Revenge [C.T.H]

doce

"Samuel Lee Krasinski"

☂︎︎

Siento los dedos de Calum trazar círculos en la palma de mi mano. Entre nosotros hay un silencio para nada incómodo, es tranquilo y me gusta.

Giro mi cabeza para mirarlo, está centrado en nuestras manos juntas mientras sus labios se mueven. Es seguro que canta una canción pero no es capaz de subir el tono de voz. Su mirada sube captando la mía.

Sonríe.

— ¿En qué piensas? –se reincorpora en el césped, apoyando su peso en ambas manos.

Me coloco en la misma posición que él y miro hacia el frente. Hay hojas secas flotando en su piscina, es casi evidente que no la limpian desde hace días.

— Los tatuajes en tus manos... –tomo tiempo para formular mi pregunta–. ¿Qué significan?

Una sonrisa se dibuja en su rostro. Se mantiene en silencio por segundos, mirando hacia su derecha con cautela. Finalmente pone sus manos juntas y extendidas, observándolas con una pequeña sonrisa. Por primera vez puedo distinguir lo que siente. Melancolía.

Es una sonrisa triste.

— Son las iniciales de mi padre. –alza su mano izquierda para que pueda verla–. Estas son las iniciales de mi hermana, Mali.

— Te preocupas mucho por tu hermana, ¿cierto? Pude verlo el otro día. –comento con una sonrisa–. Quiero decir, los hermanos se preocupan por sus hermanos, pero en ti noté que te preocupas de verdad.

Vuelve a sonreír y a mantenerse en silencio. Sé que también es un tema algo delicado y que tal vez no debo tocarlo. Quiero disculparme, pero él habla primero.

— Ella es lo más importante para mí, es lo que más amo en el mundo. –traga duro–. Solíamos hacer todo juntos. Desde que mi padre murió nos hicimos más cercanos aún, se volvió en lo único que tengo desde que mi madre comenzó a culparme de las cosas malas que pasaban. Es una chica increíble, ¿sabes? A pesar de la poca edad que ella tenía en ese entonces, me decía que yo era increíble después de que mamá me decía todo lo contrario. Daría mi vida por ella, mataría por ella. Cuando la lastiman a ella, me lastiman a mí.

Recuerdo lo que pasó el otro día, cuando ella se mostró fría con él. Hay algo que Calum no me está contando, pero ya no quiero pedir más información.

Reconozco que es muy difícil abrir las heridas. Quiero que él me cuente sus secretos cuando verdaderamente quiera hacerlo. No quiero asegurar algo que no está en mis manos, pero tal vez tenemos mucho tiempo para comenzar a descubrirnos.

Sonrío con ternura y lo abrazo, depositando un beso en su mejilla. Él pasa su brazo por mi cintura y no vuelve a decir nada, así que elijo tomar el turno.

— Ella tiene mucha suerte de tenerte, Cal. –admito–. No todos tienen un hermano como tú.

Aquellas palabras salen de mi corazón, siento lo que digo. No estoy segura de si él siente que es un buen hermano mayor, así que quiero alentarlo a que crea que en realidad es así.

No todos se graban en tinta las iniciales de sus hermanos, Calum es la excepción. Llevará a su hermana grabada en su piel para siempre. Es algo que Sam nunca haría ni por dinero.

Él corta el contacto entre nosotros para asentir levemente y ponerse de pie. Camina hasta el interior de su casa, dejándome afuera. No lo sigo, la plática tal vez lo ha afectado un poco y necesita espacio.