treinta y cuatro

325 25 5
                                    

"No quiero irme sin ti"

☂︎︎

Observo a la gente ir de lado a lado, la mayoría son personas que no conozco y que nunca vi en mi vida. Algunos charlan animadamente con otros, y otros beben de la misma botella que un desconocido también metió a su boca. Esta generación no le teme a nada.

La música está tan alta que ni siquiera se escucha, el piso sólo tiembla y el edificio está a punto de caerse.

— Debiste decirle que no, Calum. –dice Violet con una botella de agua en su mano.

— Está bien, ya no me importa.

Luke está en una esquina platicando con Stanley. Ambos son tal para cual, por eso se llevan tan bien. Veo la sonrisa de quien solía ser mi amigo y sólo me dan ganas de ir a partirle la cara.

Michael y Ashton no se ven por ninguna parte, cosa que agradezco. He estado evitándolos por días y no quiero que empiecen a cuestionarme por mi actitud, creo que las cosas ya están demasiado claras. Ellos no tuvieron mucho que ver al respecto, pero no miento cuando digo que prefiero estar solo.

— ¿Las cosas no mejoraron con ella? –cuestiona Violet.

— No Violet, no mejoraron y no lo harán. –me giro hacia ella–. Deja de mencionármela. Ya tuve suficiente.

Esta actitud de mierda que me cargo es incontrolable. No sé que gano siendo grosero con la gente, pero ya es parte de mí. Quiero cambiar tantas cosas de mí, aunque sé que no puedo. Soy poco paciente con las personas y mi humor está por los suelos constantemente.

Si pudiera ser una persona diferente, lo sería. No me gusta quien soy. No me gusta mi reflejo en el espejo, o mis pensamientos a media noche.

— Lo siento. –dice, y yo no pienso en decir algo más.

Me alejo de ella, porque prefiero estar solo. Es claro que estoy rodeado de gente, pero quiero estar solo con mis pensamientos. A veces miro a ningún punto en específico y me pierdo. Me pierdo en pensamientos y mayormente en recuerdos que en verdad no quiero recordar. Papá es uno de ellos. Me pregunto qué pensará de mí en donde sea que esté, si realmente me observa desde una constelación lejana. Espero que no, porque estaría decepcionado de ver en quién me convertí, en lo que le hice a alguien que de verdad me quiso.

Miro hacia abajo con temor. Me pregunto qué pasaría si sólo saltara, qué correrá por la mente de las personas, si causará algún efecto en ellas.

Tengo una vista perfecta de la ciudad. Las luces parpadean y el viento golpea mi rostro. Comienza a hacer frío, parezco ser el único que lo siente.

Giro sobre mis talones y camino hacia la puerta con intenciones de bajar a mi departamento. Estas escaleras nunca se sintieron tan infinitas como ahora, debí haber usado el elevador. Parece que sólo voy en círculos.

Me siento aliviado al ver mi puerta, la cual está entre abierta. La gente entra constantemente para hacer del baño o quizás para follar en alguna de las habitaciones, tal vez sólo en la mía, porque cerré con llave la puerta de Mali para que nadie tocara sus cosas.

— ¡Hood!

Tuerzo los ojos al escuchar a Stanley llamarme. Giro para verlo con una sonrisa falsa. Él sostiene una bolsa ziplock con cuadros pequeños, la agita en el aire como si yo fuera un perro para ir por ella.

Camino hasta él y me detengo a un metro de distancia.

— Aquí está lo que tienes a cambio. –me la entrega–. Son todas tuyas.

Revenge  [C.T.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora