Revenge [C.T.H]

dieciocho

"Más vale un brazo roto que un corazón roto"

☂︎︎

— Deja de bailar, vas a salpicar mi cama de ketchup.

A penas entiendo las palabras de Jimothy, su boca está llena de comida mientras enciende el televisor de su habitación. Pone Netflix y seguido procede a sentarse a mi lado cuidadosamente.

Ignoro sus palabras y continúo con mi baile.

De alguna manera me siento feliz. Estoy en un punto de mi vida donde las cosas no pueden ser mejor. Un punto en donde no soy capaz de quejarme por cualquier cosa, simplemente mi vida ya no es tan patética como solía serlo. Seguía sin ser perfecta, pero me gusta.

No puedo dejar de considerar que nadie tiene una vida perfecta, envidiable. Le soy fiel a la idea de que todas las personas tienen por lo menos un defecto en sus vidas.

¿Es que alguien tiene una vida perfecta? Si es así, qué aburrido. Quizás necesitamos un poco de problemas y un poco de estabilidad, usar un poco la balanza.

— Creí que pasarías tiempo con Calum como es de costumbre. –dice antes de darle una mordida a su hamburguesa.

— Él tiene cosas que hacer. –alzo mis hombros–. Además, eres mi mejor amigo, quiero pasar tiempo contigo.

El chico sonríe en grande por mis palabras. Noto el cariño en sus ojos verdes, cosa que no es usual. No siempre tiene ese tipo de miradas.

Recuerdo todo lo que sucedió y todo lo que hablamos la última vez que yo estuve aquí. A comparación de la vez pasada, la habitación está ordenada. Él ya no ha vuelto a hablar de lo que sucedió, dudo en si tengo que hacerlo yo para cerciorarme de que está bien.

Sus ojos están conectados a la televisión. Su mandíbula sube y baja.

Lo admiro por unos segundos. Sé que se ha percatado de mi mirada, pues me observa rápidamente de reojo. No dice nada, sólo continúa masticando mientras busca una película entre las tantas que hay.

— Jim...

Alejo mi mirada de él para envolver mi hamburguesa en su envoltura. La regreso a la bolsa de papel y espero a que él responda, no lo hace, sólo me mira.

— ¿Está todo bien con, ya sabes, el asunto de tus padres?

Suelta un suspiro cansado. Su cabeza se recarga en la pared fría que detiene nuestras espaldas. Le toma un tiempo hablar que llego a pensar que no me dirá nada. Cuando sus ojos regresan a mí, me dan escalofríos.

— Las cosas siguen igual. –niega–. Sólo sé que esto va a terminar pronto. He estado intentando que mi padre ya no se entere de lo que mi madre dice. Él la ama, la gente puede morir por un corazón roto. No importa cuántas veces yo a ella le diga que no, sigue insistiendo.

Mi celular suena haciendo que Jimothy baje la mirada hasta él. Nuestros ojos leen el nombre de Calum en la pantalla. El chico desvía la mirada hasta la televisión otra vez, sé que le molesta.

Escondo el aparato bajo la almohada para ahogar el sonido y prestarle toda la atención a mi amigo. Él ríe.

— ¿No le vas a contestar a tu novio?