Revenge [C.T.H]

veintiuno

"Un vestido violeta"

☂︎︎

— Esta fiesta es patética. Ya me ofrecieron drogas como siete veces.

Miro a Jimothy con una sonrisa. Él no se percata de mi mirada por observar al grupo de gente que juega beer pong en un lado de la casa.

La música está tan alta que ni siquiera es entendible.

— Fue decisión tuya venir. –le recuerdo–. Y llevamos una hora sentados aquí sin hacer nada.

— Oh, lo siento. ¿Quieres ir allá adentro y restregar tus genitales con los de otra persona? –me mira–. Sí, claro. Pff, ve. Yo te espero aquí. –río–. Tenme paciencia.

— Jim, tal vez ella esté adentro. No la vas a encontrar si nos quedamos aquí toda la noche.

Llegó el fin de semana y con eso también la fiesta a la que Jimothy me pidió que lo acompañara. Él hubiera preferido quedarse en casa, pero de alguna u otra manera se enteró que su ex novia estaría aquí.

El chico me dijo que su única intención era topársela
y hacerle creer que la había superado por completo, aunque yo creo que aún la extraña.

— No quiero entrar allá. Huele a sudor y sexo, yo paso. Tiene que salir en algún momento. –niega con disgusto.

Mis planes no eran divertirme, pero sé que no lo haré. Mantengo mi trasero pegado a aquel asiento acolchado, mismo que se extiende por gran parte del patio. Estamos bajo una pérgola de madera y frente a una mesa con miles de vasos vacíos.

La casa es enorme y bonita. Tiene buen mantenimiento y es una pena pensar que mañana por la mañana estará hecha un desastre.

— Miren lo que trajo el viento.

Mi amigo y yo alzamos la vista antes una voz masculina. Un chico rubio se detiene frente a nosotros y termina haciéndose un lugar en la mesa del frente. Tiene una sonrisa amplia y blanca que me provoca inquietud.

— Stanley. –puedo notar la sonrisa falsa de Jim–. Pensé que no volvería a verte. ¿Qué tal está la Universidad de Melbourne?

— No es la gran cosa como muchos piensan. –le resta importancia–. Me echaron por cogerme a una maestra.

Intento no reaccionar demasiado a lo que ha dicho, pero me termina siendo imposible. Mi rostro es muy expresivo y el rubio nota mi sorpresa. Asiente mientras ríe y regresa la atención a Jimothy.

Qué entorno.

— ¿Es tu novia? –pregunta–. Tiene el brazo roto.

Me esfuerzo por dibujar una sonrisa en mi cara. Sólo veo cómo el chico a mi lado comienza a asentir con un gesto de satisfacción, seguido toma mi mano y entrelaza nuestros dedos.

La situación es incómoda y sólo quiero que termine. Hay algo en ese chico que no me da buena espina. De igual manera puedo sentir las vibras de mi amigo, él tampoco se siente cómodo y puedo deducir que ni siquiera ambos se agradan como aparentan.

— Sí, llevamos saliendo un par de meses.

— Felicidades entonces. –Stanley se pone de pie–. Es bueno verte en una fiesta, Cameron. Estaré haciendo muchas así que espero verlos a los dos en cada una de ellas. –nos señala con el dedo.

— Ahí estaremos.

— Y oye, no hay rencores entre tú y yo, ¿de acuerdo? Violet es historia. Ambos son felices con personas distintas y eso es bueno. –se retira.