Damisela en apuros

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Pov. Lu
Faltaba solo un día para la graduación, y esta misma noche haríamos un trato con El diablo, también conocido como Teodoro Rosón, para salvar a Valerio.

Iba entrando a la escuela, habíamos llegado todos juntos, la noche fue larga pero era lindo sentirte apoyada por tantas personas.
Caminaba por el pasillo cuando me tope con Nadia.
-Lu, necesito que firmes esto- dijo extendiendo los brazos y mostrándome un documento.
-Que es eso?- pregunté tomando aquellos papeles.
-Bueno hablé con Asuzena ayer y accedió a qué compartamos la beca, no tendrás que preocuparte más por eso, nos iremos juntas- dijo sonriéndome, no pude hacer más que abrazarla, y es que los últimos meses había demostrado ser una gran amiga a pesar de todas las cosas malas que en algún momento le hice.
-Eso si solo los gastos de el colegio vienen incluidos, de hospedaje y comida tenemos que ocuparnos nosotras aunque bueno... Ya estoy resolviendo eso- la solté y agrego- Felicidades compañera, usted acaba de ganarse una beca a New York.

El día transcurrió.... Bueno normal, teníamos que encontrar la forma de salvar a Val sin entregar la única evidencia que teníamos contra Polo, y por más vueltas que le dábamos no se nos ocurría nada inteligente.
-Podriamos grabarlo confesando- sugirió Guzmán.
-No, lo conozco no confesaria es bastante precavido- dijo Carla- No tenemos forma de ganar está batalla, tenemos que entregar el trofeo, no hay de otra- siguió la marquesita 
-Y que pasa con Christian tía? Claro ya te libraste tu, que se vayan a la mierda los demas- dijo Rebeka.
-Rebe, por favor, no podemos empezar a atacarnos entre nosotros solo lo hacemos más difícil- está vez era Samuel el que hablaba.

-Y si hacemos una réplica?- sugirió Omar, la idea no sonaba tan mal, pero... Dónde mierda conseguiríamos una réplica? Teníamos poco menos de 6 horas.
-Y donde piensas conseguirla?- pregunté.
-Bueno..hay gente que hace ese tipo de cosas- dijo Samuel, ahora todos estábamos escuchando.
-En seis horas?- cuestiono Nadia.
-Bueno si algo eh aprendido es que con la cantidad de dinero suficiente se puede conseguir lo que sea- cierto..aunque no de el todo. Hasta asé pocas semanas tenia dinero como para nadar en el, pero era bastante infeliz.
-No es posible, tendremos que entregarlo, lo siento por Christian pero no pienso arriesgar a Val, y llámenme egoísta, pero no voy a poner a nadie por encima de el- No me lo discutieron, sabían lo importante que es el para mí, y se que en mi situación tampoco serian capaces de arriesgar a ese grado a la persona que amaban.

Pov. Valerio
Abia perdido la noción de las horas, a Christian ya se lo habían llevado y por lo que logré escuchar no estaban muy seguros de que hacer conmigo. Me daban comida y agua pero la mayor parte de el tiempo me mantenía atado a una silla con los ojos vendados, por alguna extraña razón no me sentía de el todo aterrado, de vez en cuando mis pensamientos me llevaban a Lu, en ocasiones pequeños flashbacks de todas las veces en las que aquella, en aquel entonces niña, me sacaba de los aprietos en los que me metía. Escuché pasos aproximarse y una mano que me quitaba bruscamente la venda de los ojos, me encontraba en una pequeña habitación, apenas iluminada por una tenue luz en el centro, a mi alrededor no había ventanas ni muebles solo la silla en la que me encontraba sentado y una más frente a mi donde se encontraba el hombre que me mantenía cautivo.
-Valerio Montesinos!, Buenas noches hijo, dime cómo te encuentras?- pregunto con falsa amabilidad.
-Bueno si ignoramos el echo de que estoy secuestrado, creo que estoy bastante bien- el sujeto se paró y camino a el rededor de la habitación.
-Lamento esto, encerio que no tenía intención de llevarte a ti, pero no te preocupes ya llegué a un acuerdo con tu hermana hoy mismo sales de aca- otro hombre entro a la habitación, no le preste mucha atención pues me estaba preguntando de que acuerdo hablaba, de pronto un ardor en el estómago me hizo soltar un quejido y el aire se me escapó por unos segundos, me hice un ovillo en la silla tratando de recuperar el aliento.
-Eso fue solo un aviso, para que aprendas que no es bueno meterte en asuntos que no te corresponden muchacho... Créeme yo soy un buen tío, te estoy haciendo un favor- el tipo que anteriormente me había dado el puñetazo anoto uno más justo en la boca de el estomago.

Me pusieron un saco en la cabeza y me sacaron de aquel lugar, me subieron a el mismo auto en el que me habían traído y a medio camino me dejaron ver de nuevo, pasaron unos 10 minutos aproximadamente en completo silencio, llegamos a un estacionamiento donde un carro ya esperaba estacionado, lo reconocí rápidamente era el auto de Guzmán.

Vi bajar a mi ex-medio hermana de el auto, un Maserati azul el cual le había sido regalado a Guzmán cuando esté cumplió 16. En la mano derecha Lu sostenía una bolsa de plástico transparente a el principio no sabía de qué se trataba pero después me di cuenta de que era el trofeo. Tenía varias preguntas en primera como diablos lo había conseguido.
-Listo ahí tienes el trofeo pero no te lo daré hasta que me entregues a Valerio- dijo Lu retante.
-No esperaba menos- abrió la puerta y me saco tirándome de la camiseta, los ojitos de Lu se iluminaron a el verme pero mantuvo un rostro inexpresivo lanzo el trofeo el cual el hombre atrapó para después extender su mano.
-Como caulquiera negocio, hay que cerrarlo bien no cree señorita Montesinos?- Lo miró duditativa pero termino por aceptar a el final aquel saludo, que a mí parecer estaba demás tomando en cuenta las circunstancias.

Subió a su carro y apenas se marchó lu corrió hacia mi, abrazándome fuerte, solté un pequeño quejido pues el golpe en mi estómago aún estaba reciente, Lu sé separó de mi y me observo preocupada.
-estas bien? Que pasa?- pregunto claramente nerviosa negué con la cabeza.
-No pasa nada, ven aquí- la volví a atraer a mi enterrando mi rostro en su cabello.
-Tienes que dejar de ser la damisela en apuros estoy cansada de salvarte de todos los problemas siempre, no tienes idea de lo angustiada que me tenías- dijo con la voz un poco quebrada.
-Bueno, tomando en cuenta el recibimiento tan lindo que me das cada que salgo de tu vida, no me haces fácil quedarme- en ocasiones duravamos meses sin vernos, esto cuando éramos más pequeños, y esperaba con anhcias volver a España para sentir sus brazos a mi alrededor apenas bajar de el avión, esos que tanta calides me daban y me hacían sentir feliz en mis peores días.

Me dio un leve empujón en el hombro fuerte pero no lo suficiente como para alejarme de ella, la sostuve de el rostro y la bese tiernamente me perdí en el sentimiento e incluso el dolor en mi abdomen desapareció por un momento.
-Ya está pues no?, demasiada miel, nos están esperando!- Había olvidado que Guzmán seguia ahí.
-Subimos a el auto yo en el asiento de atrás y Lu en el de enfrente, se notaba un poco la tensión en el lugar claramente a Guzmán le incomodaba la situación con migo y la mexicana, aunque hacia un esfuerzo por disimularlo.

Un silencio levemente incomodo se hizo presente, hasta que Guzmán finalmente hablo
-Que piensan hacer con esto?- creo que noto que no sabíamos a qué se refería pues rápidamente agrego- me refiero  a ustedes y su... Relación?- supuse que Lu no les había hablado aún de lo que Maria nos había contado.
-Lo digo por que... Siguen siendo hermanos- lu se giro levemente y me miró con una sonrisa para luego responder a Guzmán.
-Eso ya está resuelto, te lo explicaré cuando lleguemos a casa de Samuel.

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Un poco fuera de lo ordinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora