Epílogo

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"Revenge"

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CALUM T H O M A S H O O D

— Mierda. –digo por lo bajo.

Sostengo ambas bolsas de papel entre mi brazo y me inclino para rejuntar mis llaves del suelo, y después vuelvo a tratar de insertar una de ellas en la cerradura. La puerta se abre inmediatamente, y aquel aroma tan familiar entra de nuevo por mis fosas nasales.

Hogar, dulce hogar.

Empujo la puerta con el pie y me aseguro de que haya cerrado. Hago mi camino hacia la cocina para dejar las compras sobre la mesada de mármol blanco, e ignoro cómo una de las bolsas se ladea haciendo que un par de manzanas caigan al suelo.

Aviento mis llaves en la barra y suelto un suspiro de cansancio, tan exagerado que la hago reír.

Me recargo en la barra y admiro su silueta por lo que me parece ser una eternidad. Una sonrisa llena de nostalgia escapa de mí, pero no se percata de ello. Pronto me acerco hacia ella sigilosamente y le causo un pequeño susto cuando mis brazos se enredan alrededor de su vientre.

— ¿Necesitas ayuda? –cuestiono con interés.

— Estoy por terminar esto. –retira los restos de vegetales del cuchillo y lo aparta–. Pero quizás puedas ayudarme a acomodar las compras.

— Seguro.

Me doy la media vuelta y en menos de un segundo me veo interrumpido por su tacto. Regreso mi atención a ella, confundido. Luego lo entiendo todo cuando rodea mi cuello con sus delgados brazos, atrayéndome más a su cuerpo tan pequeño comparado al mío.

No me había percatado antes de la forma en que me mira, como si fuera increíble de ver. Realmente no lo soy, pero me hace sentir así a veces.

Sigue conmigo a pesar de que la lastimé demasiado. No cualquiera hace eso. Tiene el corazón más puro que conozco y ha decidido ponerlo en la palma de mi mano como si yo en verdad lo mereciera.

Oh, Violet.

Le di todo lo que tenía. No era mucho, pero ahora le pertenece a ella.

— ¿Estarás bien sin mí? –me pregunta mientras acaricia mi cabello, el cual recién he cortado.

— Lo dices como si me estuvieras dejando sin comida y agua. Tranquila, sabes que lo estaré. –río–. Además, no es la primera vez que te vas y yo me quedo aquí. No tienes de qué preocuparte.

— Desearía que vinieras conmigo.

— Tu padre me golpeará con un palo de golf en cuanto tenga la oportunidad. –niego–. Ellos te extrañan a ti, no a mí. Pero créeme que iría si tuviera otra razón para ir.

— Bien. –se rinde rápidamente–. En cuatro años no he logrado convencerte.

Deposito un beso corto en sus labios rosados y camino de vuelta hacia la mesada. Rejunto las manzanas verdes que se han caído y las dejo en el lavaplatos para lavarlas más tarde junto a las demás compras.

Acomodo todas las cosas en donde deben de estar mientras Violet prepara la cena con calma.

El silencio me hace pensar demasiado y no me considero fanático de ello. El silencio es mi peor enemigo, es demasiado violento. Los primeros meses viviendo en Londres fueron una pesadilla de la que no conseguía despertar, ponía música a un volumen máximo esperando distraer a mi cabeza.

Revenge  [C.T.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora