo en la boca del estómago. Mire entre el gentío, mientras Billy se escurría de mi lado, no antes de regalarme una mirada tranquilizadora. Tome una larga y profunda respiración necesitaba estar serena y mostrar seguridad, aunque cuando aquellos brazos rodearon mi cintura y sus labios rozaron el lóbulo de mi oreja, la serenidad se fue por el caño.
—Estas, hermosa —Susurro en mi oído, cerré los ojos por la sensación que causo en mí, su profunda y seductora voz.
—Mike —Dije casi en un gemido y este me encamino a una mesa apartada en un rincón del bar.
Sus dedos se entrelazaron con los míos y sentir la suavidad de su piel, me hizo estremecer. Mire su espalda ancha, bien definida y me pregunte a mí misma ¿Que buscaba con este hombre? y entonces Mike comenzó a saludar de manera simpática algunas mujeres, comprendí que quizás estaba perdiendo mi tiempo, quizás esto era demasiado bueno para ser verdad y me moleste, no debía, pero aun así me molesto que saludara otras mujeres.
—Amigas tuyas —Pregunte sin poder evitarlo. Mike me ayudo acomodarme en la silla y luego se sentó frente a mí. Su sonrisa maliciosa, me hacía sentir mariposas en la panza. No, demonios, no puedo dejar que vea como me afecta.
—Conocidas —Dijo al fin —Nadie que pueda robarte el sueño —Se inclinó hacia delante y coloco sus codos sobre la mesa, me clavo su azul e intensa mirada y me mordí el labio inferior, no pude evitarlo.
—No juegues conmigo —Dije a la defensiva y haciendo amague de poner de pie, pero se movió tan rápidamente junto a mí, que no tuve tiempo hacer nada.
Sus brazos se envolvieron en mi cintura y me llevo mucho más cerca de él. Mike era hermoso, sus ojos azules eran como estar mirando el cielo abierto y su rostro parecía tallado a mano, me apretó con fuerza y me hizo sentir como si me estuviese reclamando, entonces acerco su rostro al mío, tomo mi labio inferior en sus dientes y luego paso su lengua suavemente por él.
—Me siento como un adolescente ahora mismo. —Dijo sobre mis labios —Y me encanta, sabía que me volverías loco, por eso tarde tanto en llegar —Mire sus labios y no puede evitar besarlos con urgencia—En aquella oscuridad, con aquella música de fondo, me deje seducir por aquel chico malo. Porque lo que Mike Roger provocaba en mi era demasiado intenso, pero presentía que en algún momento, tanto sentir terminaría siendo malo para mí.
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Mi Segundo Primer Amor (Chicas Gordas #5) BORRADOR
RomanceSIN EDITAR Ruth McCartney siempre pensó en dejar Texas y se visualizó con una vida en la ciudad, pero sus cachetes sonrojados y su pelo rubio tostado por el sol, no eran la típica imagen de una chica urbana y ni hablar de su enfermedad y aquellos k...