Las Encinas

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Pov: lu
Me desperté temprano por la mañana dispuesta a encontrar una manera de convencer a mi padre de que dejase a Valerio quedarse, a pesar de que la indiferencia de mi hermano estaba matándome, por más daño que esté me ocasionará no podía si quiera pensar en volver a tenerlo lejos de mi.

Me di una ducha, me puse el uniforme y me arregle el cabello, cuando estuve lista salí de mi habitación con rumbo a el despacho de mi padre. No pude evitar echar un vistazo por la puerta a el pasar por la recámara de Valerio, la abrí con cuidado encontrándome a un Valerio dormido, me dedique a observarlo detenidamente, sus rizos alborotados caían sobre la almohada y sus largas pestañas se movían ligeramente, su rostro sereno, sus perfectas facciones y esos labios que me invitaba a besarlo y olvidarme de todo lo demás - no Lucrecia, el te traicionó de la peor forma no se merece ni siquiera que lo voltees a ver- cerré la puerta con cuidado de no despertarlo y seguí mi camino hacia el despacho.

Toque la puerta y escuché un - pase- a el otro lado, la abrí y me encontré con mi padre con la cabeza agachada concentrado en unos documentos
-tienes un minuto?- pregunté, soltó un suspiro y dijo- que es lo que necesitas? Que sea rápido tengo muchas cosas que hacer hoy- rogué por qué algún día fuese capaz de mirarme de nuevo, con esa expresión de orgullo con la que siempre lo hacía, y que ahora era remplazada por una de total decepcion -es sobre Val..
-sea lo que sea Lucrecia, no quiero escucharlo- sabía que no quería hacerlo pero me negaba a dejarlo ir tan facil
- esto es importante, y me vas a escuchar hasta el final, Valerio a mejorado muchísimo su promedio, sus mismos profesores te lo podría confirmar- mi padre me miró y dijo- si recuerdo que había estado teniendo tutorías con una jovencita de el colegio, honestamente jamás pensé que le fueran de ayuda- continúe hablando, ignorando la mension de Nadia.
-pues lo fueron, pero si tú te lo llevas ahora perderá el año, y su oportunidad de graduarse- espere un poco a ver su reacción.
-y si no me lo llevo ustedes dos seguirán..., Ni siquiera soy capaz de decirlo- agache la mirada y en susurro casi inaudible dije- no tienes que preocuparte por eso, no fue más que un berrinche para conseguir atencion, sólo paso una vez.
mi padre pareció meditar mi respuesta unos segundos y finalmente dijo -de acuerdo Valerio se quedara.
una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro, pero rápidamente la borre sin que mi padre se diese cuenta.
- Pero, no los quiero cerca, mientras esten en esta casa no se dirijiran la palabra a el menos que sea realmente necesario, y el chófer te llevará a la escuela a partir de ahora, tendré a las empleadas vigilandolod así que más les vale que no intenten nada, esas son mis condiciones, queda claro?- levanté la mirada y respondí con un simple- si señor- y salí de la oficina.

A el salir me encontré con Valerio, quien parecía estar a punto de entrar lo mire discretamente y nuestras miradas se cruzaron por un segundo, pero rápidamente aparte mis ojos de los suyos y seguí mi camino hacia la salida.

El viaje a la escuela fue corto, entre por las puertas con la cabeza bien en alto como si no ubiese nada que pudiera romperme. Fui hacia mi casillero y tome mis libros, me disponía a ir a el aula cuando un escándalo en las escaleras me hizo girarme, ahí estaba Polo, el asesino de Marina bajando por la escalera como si nada hubiese pasado, pero todos sabíamos perfectamente lo que había echo. Lo siguiente fueron Samuel y Ander sosteniendo a Guzmán quien se disponía a abalanzarse sobre Polo y una muy preocupada Cayetana rogándole que no lo hiciera.

Un poco fuera de lo ordinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora