Opiniones

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           Pov.Lu

Una semana, una semana en la que no sabía nada de Valerio, en la que sentía las miradas de asco y desaprobación de todos a el enterarse de lo que mi medio hermano y yo teníamos, que en palabras de el alumnado de las Encinas nos convertía en unos "Enfermos" y "Deprabados", a pesar de que contaba con Samuel, Nadia y bueno incluso Rebeka, no podía evitar sentirme miserable, todos parecían tener una opinión que no era precisamente positiva.
Necesitaba a Val, si él estuviera ahí todo seria mas simple, lo enfrentariamos juntos como siempre, me imaginaba que me tomaba de la mano y les callaba a golpes la boca a todos los que me gritaban cosas por los pasillos, pero se había ido dejándome sola con aquel problema.

Me dolía especialmente la desaprobación de Carla, Guzmán y Ander, los últimos dos no habían siquiera hablado con migo, supongo que preferían evitarme para no decirme lo que pensaban, en cuanto a Guzmán, desde nuestra charla no había echo más que echarme en cara cada que podía el asco que le daba saber que me había follado a mi hermano.

Carla tendría un juicio para determinar si se podía ser considerada complice en dia días, quería hablar con ella, pero no me dejaba acercarme.
La inspectora nos interrogo sobre está mismo tema, todos afirmamos ver a polo con esa camisa en el baile de fin de curso la noche que marina fue ascecinada, así como también confirmamos que se había cambiado. Polo, se encontraba desaparecido, había huido poco después de que la camiseta fuera encontrada en casa de Carla, muchos creíamos que el había planeado todo para hundir tambien a su ex-novia.

Seguía quedándome en casa de Samuel, su madre se había ido para estar con su hermano y Rebeka quien había perdido toda su fortuna cuando los negocios turbios de su madre fueron descubiertos, también se estaba quedando con nosotros, contábamos con poco dinero, y mantenernos a nosotros mismos era cada vez más difícil.

Era lunes y aquella mañana en el colegio fue especialmente dura. Estaba en clase de matemáticas el maestro había echo una pregunta, y yo que como de costumbre sabía la respuesta no dude en levantar mi mano y contestar, Julián, un muchacho de la clase que se consideraba a si mismo el divertido de el salón, no mantuvo su boca cerrada.
-Lu, crees que me follarias a mi también?, con eso de que te acuestas con cualquiera, dime cuánto te pagaba tu hermano?- me removi incomoda en el aciento y agache la mirada, parte de la clase río.
-Cuanto te pagan a ti por ser un primgado y un gilipollas?- me defendió Rebeka.
-chicos, evitemos estos temas dentro de el salón, te voy a pedir que le pidas una disculpa a tu compañera Julián- interrumpió el profesor para después mirarme con lástima.
- Mis padres siempre me dijieron que tenía que decir la verdad, no le debo disculpas a nadie- Samuel se levantó de su asiento.
-Te acaba de decir que te disculpes, no deberías hablar de lo que no sabes.- el muchacho se levantó tambien, y lo empujo.
-Como piensas obligarme?- el profesor camino hacia ambos tratando de evitar que la discusión subiera de tono.
-Samuel, no vale la pena, estoy bien- levanté la mirada y lo observe- encerio- le dedico una última mirada de odio a el muchacho y se fue a sentar, el timbre sonó, y salí de ahí tan rápido como pude.

Llegué a el baño, donde había unas chicas de segundo año que a el verme comenzaron a murmurar.
- si tienen algo que decir, diganmelo a la cara, o gustan una fucking foto?- dije furiosa, las chicas salieron de el baño, no son antes lanzar un último comentario seguido de risas burlonas.
-seguro está así, porque el hermano no se la follo hoy

Me metí en un cubículo y me senté en la taza, comenzé a llorar todo lo que había aguantado durante el día, mire mi teléfono y luego la cadena que colgaba de mi cuello.
-Por que no me has llamado?, Me dejaste sola y te necesito- mire la fecha en mi teléfono, junio 18, con tanto hagetreo ni siquiera me había dado cuenta, mañana sería mi cumpleaños, el primero sin Val en mucho tiempo.

Alguien entro a el baño, trague saliva intentando contener las lágrimas pero me fue casi imposible.
-Lu eres tú?- era Carla, no tenía ánimos de hablarle ahora.
-Si vienes a echarme cosas en cara tu también, desde ahora te digo que no estoy para eso.
-No vine a eso, si estoy bastante confundida, y la verdad que no entiendo en qué mierda pensabas cuando te metías con el?, No tengo hermanos pero creo que yo no podria.- en qué pensaba?, Por qué lo hacía?, Pues por qué lo amaba, por qué lo deseaba como a nadie, no se puede controlar me había enamorado perdidamente de él sin saber que era el amor, la vida nos había echo hermanos pero quién quita que en una vida pasada fuésemos.... No se, Romeo y Julieta. 
- No importa, no quiero hablar de eso ahora Carla- salí de el baño limpiandome las lágrimas.
-Mejor dime tú cómo estás?, Con todo el asunto de el juicio- me lave las manos y enjuague mi cara la cuál había quedado sin maquillaje.
-Asustada, no quiero ir a la cárcel, papá aseguro que el se encargaría de que eso no pasará pero.... Eso no me quita el miedo.
-Estas bien, lo resolveremos, encontraremos ese trofeo y... Bueno, confesarnos todo, incluye el por qué tienes esa camisa- Carla me sonrio y me dio un abrazo.

Llegue a casa de Samuel esa tarde un poco fastidiada, le tocaba cocinar a Rebeka (Yo apenas estaba acostumbrandome a mi vida de pobre, y bueno cocinar se me daba bastante bien eh de decir) Comimos en silencio, no tenía muchos ánimos para hablar tampoco, me fui a dormir temprano, mañana sería mi cumpleaños, 18 años debería estar emocionada pero no hacia ma que pensar en Valerio y en qué no estaría a mi lado este año.

-Lu, Lucrecia despierta- senti como alguien me movía intentando levantarme, era Samuel, mire el reloj
-Pero si son las 12 de la madrugada, que es lo que pasa?- Samuel, sonrió ampliamente.
-Te tengo una sorpresa- y camino hacia la puerta abriéndola- sonríe esto te va a gustar.
Salió de el cuarto, y de pronto escuché como alguien cantaba las mañanitas, seguía adormilada pero aquella voz tan familiar me era inconfundible, por un momento creí que estaba soñando, talle mis ojos y ahí estaba Valerio, sonriéndome ampliamente. -buenos días bombon y feliz cumpleaños.
-Pero que haces acá?- me abalanze a sus brazos y lo abrase con todas mis fuerzas, me aferre a el como si mi vida dependiece de ello asustada de que fuera una ilusión y que desapareciera si lo soltaba.
-Siempre seré el primero en deciarte un feliz cumpleaños bonita, eso no falla- me separó suavemente de el, y beso mi frente, pasó su mano por mi rostro.
-Por que lloras?- ni siquiera me había dado cuenta de que lo estaba haciendo, cerré los ojos ante el cálido contacto de sus manos con mi cara.
-Te extrañe muchisimo, la escuela estos días ah sido un infierno, te necesitaba- se acercó y me dio un beso en la mejilla en la punta de mi nariz, la barbilla y finalmente en los labios, me deje hacer por el, y toda la angustia que había sentido la última semana de pronto se había ido, era como si me estuviese quitando el peso de los hombros, ya no me sentía sola o pérdida. El beso se hizo intenso le saque su camiseta y toque su pecho, Valerio quito la parte de arriba de mi pijama para después mirarme de arriba abajo con sus pupilas dilatas y sus labios hinchados, volví a juntar sus labios con los míos y en poco tiempo ya nos habíamos quedado sin ropa, exploraba cada parte de mi cuerpo y su tacto tan suave me hacía temblar.
-Yo también te eche muchísimo de menos- subió su mano por mi muslo, hasta mi entrepierna haciéndome soltar un pequeño gemido el cual callo con un beso, para después soltar una risilla.
-No puedes hacer ruido, Samuel y Rebeka estaba en el cuarto de enseguida- lo tomé de sus rizos.
-Aun no me as dicho cómo as llegado acá?- me besó el cuello.
-Eso puede esperar, ahora solo te necesito a ti.

La sensación de tenerlo dentro mío de nuevo era abrumadora, sus movimientos eran suaves y venían acompañados de mimos y palabras dulces- Te amo- dijo juntando su frente con la mía a el mismo tiempo que ambos terminábamos, -Yo te amo a ti,
-Respondi con mi respiración acelerada.

Eran ya las dos de la mañana, seguíamos despiertos simplemente platicando, era otra de las cosas que me encantaban de Valerio, podíamos simplemente charlar por horas de cualquier cosa, o decir todo sin decir nada, sabía lo que sentía simplemente con mirarle a los ojos y el me entendía como nadie.

-Entonces conseguiste un trabajo?- dije sorprendida.
-Asi es, con el dinero que Rebe, y Nadia me mandaron, no fue tan difícil conseguir el resto, tenia que volver a casa- suspire.
-Pápa nos corrio- dije levantando mi cara de su pecho para mirarlo.
-Mi casa es contigo, estemos en una mansion o durmiendo en mi coche.

Terminaré la historia la próxima semana, gracias a lo que siguen leyendo encerio que me alegra mucho que estén apoyando la historia que voten y que comenten❤️🌹.

Un poco fuera de lo ordinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora